Ministros y trabajadores deben mantenerse en los barrios

Las diversas movilizaciones realizadas por los trabajadores y obreros de muchas de las instituciones y entes públicos del Estado, en favor de la Enmienda constitucional, han demostrado, un vez más, el importante nivel de conciencia adquirido por ellos en el devenir histórico de la Revolución Bolivariana. Sin lugar a duda, el liderazgo y el verbo revolucionario del Comandante es su infinita fuente de inspiración y de movilización. Al formar parte de la campaña electoral y salir a las calles, avenidas y barrios de Venezuela con ánimos renovados y mucha mística, la clase trabajadora transmitieron al pueblo venezolano su misma fuerza revolucionaria y las razones por las cuales había que defender su revolución. Pero una vez terminada la campaña electoral regresaron nuevamente a sus puestos de trabajo para ser nuevamente atrapados y domesticados en la enajenante trampa que les depara las mieles el excluyente Estado burgués. Una vez dentro del apartheid y aislado del pueblo, la conciencia alcanzada por los trabajadores vuelve a degenerar. Es la naturaleza del medio.

Decía Marx que “las relaciones sociales forman la conciencia social”. En otras palabras, que el medio incide en la conciencia de los individuos. Por ejemplo: los privilegios y exclusividades para ciertos rangos de la administración publica; sus herméticos, asfixiantes e impenetrables lugares por el pueblo; su burocratismo enfermizo; las cómodas oficinas; la división social del trabajo, etc., produce entre los trabajadores una conciencia enajenada y los aleja del deber social.

Los trabajadores del MENPET y PDVSA tienen muchas razones por las cuales luchar. Su batalla por la recuperación de la principal industria del país; sus conquistas laborales; el nuevo ambiente laboral nacido al calor de las luchas pasadas (el sabotaje petrolero); y, el liderazgo del Ministro Ramírez motivan también sus continuas movilizaciones. Pero todo esto no ha podido evitar que en su seno se reproduzca una nueva meritocracia, aunque no con la misma fuerza que antes.

Las caminatas por los barrios de Caracas y los trabajos voluntarios realizados en las pasadas campañas electorales por los trabajadores petroleros les permitieron descubrirse entre el pueblo; sensibilizarse al ver que existen las Fantine y a los Jean Valjean de Víctor Hugo y sus Miserables, y el Ruperto de Alí Primera. En muchos de ellos se reafirmaron sus convicciones. Algo espiritual vimos florecer. Pero al retornar a sus cómodas oficinas los lazos vuelven a perderse; el medio burocrático de los trabajadores, naturalmente excluyente, reinicia su labor enajenante en la conciencia de los trabajadores petroleros. Seguir pateando las calles y mantenerse junto al pueblo realizando trabajos voluntarios es la única forma de salvar a la clase trabajadora y obrera.

MENPET y PDVSA dieron un ejemplo que debe mantenerse en el tiempo, y que el resto de las instituciones están obligadas a copiar.


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Basem Tajeldine

Marxista. Investigador de temas geopolíticos internacionales en el Centro de Saberes Africanos. Moderador del programa VOCES CONTRA EL IMPERIO, RadiodelSur y RNV.

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