Salónica, 26 de noviembre. “Hugo Chávez es mi amigo, mi hermano, tenemos una profunda amistad y yo apoyo muchas de sus ideas, como la de la revolución bolivariana”, aseguró en entrevista con La Jornada el actor y activista estadunidense Danny Glover, invitado a la 48 edición del Festival Internacional de Cine de Salónica, donde se proyectó la más reciente cinta en la que participa el también embajador de buena voluntad de la ONU, Honeydripper, dirigida por John Sayles.
Glover, conocido por su participación en películas de corte comercial, como Arma mortal, pero también en producciones de cine independiente, como El color púrpura, opinó que presidentes como “Hugo Chávez son una respuesta natural en Latinoamérica, representan un tipo de política en expansión, en la que la gente demanda cierta forma de relación entre la sociedad y los gobernantes. Esa respuesta no sólo se ve en Venezuela, sino en Bolivia, con Evo Morales; en Brasil, Ecuador... En cada rincón de esa área se están dando esos cambios”.
El activismo corre por sus venas
Glover es una persona informada. El activismo lo trae en las venas. La influencia de su labor en defensa de los derechos de la gente desprotegida y segregada es de sus abuelos y padres, además de luchadores sociales como Harry Bridges (líder que encabezó una huelga de estibadores que logró la incorporación de trabajadores de color en los muelles) y Rosa Parks (la mujer que se negó a aceptar la segregación racial en el transporte público). Fue líder del Sindicato de Estudiantes Negros que en 1968, y obligó a la Universidad Estatal de San Francisco a constituir una Facultad para Estudios Étnicos, entre otras cosas.
En la actualidad apoya iniciativas como la de la cadena informativa latinoamericana Telesur, que respalda la excarcelación de presos políticos cubanos en Estados Unidos.
–Puede tener una vida cómoda haciendo películas, ¿por qué sigue en el activismo político social?
–No sé cómo responder esa pregunta. Nunca he separado mi trabajo de mi responsabilidad como ciudadano en pos de la democracia en el mundo. Intento trabajar en las comunidades, buscando maneras de vivir la vida de forma colectiva. Nunca me he preguntado por qué trabajo en esa colectividad y para ella, sin importar cuál es mi posición como actor, porque aún soy un ciudadano, alguien que pertenece a una comunidad de seres humanos.
“Aclaro que es como ciudadano como digo las cosas, aunque reconozco que tengo una plataforma en particular para decirlas; sin embargo, repito, mi labor en defensa de los derechos de la gente la hago como ciudadano. Es normal que la gente me reconozca, me hable y crea que lo que digo puede ser cierto, porque lo dice alguien conocido. Puedo vivir como embajador, ciudadano y ser humano, los proyectos no importan, siempre que se hable de la vida de los humanos, de los niños. Tengo 61 años y la mayor parte de ellos he trabajado en la lucha por los derechos civiles en las comunidades, desde San Francisco hacia todo el mundo”.
El actor habla duro: “Estados Unidos es el país más poderoso del mundo; dicta lo que deben hacer los demás, pero quizá no se sepa que también es una de las naciones con los más altos índices de desempleo, con una educación pública de bajo nivel.
“Son cosas que se camuflajean, pero hay que saber que millones de niños viven en la pobreza en Estados Unidos, los cuales en su mayoría son gente de color.”
La administración de George W. Bush, precisó, “ha causado mucho daño a la gente de mi país, así como a la de muchas partes del mundo. Es muy peligroso para nosotros en el sentido de que no hay una prensa libre en mi país. No se sabe la verdad, hay desinformación. Recuerdo que hace unos años había alrededor de 25 publicaciones en una ciudad. La gente podía leer, enterarse y juzgar. Una de las cosas que más me impresionaron fueron los sucesos de 1999 en Seattle. Creo que fue una respuesta a la prensa establecida. No se pudieron callar más las cosas”.
Glover ha participado en más 40 producciones. En 2008 y 2009 actuará en cuatro películas más, sin contar la que producirá junto con el gobierno de Venezuela, que trata de la vida de Toussaint L’ouverture, líder que inspiró una revolución de esclavos en 1791, de la cual surgiría Haití.
Forma de conocer una cultura
En opinión del actor, el cine “es el pan de la imaginación, de la sensibilidad, es un lenguaje universal. Se puede conocer una cultura por medio de él. Por eso me puedes ver en un festival de cine africano, dando mi apoyo, lo mismo que en Irán o en México, donde sea. Me gusta ver cómo es la gente alrededor del mundo. Nos podemos encontrar en el cine o entender cómo somos o qué fue lo que sintieron o sienten algunas personas”.
Sobre cómo busca equilibrar su presencia en el mundo de Hollywood y el cine independiente, dice que él no determina qué cinta sea comercial o no, pero sí puede decidir sobre participar en “esas que son dramas poderosos, en las que mi ideología tenga que ver; es como un equilibrio”.