San Felipe, 12 Abr. ABN.- Visto desde donde se mire cada quien tiene una perspectiva distinta de cómo se desarrolló el golpe de Estado del 11 de abril de 2002, y para la periodista yaracuyana Lexis Gutiérrez no cabe duda que los principales aliados y traidores del pueblo, que impulsaron el histórico absurdo, fueron los grandes medios nacionales de comunicación privados .
La periodista para esa fecha laboraba en un importante medio de comunicación impreso de Yaracuy, desde donde cubrió todo lo que en ese estado sucedía.
No obstante, su percepción en torno al golpe de Estado deriva del análisis que posteriormente hizo de la actuación de los medios nacionales y no de lo vivido en su centro de trabajo: “la influencia mediática obviamente la tenían las grandes televisoras y los impresos de circulación nacional”.
Recuerda la exagerada cobertura que para esos días (y en lo que todavía persisten algunos medios, según comenta) tenían las manifestaciones en contra del Gobierno Nacional. “Recuerdo que parecía que Venezuela estaba en caos y todo por el simple capricho de grupos que sólo querían la salida del Presidente”.
Comentó que el 11 de abril le pareció que los medios impulsaban a la gente a participar en las manifestaciones “e incluso, recuerdo con total exactitud, invitaban a la gente opositora a que desviaran su camino para ir a Miraflores a enfrentarse contra los grupos amigos del Gobierno que ya se encontraban en el lugar”.
Gutiérrez considera que el manejo mediático fue determinante para que los golpistas lograran sus objetivos: “Ahora que analizamos los hechos vemos claramente como todo estaba metódicamente planificado y como las televisoras siguieron al pie de la letra un macabro libreto de sangre y muerte”.
“Ese día (el 11 de abril) veía las imágenes que transmitían las televisoras y llegué a creer que esas personas sobre el puente Llaguno de Caracas disparaban sobre grupos de gente indefensa y que los muertos eran producto de ese desalmado ataque. Qué alejada de la realidad estaba mi percepción y la de muchos venezolanos”, comentó.
Según cuenta, “el día 12 de abril la situación seguía tensa y los medios continuaban transmitiendo lo que supuestamente sucedía en Caracas luego de la presunta renuncia del presidente Chávez, y hasta celebraban la instalación del gobierno de Pedro Carmona; pero hubo un detalle que me hizo entender que algo estaba mal: la intempestiva salida del aire de la entrevista del entonces Fiscal General de la República, Isaías Rodríguez, cuando aseguraba que estábamos ante un golpe de Estado”.
Al día siguiente, el 13 de abril, recurrió a la televisión para tratar de conocer más a fondo lo que acontecía “y me encontré con una programación infantil y de documentales que me parecía muy rara, considerando todo lo que había sucedido el día anterior y que teníamos, supuestamente, nuevo gobierno”.
Ahí fue cuando corroboró con varias llamadas hechas a algunos de sus colegas residenciados en Caracas que los medios no transmitían la verdad: “Mis amigos me decían que la gente estaba en la calle, en Miraflores, en los comandos militares y en diversos lugares públicos pidiendo el regreso de Chávez, lo cual no transmitían las televisoras. Ahí reaccioné y me dije: 'Es increíble, los medios ocultan algo. Sabrá Dios desde cuando”.
En lo sucesivo, sigue comentando, los hechos se desencadenaron muy rápido pero sin ninguna difusión. “Yo me enteraba por mensajes de texto o por lo que me decían vía telefónica los colegas de Caracas y aquí en Yaracuy no se sabía nada”.
“Finalmente, ya entrada la tarde, comencé a ver movimiento en las calles en apoyo al gobierno del presidente Chávez. Ya las noticias de Caracas eran conocidas por los yaracuyanos y no precisamente gracias a los medios de comunicación”.
“Si en algo debemos reflexionar es sobre cómo los medios tienen el poder de manejar a las masas, poder que puede ser usado para bien o para mal. Los grandes medios nacionales de comunicación lo usaron para dar un golpe de Estado que casi perpetúan si no es por la reacción contundente de un pueblo que no permitió el rompimiento de la democracia ni mucho menos la instauración de una dictadura que quién sabe a donde nos habría llevado”, concluyó.