Aporrea, anonimato y guerra
sucia
Con estupor he visto que el equipo de Aporrea ha autorizado la publicación de una caricatura, de autor anònimo, absolutamente insultante e irrespetuosa hacia mi persona. Y aunque la fulana caricatura fue retirada después de centenares de visitas, el daño està hecho y me obliga a formular algunos comentarios.
En primer lugar ,llamè a Gonzalo Gómez, a quien conozco desde hace largos años, para exponerme mi preocupación por la divulgación de un material de esta calaña, elaborado por un cobarde que se esconde en el anonimato y que muy seguramente carece de elementos o argumentos para contestar o refutar mis puntos de vista . como sì lo han hecho diversos columnistas en Aporrea, unos en tono de descalificación y muchos de ellos con crìticas severas pero desde la altura del debate.
No le pedí a Gonzalo que retirara ese material de la pàgina. La decisiòn de hacerlo revela que al menos una parte importante del equipo de Aporrea no comulga con este estilo de guerra sucia, muy en boga entre quienes estigmatizan a quien se atreve a exponer posturas crìticas con respecto al proceso e incluso frente a su líder. Como el debate está a la orden del dia y Aporrea ha sido una trinchera para promover la discusión, què oportuno sería que el equipo de esta pàgina ofreciera alguna reflexiòn en torno al uso del anonimato en sus espacios, sobre todo en los casos en los cuales se pretende lanzar agua sucia sobre la humanidad de quien se atreva a cuestionar.
Que alguien se escude en el anonimato para atacar como lo hacen los cobardes, por la espalda y amparado en la sombras, no es novedad. Lo que sì es novedad o al menos llama a preocupación , es que esa forma bastarda de atacar “al enemigo”, como seguramente dirán, sea secundada por quien o quienes autorizaron la publicación de la referida caricatura.
Este tipo de reclamo escrito tiene el peligro de que contribuye a que el daño infligido se multiplique en la red. Asumo ese riesgo, con la confianza de que al menos esto pueda servir para que ustedes, compañeros de Aporrea, entiendan el perjuicio que se causa no sòlo a un individuo sino a la posibilidad de que, sin el chantaje ideológico del oportunismo incondicional, barnizado de estalinismo, se pueda abrir cauce a un debate abierto, sin temores ni posiciones preconcebidas.
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