29 Octubre 2009 - Ian Kelly, portavoz del Departamento de Estado.¿Cuáles son los dos únicos países que votaron al lado de Estados Unidos en la ONU sobre el bloqueo contra Cuba?, tácitamente preguntó ayer en plena conferencia de prensa el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly. ¿Serán las Islas Solomon o Micronesia?, buscó en la memoria Kelly y se le armó un “arroz con mango”.
El intercambio entre un periodista, no identificado en la transcripción oficial, es una delicia:
Periodista: La Asamblea General tuvo su voto anual hoy sobre el “embargo” de Cuba. Tuvieron dos gentes que se sumaron a ustedes, dos países, ¿Puede usted recordar lo que son estos países y hablarnos del voto?
Kellly: Pienso que uno era Palau…
Periodista: Yo pensaba que era Micronesia…
Kelly: …o Micronesia…
Periodista. ¿O será Israel?
Pillado en la confusión, Kelly echó mano a la retórica anticubana. Y empezó: “Muy bien, Déjeme darle la orientación sobre esto. Los Estados Unidos creen que tienen el derecho soberano de manejar su conducta económica con Cuba…su relación económica con Cuba según los intereses económicos estadounidenses.
Y blablabla: “Este año los Estados Unidos han exportado 717 millones de dólares hacia Cuba.. las sanciones son una parte de la política de Estados Unidos acerca de Cuba”…
El periodista lo interrumpe: “¿Pero usted no tiene opinión ninguna sobre el hecho que el resto del mundo piensa que esto es una mala forma de actuar?”
Kelly: Bueno…
Periodista: ¿Qué el mundo entero, bueno Palau a parte..
Kelly: Esto parece ser un ejercicio anual que…
Periodista: Es un ejercicio anual para decirles lo que el mundo entero piensa…
Kelly (más anonadado aún): Parece ser una suerte de inercia de la Segunda Guerra mundial. La sugerencia que no estamos asistiendo a Cuba es falsa… Quiero decir que somos uno de los más importantes proveedores de ayuda humanitaria a Cuba.
Hay que entender que, para Kelly las ventas, bien pagadas y al contado, de productos agrícolas a Cuba son para la administración norteamericana una “ayuda humanitaria”.
El resto del dialogo se perdió en el habitual profusión de ataques a Cuba y el extraño discurso sobre los derechos humanos de parte de la nación que no llega a cerrar Guantanamo y que más individuos, preferiblemente afroamericanos o latinos, mantiene en sus cárceles. Sin hablar del desempleo masivo que obliga a millones de compatriotas del portavoz del Departamento de Estado a dormir en la calle.