La historia vuelve a repetirse, indignado observa el Pueblo los persistentes y retóñales apagones en Falcón; sin duda, nuestra población disfrutó del viaje de aguamiel por tan sólo unos pocos meses, quizás la garantía perentoria de lo que fueron los recursos hacia una Planta eléctrica que no pega pie con bola. Desde los sombríos aposentos del pináculo de una organización política encadenada, se vislumbran las decisiones y apoyos más infaustos y burlescos contra-socialistas, recordando aquellas medidas madrugadoras de la extinta 4ta República cuando se las imponían al Pueblo; no se puede negar que la oligarquía criolla ha dejado su semilla germinada en las mentes de algunos “camaradas” que hoy ostenta el Poder en muchas de nuestra instituciones públicas; es inadmisible y reprochable que se pretenda dar matiz gris a algunos camaradas que hasta ayer les tuvieron garantizados su Derecho al trabajo y, puesto que por la simple prerrogativa de manifestar en contra de una providencia anti-socialista, estos compatriotas se les estigma de “escuálidos”; no es cuestión de descalificar a nuestro Pueblo y mucho menos convocar alguna contra-marcha para medir simpatía como estrategia de una sub-realidad figurada en las profundas ambiciones infecundas de una mente retorcida; es materia de enmendar los errores causados, y que se deje a un lado la soberbia para poder rescatar esa masa laboral que lamentablemente anda por las calles para encontrar su destino fortuito, mientras los apagones les oscurecen la supervivencia y les dañan sus coroticos, pues sin duda alguna, al falconiano y falconiana les tocan vivir la inobservancia de los derechos laborales, la impericia de una administración en particular y la negligencia en el servicio eléctrico.
Queridos lectores analíticos, el problema eléctrico lo padece profundamente éste Estado, ya que reaparece como un carcinoma ignominioso que se expande y se vuelve incurable, es que por donde se manifiesta deja deteriorados irremediablemente las neveras, televisores, equipos de sonidos entre otros, sin embargo, cuando esto ocurre, la impotencia se revela en las comunidades, exigiendo respuesta y soluciones, pero lo que se recibe son falsedades o indiferencias; no obstante, se hacen públicas las cantidades de recursos inyectados al sector eléctrico, pero los resultados aún no se perciben positivamente, al contrario, el revés es notorio en las derivaciones de estos proyectos etéreos. Los apagones y los despidos laborales no nos traen nada bueno, si queremos seguir continuando rigiendo Falcón habrá que darle un conclusivo a estas decisiones laborales indolentes y apagones extraños, estos últimos, sin saber que vuelven a presentarse por la incapacidad administrativa o quizás una cortina de humo para minimizar a los despedidos camaradas. Por otro lado, sería oportuno un auténtico pronunciamiento del PSUV contra los apagones que le causa tanto daño al Pueblo para que estas acciones sin pasión no sean objetos de daños colaterales para nuestro Partido, y mucho menos para nuestro Proceso Socialista, al menos que quieran revestir ese flamante Sol con el índice de la connivencia, puesto que para ser Revolucionario no se necesita estar en un despacho de algún Partido arrodillándose si no se tiene pie de barro, para no ser otro más como el hombre de filamentos níveos quien carga un vestigio fermentado del tamaño de la cola de un cometa errático. A pesar de todo, nuestro Pueblo está allí, organizándose para ser libre y sabio con el CORAZÓN DEL LEÓN.
*Estudiante de Estudios Jurídicos de la UBV