El imperio de la mentira mediática

Gracias al control de la aldea global, un vulgar golpe de estado hoy puede venderse como una "renuncia". Y un secuestro gangsteril pasa por "viaje voluntario", sin que Marshall Mac Luhan tenga la culpa. No existen barreras para impedir la venta cotidiana de gatos descomunales como si fueran liebres..., recién cazadas, fresquitas.

La falsa "renuncia" del haitiano Jean Bertrand Aristide muestra cómo los medios engañan al ciudadano consumidor de noticias de toda la Tierra, no importa en qué país viva. Los árabes tienen al menos la TV Al Jazira, pero en América Latina y el resto del ex "Tercer Mundo" no hay cómo parar a los grandes monstruos mediáticos.

El mundo se la tragó cuando James Foley, el embajador de Estados Unidos en Haití, apareció en CNN el domingo 29 de febrero para "informar" que Aristide renunció y se marchó. Los infantes de marina desembarcados justo la noche anterior -la víspera del "acuerdo" de Naciones Unidas- sólo fueron parte de la escenografía. Nadie preguntó por qué hablaba un embajador y no Bonifacio Alejandro, el futuro "presidente", que permaneció mudo a su diestra. Estos detalles "en vivo y en directo" desde el palacio de Puerto Príncipe, parecieron irrelevantes frente a tanta "noticia".

Tampoco hubo forma de hacer saber al mundo que el abogado Ira Kurzban solicitó en EE.UU. una investigación al Congreso, ni que el francés Gilbert Collard inició un juicio en París contra monsieur Thierry Burkard, el embajador galo, como cómplice de secuestro, mientras su representado está incomunicado en la República Centro Africana. También se oculta la investigación imparcial que piden P. J. Patterson, primer ministro de Jamaica, y los países del Caricom, el pacto del Caribe que aporta 15 de los 34 socios de la OEA. Nadie comenta sobre el atropello al derecho y a la soberanía de las naciones que reclaman los 53 países de la Unidad Africana.

Y es que sólo seis grupos corporativos controlan las noticias de Estados Unidos y de casi todo el globo, con el australiano-estadounidense-británico Rupert Murdoch como el principal protagonista. En América Latina, Gustavo Cisneros convirtió a su imperio mediático venezolano -además de su cadena hispana Univisión- en otro partido político que brega por derrocar a Hugo Chávez, al igual que la internacional demócrata cristiana ODCA, y ya dio un primer golpe de estado avalado por Chile, país en que posee el canal ChileVisión y una decena de radioemisoras. El corrupto Silvio Berlusconi accedió al poder en Italia para instaurar un gobierno fascista sin necesidad de un golpe, gracias a que su imperio de TV lo convirtió en "líder". Y en Chile, un tal Mario Conca hace, deshace y censura en la televisión pública, copia de la BBC, sin que nadie lo haya elegido. La renuncia al Directorio de Faride Zerán, Teodoro Rivera, Marco Colodro y Bernardo Matte dejó libre al Presidente Ricardo Lagos parta tomar una decisión en TVN. Ojalá no siga yendo más a la derecha o, por lo menos apague las luces intermitentes prendidas hacia el lado contrario.


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Ernesto Carmona


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