4 de enero de 2009.-Las consecuencias generadas por la actividad aurífera ilegal y el bajo nivel que presenta el río Carrao han paralizado el turismo en la Laguna de Canaina.
Así lo informó Alejandro Lanz, director del Centro de Investigaciones Ecológicas de Venezuela (CIEV), quien ha recibido el alerta por parte de representantes indígenas de las comunidades y operadores turísticos de la zona occidental del Parque Nacional Canaima.
“El río Carrao se encuentra en un nivel crítico que impide la navegabilidad de las embarcaciones y el turismo se ha derrumbado (...) a los factores ambientales de sequía se suma la acción indiscriminada del hombre, al tenerse conocimiento de la minería ilegal que se desarrolla en la región sin control alguno”, resaltó el ecologista.
Según informa Lanz, alrededor de 40 equipos mineros compuesto por brasileños, colombianos y guyaneses indocumentados se encuentran devastando el río Cucurital y Playa Linda, afluente del Caroní y ubicado en la parte baja del río Carrao.
“Según nos informaron toda la actividad ilegal es comandada por un guyanés de apellido Bayo, quien coordina los equipos ubicados entre el río Cucurital y playa linda, enfrente de canaima, específicamente, en la desembocadura del río cucurital con el río Caroní”, indicó el director del CIEV.
Asimismo, señaló que, pese a las denuncias realizadas, la presencia de estos irregulares destruyendo los recursos naturales del Parque Nacional Canaima continúa sin mayor respuesta gubernamental, a pesar de estar prohibida por las leyes venezolanas este tipo de actividades en áreas protegidas.
“La ausencia de controles ha impulsado el desarrollo de una mayor presencia de mineros ilegales en la zona, otro ejemplo es el sector “Mono Guindao”, cerca de San Vicente de Paul, en la cual se encuentran más de 30 equipos mineros socavando las riberas del Caroní y arrojando gran cantidad de sedimentos a este río, principal cuerpo de agua que alimenta la Represa de Guri”, alertó.
Como es de conocimiento público, la paralización minera en la cuenca del Caroní por parte del Ejecutivo nacional se efectuó años atrás, tras comprobarse las consecuencias que genera la remoción de sedimentos en el cause de la cuenca y el acortamiento de la vida de la principal hidroeléctrica del país.
“Es una situación muy delicada, debido que se han seguimos multiplicando los campamentos mineros tanto en el Parque Nacional Canaima”, como en el Caroní medio y en sus cabeceras”, afirmó Lanz.
En este sentido, informó que el CIEV ha seguido recibiendo denuncias sobre la instalación constante de equipos mineros con monitores hidráulicos desde La Guacharaquita hasta Las Bonitas, donde hay aproximadamente 300 equipos trabajando y toda la sedimentación le cae al río Caroní (...) En las bonitas, comunidades indígenas han denunciado que la operación aurífera ilegal esta dirigida por el clan de los Martínez y utilizan poblaciones originarias para la extracción del oro y el diamante bajo una pseudo-esclavización al no contar ellos con la presencia de ninguna institución del Estado que los proteja”, resaltó.
Asimismo, esta masiva invasión de extranjeros indocumentados representa un movimiento de alimentos y combustible en grandes proporciones, por lo que no se explica cómo ninguna autoridad militar o civil de La Paragua y Ciudad Bolívar, localidades donde salen las provisiones, no se dan cuenta.
“Quizás porque el embarque de combustible y alimentos es un negocio muy lucrativo, por ejemplo, nos han informado que presuntamente, en Sal Salvador de Paul, un tambor de 200 litros de combustible es vendido por Fucho Rivas y Luis Rossi en un mil 500 BsF”, dijo.
La inexistencia de entes gubernamentales en la región y el fracaso de los planes de reconversión minera por parte del gobierno nacional y la carencia de políticas públicas por parte del Ejecutivo regional y los municipales, a juicio del CIEV han constituido el elemento motivador para que la actividad minera ilegal se vuelva apoderar de la cuenca del Caroní, así como se comience a desbastar zonas, hasta hace algunos años intocables.