Hacia una Teología Bolivariana de la Liberación

II CONGRESO ECUMENICO PENTECOSTAL BOLIVARIANO

LATINOAMERICANO Y CARIBEÑO

50 ANIVERSARIO DE LA UNIÓN EVANGÉLICA PENTECOSTAL VENEZOLANA

Maracaibo, 23 al 26 de agosto 2007


Introducción

Tal vez sorprenda a algunas personas la sola sugerencia de una posible teología bolivariana de la liberación ¿Es posible hablar de una teología bolivariana de la liberación?

Antes de referirme al asunto me parece importante hacer algunas precisiones previas sobre la relación entre cristianismo y socialismo, a fin de poder descubrir un vínculo que relacione estas dos categorías aparentemente dispares. Hecho esto entonces veremos la forma de lidiar con la revolucionaria pregunta.

¿Por qué necesitamos partir de esta precisión?

Porque la Teología de la Liberación tiene en Venezuela un marco contextual muy particular para realizar su quehacer teológico. Este marco contextual está configurado por la construcción histórica del socialismo del siglo XXI. Esa es la realidad del contexto bolivariano actual y esa es la realidad de la que hay que partir.

En ese sentido, la Teología de la Liberación necesita ver cómo se relacionan entre si el cristianismo y el socialismo, cuál es el grado de acercamiento o distanciamiento entre ambos polos, para poder ser pertinente en su contribución.

Algunas figuras religiosas han declarado públicamente que ambas categorías son absolutamente diferentes entre sí. Y no podemos decir que están totalmente equivocadas, porque ciertamente, el cristianismo es una categoría socio-teológica y el socialismo es una categoría socio-económica y política. Sin embargo, tanto el socialismo como el cristianismo se orientan por ideales similares, como lo son por ejemplo la preocupación por la creación de unas condiciones sociales favorables a los sectores afectados por la terrible desigualdad económica que ha generado el modo de producción capitalista y el neoliberalismo en todo el planeta.

El socialismo, por el camino de la política, apunta hacia la superación de la causa fundamental de la pobreza y la opresión, determinada por la desigualdad económica. Y el cristianismo, mediante la diversidad de sus tareas, se orienta hacia la recuperación del sentido humanista en todas las cosas, pero lo hace desde una orientación ética teológica, leyendo e interpretando la realidad de las víctimas de la desigualdad económica, haciendo juicio sobre ella a la luz de la Biblia de los oprimidos y desde el paradigma del Jesucristo liberador (Ver Mateo Capítulos 5 al 7: Sermón del Monte). Y es en esta coincidencia como se encuentran ambos polos (cristianismo y socialismo del siglo XXI) compartiendo un tramo del trayecto.

Para citar solo un ejemplo, en el libro de los Hechos de los Apóstoles tenemos un intento cristiano de igualar económicamente a las personas (Hechos 2:43-47). Este fue un ensayo, que por supuesto tuvo sus desaciertos y un final no tan feliz. ¿Cuáles fueron las razones? Por los límites de esta breve exposición no podemos analizarlas aquí, pero valga la referencia para reflexionar sobre esta posible relación fraterna entre el cristianismo y el socialismo.

En ese sentido, yo sugiero considerar estas coincidencias entre el socialismo y el cristianismo desde una perspectiva más abierta a la posibilidad de un diálogo fructífero entre ambos.

Entre el Cristianismo y el Socialismo: Condiciones favorables para la calidad de vida de todas las personas y su medio ambiente.

Como ya había señalado, ambas categorías parten de marcos relativamente distintos. La iniciativa de los Hechos de los Apóstoles nace de una inspiración religiosa, basada en las enseñanzas de Jesucristo sobre el amor de Dios para las personas pobres y menesterosas, la solidaridad, la justicia, la equidad.

Y en el socialismo la iniciativa es estrictamente socio-económica, y apunta estructuralmente a lo político, en busca de su realización. Pero, aunque ambas provienen de contextos y motivaciones diferentes, coinciden en planteamientos de fondo: igualdad social y económica, condiciones favorables para la vida de todas las personas, incluyendo la preocupación por la integridad de la creación.

Lo que lleva a pensar que las diferencias entre ambos no son para contradecirse radicalmente sino para enriquecerse mutuamente en un diálogo fructífero entre referentes que apuntan hacia un mismo fin: la felicidad de lo humano y la integridad de su hábitat.

El cristianismo liberador y la revolución bolivariana en diálogo y relación solidaria

Por supuesto, habrá quien se pregunte a cuál cristianismo me estoy refiriendo, porque hay que precisar también que existen varias tendencias y énfasis teológicos en el cristianismo, así como diferentes hermenéuticas bíblicas. Una de estas formas es aquella que sabemos:

“ha distorsionado el concepto de vida verdadera y eterna, colocando el sentido de la vida en el más allá, por lo que no hay que preocuparse por las riquezas de este mundo. El cristianismo liberador en cambio reclama como exigencia el pan para poder vivir. La misión de Cristo no puede entenderse en un sentido espiritualista y abstracto. Hay que entender la misión preguntando cuáles son las condiciones, necesidades y oportunidades que la hagan posible, en nuestros lugares de trabajo, en el pueblo” (Equipo teológico UEPV, 2006)

Yo me estoy refiriendo concretamente a este cristianismo liberador que señala el equipo de teología de la UEPV.

El cristianismo liberador es la forma como denominamos a la vertiente revolucionaria de la fe cristiana. Es una forma de cristianismo que supera las limitaciones impuestas por cualquier institucionalidad o jerarquía eclesiástica. Y hay que decir que proviene de una rica fuente bíblica.

La fe bíblica no fue nunca de una sola dirección. Es decir, predominaba por supuesto la tradición sacerdotal, institucionalizada y centralizada en el templo, discriminadora, opresora, aliada a los poderes imperiales. Pero siempre existió también la vertiente liberadora, que sufrió persecución, represión y muerte, y que incluso llegó a librar batallas sangrientas, con ciertos éxitos en algunos momentos históricos, para liberar al pueblo del yugo de los poderes oficiales. Y eran proyectos libertarios que se impulsaban en nombre de Dios, como lo fue por ejemplo la revolución de los Macabeos en los años 177 AC (BDHH, 1997).

El cristianismo liberador se declara en seguimiento del Jesús histórico que se descubre a través de la lectura popular de la Biblia. Un Jesús de quien no puede decirse que haya sido un político, pero que tampoco se le puede señalar como a-político, porque como sabemos, Jesús desafía desde su ética del Reino a los líderes del pueblo que utilizaban el poder no para servir sino para discriminar y oprimir (Mateo 23: 29-36).

Este Jesús es el que dice “El que sea grande, compórtese con los demás como si fuera el más pequeño” (Mateo 23: 11); es el que dice “No vine para ser servido sino para servir” (Mateo 20:28); y también dice “Los jefes de las naciones oprimen y gobiernan con tiranía, pero así no debe ser entre ustedes” (Mateo 20:20-28).

Todas estas son máximas de un tinte político, porque van dirigidas al ámbito del ejercicio del poder (Mateo 23:1-7). Por eso podría decirse que son máximas de una política de resistencia y de confrontación, que se orientan hacia una política de liberación (Mateo 23:8-12).



En estas enseñanzas aparece de fondo una denuncia radical de las contradicciones sociales que envilecían la vida del pueblo (Mateo 23: 15; Mateo capítulos 5 al 7: Sermón del Monte).

Jesús vivió y sufrió en carne propia esas contradicciones e injusticias que también sufrió su pueblo, por eso es solidario y compasivo (Mateo 9:35-37). En su misericordia otorga sanidad y restauración a los pobres (Marcos cap. 5). Fue perseguido por los poderes opresores por sus desafíos y denuncias frontales en contra de ellos (Mateo 23:29-36; Juan 10: 24, 39). Es un Jesús comprometido con la liberación de su pueblo (Mateo 23), y fue asesinado por llevar hasta las últimas consecuencias este compromiso (Marcos 12:29-31; Mateo 21:12-17; Lucas 9: 57-62).

Y volviendo sobre el tema de la expresión revolucionaria de la fe cristiana, ésta ha creado en América Latina, el Caribe y en el mundo, un movimiento favorable a la vida y la paz con justicia. Un movimiento que ha sufrido persecuciones, torturas y muerte por su compromiso con las luchas del pueblo.


En el actual contexto venezolano y bolivariano, este cristianismo liberador valora las iniciativas del actual gobierno venezolano a favor del desarrollo integral del pueblo, hacia la construcción de una vida mejor, y camina junto al pueblo con acciones concretas, como lo son el apoyo a las misiones, la participación en los Consejos Comunales y otras instancias creadas para el protagonismo popular, aportando una visión cristológica y una Teología a favor de la vida, la paz, la unidad, la igualdad, la emancipación, construyendo creativamente una espiritualidad de la vida para ser consecuente con su opción liberadora.



¿Es posible una Teología Bolivariana de la Liberación?

Hechas las precisiones necesarias, vayamos a la pregunta. ¿Es posible una teología Bolivariana de la Liberación?

Traigo a colación aquí la exposición del Doctor Juan José Tamayo (2007), teólogo de la liberación, durante las Jornadas sobre Teología de la Liberación, realizadas en Caracas en el marco de la celebración de los 90 años del Natalicio de Monseñor Oscar Arnulfo Romero. Juan José Tamayo, a propósito de la pregunta ¿Para dónde camina la Teología de la Liberación y cómo hacerla desde Venezuela?, señala que la Teología de la Liberación camina hacia la reconstrucción de nuevos procesos históricos, porque ésta es una Teología de la historia, de la calle, del camino. Precisó que la Teología de la Liberación no es sólo una hermenéutica o un ejercicio puramente epistémico, sino que es principalmente una práctica histórica.

Esto significa que la Teología de la Liberación puede hacerse en cualquier contexto histórico ¿Cómo hacerla desde la Venezuela bolivariana?

Podemos hacer Teología de la Liberación en la Venezuela de hoy partiendo de las circunstancias históricas y las contradicciones que se constatan en la realidad. Es decir, ahí donde las cosas no son como debieran ser, la Teología de la Liberación puede contribuir, desde una ética socio-teológica y una hermenéutica liberadora, para orientar hacia el cambio y la transformación.

Por otra parte, según lo señalado por el Dr. Tamayo (2007), la sociedad venezolana es de una gran diversidad social, multicultural y plural. Actualmente han emergido nuevos sujetos históricos, ya no son sólo los pobres. Entre esos nuevos sujetos históricos tenemos a la negritud, los pueblos indígenas, las mujeres, los campesinos, los niños, niñas y adolescentes, los sectores religiosos, el ecosistema y el medio ambiente, entre otros. Esto quiere decir que la Teología de la liberación debe también poner en perspectiva esa diversidad y esa polifonía cultural.

¿Cuáles serían en este contexto los ejes temáticos de la Teología Bolivariana de la Liberación?

El pensamiento bolivariano, el socialismo y la Teología del proyecto liberador del Reino de Dios en la historia parten de valores similares. Los tres se centran en el bien supremo para la humanidad, en lo que se incluye el resguardo de la creación. En ese sentido, proponemos tres ejes fundamentales para hacer una dialógica de transversalidad: el ideal Bolivariano, el ideal socialista y los postulados del Reino de Dios como proyecto de liberación en la historia.

Cabe destacar que dicha transversalidad supone un diálogo crítico y una relación de intercambio mutuo de saberes y conocimientos, orientados por un lado hacia el fortalecimiento y profundización de los postulados de la revolución bolivariana, y por otro lado, hacia la encarnación de la fe cristiana liberadora en este contexto bolivariano.

A manera de conclusión

¿Para dónde caminaría la Teología Bolivariana de la Liberación en Venezuela?

Existen muchas posibilidades de reflexión teológica liberadora en acompañamiento a este proceso bolivariano, pero, para mencionar sólo un aspecto, yo diría que en este momento un desafío muy grande podría ser el de s el ayudar en el nacimiento de la nueva subjetividad que se requiere, porque, como bien ha señalado el señor Ramón García en un artículo que publicó en Internet ( 5 de agosto 2007) “el viejo hombre tiene que morir para que el socialismo no muera al nacer”.

En palabras del Apóstol Pablo a Los Efesios esto equivaldría a deshacerse de la vieja naturaleza, el viejo hombre o vieja manera de vivir, y revestirse de una nueva manera de vivir, que se muestra en una vida recta y pura, basada en la verdad (4:22-25)

Al señalar esto estamos pensando en aquel comportamiento humano que contradice radicalmente los postulados de la revolución bolivariana. El individualismo, la actitud depredadora del ambiente, la irresponsabilidad en el trabajo, el burocratismo, la ineficiencia, la politiquería, el engaño, la simulación, la corrupción, entre otras, son actitudes impropias desde la perspectiva de la revolución bolivariana, son actitudes que pertenecen a una vieja manera de vivir, una vieja naturaleza humana o una vieja subjetividad, una subjetividad anti-revolucionaria que habría que ayudar desinstalar del interior de las personas, hacia su plena liberación y redención personal y social. Y en esto podemos coincidir la Teología de la Liberación y la Revolución Bolivariana, pues la ética socio-teológica liberadora puede contribuir con grandes aportes en ese sentido.

Al finalizar, una vez más nos preguntamos ¿Para dónde caminaría la Teología Bolivariana de la Liberación en Venezuela?

A contribuir para la construcción histórica del Nuevo Estado, el Estado Socialista Bolivariano, que es un Estado social y de Derechos. Contribuir para el afianzamiento social y cultural de los valores socialistas, que son valores fundamentalmente humanistas. Contribuir para el nacimiento de la nueva subjetividad que se requiere en este contexto de cambios y trasformaciones, una subjetividad con conciencia democrática, participativa, ecológica, responsable, honesta, transparente, revolucionaria, solidaria, inclusiva.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Biblia Dios habla hoy. 1997. Traducción bajo la dirección de Sociedades Bíblicas Unidas. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.


Equipo de Teología de la UEPV. 2006. El Cristianismo Liberador. Maracaibo:

UEPV. Publicado en papel.

Tamayo, Juan José. Jornadas de Reflexión sobre la Teología de la Liberación: en

Los 90 años del Natalicio de Monseñor Oscar Arnulfo Romero. Exposición.

Caracas, 15 de agosto 2007.

(*)Teóloga de la Liberación.


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