El Universal, uno de los principales periódicos comerciales venezolanos que mantiene una línea de frontal ataque al gobierno venezolano, de manera contradictoria describe el artículo de Dieterich como "ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL" debajo del nombre de su autor, pero en la zona inferior coloca "Artículo tomado de aporrea.org".
"Yo nunca autoricé a El Universal la publicación de este texto que ustedes dignamente publicaron," dijo Dieterich de manera exclusiva para Aporrea.
El artículo fue publicado en Aporrea.org en la dirección http://www.aporrea.org/tiburon/a46125.html. Aporrea mantiene una política de Copyleft o libre distribución y reproducción de los textos allí publicados siempre y cuando se cite la fuente original de los mismos.
Dieterich, quien se desempeña como profesor en la Universidad Autónoma Metropolitana, agregó que "por razones de principio, jamás escribiría en ese medio de propaganda de los sectores más reaccionarios de Venezuela. El diario venezolano, donde yo publico es el Diario Vea, y a veces he concedido entrevistas a otros medios impresos, pero jamás a El Universal."
Aporrea mantiene una bitácora de artículos del intelectual alemán en http://www.aporrea.org/autores/dieterich/
Dieterich denunció que se trata de un fallido intento de confundir a los lectores. "El hecho, de que hayan puesto ´Especial para el Universal´, es una intriga y una mentira, para hacerle pensar al público venezolano que yo se lo ofrecí o que yo colaboro con ellos. Su cínico desprecio para la gente lo demuestran, poniendo al final: ´Tomado de aporrea.org´, suponiendo que la gente no se da cuenta que algo publicado mundialmente en páginas web y en aporrea, no puede ser Especial para el Universal," agregó el intelectual de origen alemán.
"Estoy seguro que no les pidieron permiso tampoco, de tal manera que si ustedes desean entablar algún juicio contra los responsables de El Universal que realizaron esa intriga, cuentan con todo mi apoyo," agregó el profesor.
A continuación el artículo tomado de manera íntegra de El Universal la noche del viernes 7 de diciembre en la dirección http://noticias.eluniversal.com/2007/12/07/pol_art_derrota-en-venezuela_629404A.shtml:
DERROTA EN VENEZUELA, PELIGRO MORTAL PARA BOLIVIA Y CUBA
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HEINZ DIETERICH
ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
1. Posible fin de los gobiernos en Bolivia, Venezuela y Cuba entre 2008 y 2010.
El presidente Hugo Chávez ha sufrido una derrota estratégica en el referendo constitucional, que junto con la derrota estratégica del gobierno de Evo en Bolivia y la cada vez más precaria situación en Cuba constituyen un panorama extremadamente grave para las fuerzas progresistas de América Latina. Es posible que los gobiernos de Hugo Chávez y de Evo Morales no sobrevivan los embates de la reacción en el año 2008 y que el modelo cubano se agote en el 2009-2010, si no se toman medidas realistas de inmediato.
Es un momento difícil y doloroso para iniciar un análisis frío de la derrota, pero no es posible posponerlo por dos razones. Esta es una guerra, y en toda guerra la derrota y confusión del enemigo es el momento idóneo para liquidarlo con un golpe decisivo. De la misma manera, la innecesaria y evitable derrota en Venezuela es el producto del triunfalismo, del voluntarismo y de la falta de debate crítico dentro y fuera del proceso. La única manera de salvar el proceso ahora es la crítica racional de las causas del descalabro y la comprensión realista de las opciones de triunfo que quedan.
2. El sistema de conducción oficial: razón principal de la derrota.La Asamblea Nacional. La causa principal de la derrota en Venezuela es el sistema vertical de conducción del proceso bolivariano. Esto es evidente en sus tres instancias formales, en las cuales el Presidente no tiene contrapeso alguno: el Parlamento, el gabinete y el partido. El Parlamento (Asamblea Nacional) es esencialmente una caja de resonancia de la voluntad presidencial donde los diputados, controlados por tres "capataces", dicen "sí" a todo lo que él plantea, aunque sea inviable. La responsabilidad de esta situación reside en parte considerable en los diputados oficialistas, que no quieren perder sus prebendas.
El partido y el gabinete. Lo mismo sucede en el partido de Estado (Movimiento V República, hoy Partido Socialista Unido de Venezuela) y en el gabinete. La relación del Presidente con los ministros del gabinete es bilateral, no colectiva. No asiste a las reuniones del gabinete, donde, en consecuencia, las fracciones más poderosas de la Nueva Clase Política (NCP) se las arreglan entre sí, dentro de los lineamientos generales del Presidente y bajo su poder de veto.
La fracción dominante de la Nueva Clase Política -cuyos tentáculos van del control del aeropuerto de Caracas vía las influencias en los servicios de inteligencia, en la Cancillería y en los nombramientos de los generales de la Fuerza Armada Nacional, hasta fuertes activos económicos- es la que encabeza el gobernador del estado Miranda, Diosdado Cabello.
El sistema presidencial de dominación del gabinete, que se basa en la sustitución de la negociación en bloque por la negociación bilateral, y el reconocimiento de su poder de veto se fundamentaban en dos elementos: el oportunismo material y de poder de los ministros -la Venezuela bolivariana es, probablemente, la única democracia burguesa, donde nunca ha renunciado un ministro- y la conciencia compartida de que la única garantía del poder era la popularidad del Presidente. Al menos la segunda premisa está ahora en tela de juicio.
La ventaja de este sistema para el Presidente era la discrecionalidad del poder y una cierta distancia de los casos de corrupción, ineptitud de los ministros y falta de seriedad en los debates del gabinete. Estando ausente, nada de eso era responsabilidad directa suya. Sucedían cosas, como cuando un ministro de finanzas entró a la sesión y dijo: "Tengo tantos y tantos miles de millones de bolívares. Presenten sus propuestas. Están autorizadas de antemano."
El precio político que pagó el Presidente por ese sistema de conducción fue la falta de información sobre la realidad, y el relleno del gabinete y de su entorno en Miraflores, de oportunistas de la NCP que, aunque muchas veces ineptos para los cargos escogidos, garantizaban el control burocrático del proceso, mas no la cercanía al pueblo. Un anillo adicional que le filtra la realidad es el del sistema de Miraflores, donde, por ejemplo, los inspectores que él puede enviar para investigar un problema pasan por el cuello de botella del Ministerio de la Presidencia. Algo semejante pasaba con los análisis de la "Sala situacional" del Palacio, donde, además, pasaron por el control de unos jóvenes "asesores" extranjeros (españoles, franceses), sin experiencia ni nivel político, pero con muy sabrosos sueldos.
Esa situación cortesana se reprodujo a nivel internacional, generándose un circuito internacional de aplaudidores intelectuales individuales, alimentados con premios culturales absurdos de 150.000 y 100.000 dólares, y colectivos, como algunas páginas web de izquierda que suprimen o marginan todo debate crítico sobre el desarrollo de los procesos progresistas en Venezuela, Cuba y Bolivia.
3. Las señales de advertencia: los idus de marzo
El producto que se le pretendía "vender" a la ciudadanía, la reforma constitucional, era deficiente; de hecho, tan deficiente que sólo se logró convencer a una cuarta parte del electorado. Había cláusulas tácticas absurdas, como la ampliación del período presidencial de seis a siete años; elementos económicamente inviables como la jornada de seis horas, y propuestas estructurales, como la refundación del Estado sobre consejos comunales, cuya implementación presuponía la existencia de una dictadura revolucionaria en Venezuela, para la cual no hay condición alguna. En toda la historia latinoamericana sólo ha habido dos dictaduras revolucionarias: la cubana, desde 1960 hasta mediados de los años setenta, y la del Dr. Gaspar Francia en el Paraguay del siglo pasado.
La reforma constitucional era un producto del exceso de confianza del oficialismo que creía que con la popularidad del Presidente -quien, inclusive en una fase crucial del proceso, se ausentó durante una semana del país- y los fuertes aumentos salariales a médicos, maestros y otros sectores sociales, con abundantes aguinaldos, el regalo de la jornada de seis horas y el ambiente navideño, iba a pasar.
Con todo, las advertencias de un posible fracaso de esta innecesaria y arriesgada batalla estaban a la vista: el proceso electoral de diciembre 2006, donde el Presidente, contra su propia proclamación no consiguió 10 millones de votos, sino sólo 7,3 millones; la incapacidad del poder presidencial de integrar a todas las fracciones de la coalición gubernamental en el nuevo partido oficial, el PSUV; la prolongada incapacidad del Gobierno de convertir a Telesur en un poder televisivo real y, finalmente, la subestimación del costo político de una pérdida de la alianza con el general Baduel, que, a todas luces, era evitable.
4. Crisis de vida o muerte en 2008
La primera posibilidad institucional de que la derecha sustituya al gobierno del presidente Chávez se da en enero de 2010, a través del referendo revocatorio. Pero Washington no esperará tanto tiempo. En la guerra se da la batalla decisiva cuando el enemigo está derrotado y en confusión. Es decir, Washington tratará de dar golpes decisivos a partir de este momento en los flancos débiles de la revolución nacionalista-desarrollista latinoamericana, para convertir la batalla ganada en una guerra ganada.
El primer gobierno que caería en este escenario es el de Evo en Bolivia, porque allá Washington ha logrado construir una situación muy cercana al jaque mate. En Venezuela, el detonante será, además de la subversión oligárquica-imperial, la crisis económica que golpeará con fuerza en 2008, si el Gobierno no toma medidas de urgencia de inmediato.
El oficialismo ha convertido en tabú el debate macroeconómico. Sin embargo, cualquier economista puede inferir desde los equilibrios funcionales necesarios para la economía de mercado, dónde va a estallar el problema. La inflación, ya de por sí alrededor de 18%, recibirá un nuevo auge con la inyección adicional de capacidad adquisitiva (liquidez) por el fin de año y requerirá después un enfriamiento considerable, que será aprovechado por la oposición. Los precios administrativos (definidos por el Estado) y regulaciones para los alimentos básicos, las divisas internacionales y el consumo interno de la energía distorsionan cada vez más las relaciones de oferta y demanda y vuelven incontrolable a la economía, causando mercados negros, corrupción, burocracia y desabastecimiento.
La idea de sustituir la inversión externa por la inversión del Estado, en lugar de controlarla, nace, al igual que las excesivas regulaciones e irreales precios administrativos, de una sobreestimación del poder del Estado frente a las fuerzas del mercado. La economía venezolana sigue siendo una economía de mercado capitalista y su superestructura sigue siendo la de una democracia burguesa, y esto determina las opciones reales que tiene la política económica de Miraflores. La voluntad del cambio revolucionario y el deseo de ayudar a los pobres no logra contrarrestar esas realidades objetivas, tal como experimentaron Mao en el "gran salto adelante" y Fidel en la zafra de las 10 millones de toneladas. El voluntarismo tiene sus límites objetivos.
5. ¿Cómo evitar la destrucción del Gobierno?
La derrota del referendo debilita sustancialmente el poder del Presidente en cuatro frentes de batalla: a) ante la oposición interna; b) dentro de los aparatos del oficialismo, donde los delfines de la Nueva Clase Política reorganizarán con urgencia sus escenarios del "Chavismo sin Chávez"; c) en la política internacional y, d) en la Fuerza Armada. Lo último es fundamental si tomamos en cuenta que hace tres meses hubo un conato de rebelión en un Comando Regional (CORE) de la Guardia Nacional.
Para evitar que esta derrota se convierta en el Waterloo del Presidente, es imprescindible que se renueve el sistema de conducción del bolivarianismo a nivel del partido, del Estado y del Parlamento y que se construyan instancias que se atrevan a debatirle sus propuestas. Estas instancias tienen que ser pluralistas para ser funcionales, abarcando un amplio espectro político, desde el general Alberto Müller Rojas, militar jacobino; el general Raúl Isaías Baduel, representante del centro político; los partidos y sindicatos obreros de la izquierda que están naciendo; el socialismo científico del siglo XXI y los movimientos sociales, entre otros sectores, que no sean fascistas.
Hugo Chávez es necesario para la continuación del proceso, pero sólo tendrá futuro si se abre a instancias colectivas de conducción. Si no, destruirá el proceso que ha ayudado a construir, porque no sólo es cierto que "la revolución devora a sus hijos", sino también que los líderes revolucionarios, cuando se convierten en conductores unilaterales, "devoran a la revolución".
6. La previsibilidad de la política
En agosto de 2005 advertí sobre los peligros de la Nueva Clase Política para la revolución (Venezuela: diez tesis sobre la Nueva Clase Política), y en julio de 2006, sobre la previsible contraofensiva oligárquica-imperial: mientras los "cinco pilares de poder de la oligarquía: el económico, el militar, el eclesiástico, el mediático y el imperialismo estadounidense-europeo siguen intactos, la guerra no ha terminado. Y de hecho, una fuerte contraofensiva oligárquica-imperial puede esperarse a partir de 2008/9". Esa ofensiva contrarrevolucionaria ha llegado. Y las fuerzas de la liberación están mal preparadas para derrotarla. Es necesario un gran esfuerzo inmediato, para no perder la guerra.
Artículo tomado de aporrea.org