"Lenin decía que ser antisemita es propio de socialistas imbéciles, de socialistas cretinos".
Teodoro Petkoff Malek, ex guerrillero, ex diputado, ex candidato a la presidencia en 1983 -4.1% de los votos-, ex candidato a la presidencia en 1988 -2.1% de los votos- ex candidato a la Alcaldía de Caracas, ex ministro de Cordiplan, ex masista, ex novio de la madrina y cuarto bate de la izquierda venezolana, una mañana de sol radiante, salió a dar una declaración en la sinagoga en San Bernardino, donde horas antes habían cometido un atraco. Allí, nuestro declarante oficial a los periódicos y revistas del exterior declaró en clara e inteligible voz: "Estoy seguro de que los que cometieron este atraco son personas que abrevan en las fuentes de la revolución. Yo quiero recordarle a esta gente que Lenin decía que ser antisemita es propio de socialistas imbéciles, de socialistas cretinos". Las personas presentes se lanzaron a aplaudir a nuestro máximo dirigente.
También estuvieron presentes allí, dando declaraciones, los señores estudiantes y diputados, y otro director de un medio: Miguel Enrique Otero, a quien por cierto, en un alarde de originalidad, nuestro líder Teodoro Petkoff Malek, un buen día calificó de bobolongo.
Es decir, coincidieron en el lugar de los hechos el calificador y el calificado, lo que no habla muy bien del calificador.
Pasados pocos días, los cuerpos policiales descubrieron todo lo sucedido. Es decir, se supo que once personas fueron las que ejecutaron todo ese tramado en la sinagoga.
Los que cometieron este hecho no abrevaban en las fuentes de la revolución, es decir, no leían a Lenin, a Mao, a Marx, a Engels, es decir, no eran socialistas, ni de la tendencia de los imbéciles y mucho menos de los cretinos.
Sin embargo, Teodoro Petkoff Malek, ex guerrillero, ex diputado, ex candidato a la presidencia de la República bolivariana de Venezuela, ex candidato a la Alcaldía de Caracas, ex ministro de Cordiplan, ex masista, ex novio de la madrina y cuarto bate de la izquierda venezolana, no ha dicho esta boca es mía. No se ha desmentido a sí mismo, porque esa no es su conducta.
Dicen los que verdaderamente sí abrevan en las fuentes de la revolución, que en una conversación con sus partidarios, allá en Moscú, Lenin invitaba a uno de sus compañeros a retractarse por unos juicios que había emitido. El hombre no quería retractarse, y entonces Lenin, molesto, le gritó: "Los antisemitas son socialistas imbéciles, pero los que no se retractan son dos veces imbéciles, dos veces cretinos".