30 de septiembre de 2009. La reciente decisión del gobierno canalla de Honduras de gastar más de
un cuarto de millón de dólares para contratar a un firma
publirelacionista que difunda su neolengua, está marcada por un toque
de ironía que incluso George Orwell apreciaría.
Tal agencia de relaciones públicas —con sede en Washington D.C, Chlopak, Leonard, Schecther y Asociados (CLSA)— tiene entre sus socios fundadores a Peter Schechter, quien también es un escritor de ficción. Su primer libro "Fronteras imposibles", está diseñado a la manera del argumento de un guión de película clasificación B de bajo presupuesto.
He aquí como el Washington Post lo describió en una reseña en 2006:
Los
terroristas de Siria, enfrentándose al reto de contrabandear 30 libras
de uranio a los Estados Unidos en un momento de máxima seguridad
fronteriza, diseñan un diabólico esquema: Se lo pedirán a los capos de
droga colombianos que introducen grandes cantidades de contrabando cada
día. El autor, hábilmente, desarrolla la trama nuclear mientras los
funcionarios de inteligencia de los Estados Unidos lentamente lo
esclarecen. Mientras la historia se aproxima a un clímax, todo tipo de
cuestiones apremiantes nos inundan: ¿Millones de estadounidenses
morirán en una explosión nuclear? Si es así, ¿se arruinará
definitivamente el romance entre el Presidente Stockman y la guapa e
inteligente mujer de Bogotá?
Así que
dado el aparente don de Schechter para el oficio de la ficción
trillada, parece muy apropiado para él y sus socios de CLSA que estén
encargados de vender la mala ficción del gobierno golpista hondureño a
la comunidad internacional.
Esa ficción, basado en la lectura del Registro de Agentes Extranjeros
de CLSA en el Departamento de Justicia, es para promover la dictadura
del presidente y usurpador Roberto Micheletti, como una democracia "a
través de la utilización de los medios de comunicación, contactos
responsables de las políticas y los eventos, y la difusión pública de
información a los funcionarios del gobierno, medios de comunicación y
grupos no-gubernamentales", todo ello con el objetivo de avanzar en "el
nivel de comunicación, conciencia y atención sobre la situación
política en Honduras."
Esa situación política (que por supuesto
debe ser encalada por medio de técnicas de ficción que la firma
publirelacionista empleará) continua deteriorándose como Al Giordano de Narco News escribió ayer:
En
la mañana del 28 de junio, soldados del régimen golpista irrumpieron en
las oficinas de Radio Globo y del Canal 36 en Tegucigalpa, para
silenciar sus transmisores. Las dos emisoras presentaron órdenes ante
la corte para poder volver al aire. Por los últimos tres meses han sido
sujeto de órdenes por escrito del régimen de Honduras de suspender sus
emisiones (los periodistas, a su vez, se negaron a ser censurados), y
de ataques paramilitares que derraman ácido sobre sus transmisores, y
aún así, las emisoras y sus periodistas heroicamente han vuelto al aire
rápidamente.
Esta mañana, tres meses después, se experimentó un
déjá vu. Las mismas tropas militares volvieron a escenificar la batalla
del 28 de junio, derribaron las puertas de ambas emisoras, pero esta
vez llevándose los transmisores y el equipo. Los soldados han rodeado
ambas sedes de las emisoras para evitar que la gente las recupere.
El régimen golpista está aferrado al poder ilegítimamente, amenazado en
cada frente por la verdad y la justicia, lo que significa que debe
crear una ilusión de sanción democrática, y con ese objetivo, ha
firmado un contrato por USD$292,000 con CLSA, llamando a la firma a "diseñar una campaña de persuasión."
Schechter, el jefe ilusionista de CLSA, sabe como vender la ficción política, ya lo ha hecho en el pasado. Como parte del trabajo de consultoría electoral
ha trabajado para el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo, para el
presidente colombiano Álvaro Uribe y para el ex presidente brasileño
Fernando Henrique Cardoso —este último es un contacto útil dado que el
presidente electo democráticamente, Manuel Zelaya, está refugiado en la
embajada brasileña de Tegucigalpa, Honduras.
A principios del
verano la Clase Golpista, ahora en control en Honduras, mantuvo como
cabilderos para que elogiaran al régimen a un consumado cómplice de
Bill y Hilary Clinton, Lanny Davis, así como también al diplomático de la era de Bush y figura del escándalo Irán-Contras, Roger Noriega
—ambos partidarios incondicionales del libre comercio. Asimismo,
Schechter está en el tren neoliberal y sostiene sin reparos en una entrada de blog
que el acuerdo de libre comercio con Colombia “debe pasar”, debido a
que la “policía, los políticos y los periodistas de ese país, son los
primeros en ser asesinados en la batalla para limpiar los narcóticos de
las calles de los Estados Unidos.” Nuevamente recuerde que este hombre
es el maestro de las películas de ficción clasificación B.