Es un dicho militar cuando un Soldado o hasta un General se duerme en los laureles y la corriente se lo lleva, así sea por lo más mínimo, claro importando solo las ganancias que se obtengan de esa dejadez, sea dinero, amigos, mujeres, carros, viajes, etc.
En esta tarde friolenta en Guayana me encuentro con un conocido en un banco de la ciudad y al terminar de efectuar sus transacciones no saludamos y preguntado que hace cada uno y él me dice que trabaja con los Consejos Comunales del municipio Independencia del Estado Anzoátegui apoyando la consolidación de los mismos en todos sus aspectos y que el trabajo lo pagaba PDVSA a través de una fundación conformada por profesionales de diversos ordenes.
Ante una pregunta muy escueta y simple referida a que acciones toman cuando ubican a uno de los CC que no han rendido cuentas ante la asamblea de ciudadanos y ciudadanas del primer o segundo o tercer proyecto y que por supuesto, se encuentran estancados y sin posibilidad de retomar el camino para solucionar los problemas que una vez nacidos diagnosticaron como los que le aquejan y la respuesta fue lacónica “Los enviamos a Funda comunal y ellos se encargan”.
Claro, entendí de inmediato que lo que podía ser una excelente obra social hacia el colectivo organizado hasta ahora en más de 32.000 mil Consejos Comunales en toda Venezuela, aun con el aporte del estado para su fortalecimiento, se convierte en un mero trámite de trabajo y ganancias liquidas para un grupo de “revolucionarios“preñados de las mejores intenciones pero sin posibilidad de expresarle a los voceros de ese ente comunal que la vía expedita para desentramar esa situación es la de recurrir a los Fiscales del Ministerio Publico en funciones de anti corrupción. Así de sencillo.
Pero, en otra actividad realizada en una comunidad indígena llamada San Antonio de Roscio, ubicada a unos 7 kilómetros de la carretera que conduce a Santa Elena de Uairén a unos 30 km de la población de El Dorado a la cual llegue a dictar un taller sobre las políticas públicas del estado en materia de drogas bajo la egida de la Oficina Nacional Antidrogas y el primer día con 80 de ellos y con 120 alumnos del Liceo Bolivariano pude constatar ante una interrogante que todos los presentes “desconocen que Venezuela tiene nuevos límites por el norte”.
Pero será “ un bolas al hombre colectivo, general”, no lo sé pero sería catastrófico para el país y más cuando la acción para combatir ese mal es mantenida en el filo de su verbo por el líder presidente y la que tiene que partir de la base de la población y compartir la lucha los diversos niveles de poder local, regional, nacional, incluyendo agentes policiales, policías técnicos, fiscales del ministerio publico y jueces de la república, así como los que cumplen funciones de carceleros, maestros, profesores, militares, profesionales en diversos ámbitos, no se siente.
No se siente y un ejemplo mas ello fue la respuesta que dos jóvenes de la revolución que conducen un programa por Radio Nacional de Venezuela y que hablaban de la tres R y su aplicación hasta ese momento no sabían cuantas misiones ha desarrollado el gobierno.
Si estamos pensando que solo saldremos a hacer el trabajo cuando se acerquen las elecciones del 2012, pues estaremos corriendo muchos peligros y la principal víctima será la revolución, a menos que levantemos la voz y gritemos al tiempo ¡Alza, Alza, que esta amaneciendo y el día es largo y trabajoso, alza, alza! Y revolucionemos esta vida como debe ser, entre todos.
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