8 de septiembre de 2010.“Mi hermano fue víctima de un complot internacional, en la que se encuentren numerosas personas que al saberse investigados por el Ministerio Público, huyeron del país y en la actualidad se encuentren protegidos por el gobierno de Estados Unidos”, denuncia Lourdes Suarez Anderson, hermana del Fiscal venezolano Danilo Anderson.
En entrevista desde Caracas, la abogada señaló como “pese a las
innumerables solicitudes que hizo la Fiscalía en el sentido de traerlos a
Venezuela”, varios sospechosos han encontrado refugio y protección en
el país que denuncia, según su conveniencia, a los demás como
“patrocinadores del terrorismo”.
De hecho, con la “desaparición” en Estados unidos del banquero
estafador Nelson Mezerhane, uno de los primeros individuos en ser
relacionados con el crimen, son ahora cerca de una docena los individuos
vinculados de una forma u otra al asesinato del fiscal que radican en
territorio estadounidense.
“Mi hermano, profundamente convencido de lo que hacía, asumió con
mucha seriedad y valentía la investigación de los hechos del golpe de
estado contra el Presidente Chávez, los 11 y 12 de abril del 2002”,
recuerda la abogada.
“Se convirtió desde ese momento en un enemigo y un blanco perfecto del
odio de un grupo de personas que durante años hicieron lo que quisieron
en el país y eran "los intocables" -así los llamaba mi hermano-,
logrando asesinarlo de la manera que lo hicieron”, añadió la mujer que
también tuvo que enfrentar amenazas de muerte.
“No conforme con lo que hicieron, lo atacaron salvajemente después de
su asesinato, con el propósito de desviar las investigaciones y el
interés de la colectividad… pero ya veremos, confío en la justicia,”
dijo.
“No pierdo las esperanzas de ver tras las rejas hasta la última persona que participó en ese asesinato”, concluyó.
MIAMI, EDEN DEL TERRORISTA
Ya en diciembre de 2004, los
investigadores tenían resuelto en gran parte el caso desde el punto de
vista material. Los hermanos Otoniel y Rolando Guevara, organizaron el
crimen pagando más de medio millón de dólares a los ejecutores, por el
intermediario de su primo José Guevara, radicado en Miami. En la
metrópoli de la Florida, José Guevara se beneficia de la protección del
FBI con quién conspiró en el caso Montesinos.
Según la investigación, el ex agente de la inteligencia venezolana
Pedro Lander elaboró la bomba, mientras otro, Johán Peña, colocó el
explosivo bajo el carro. Peña y Lander, solicitados por la justicia
venezolana, se encuentren en territorio norteamericano.
Una lista de los autores intelectuales del asesinato fue entonces
constituida, muchos de ellos vinculados a la mafia cubanoamericana de
Miami.
En noviembre de 2005, el Fiscal general ordenó el arresto de
Mezerhane, de la periodista Patricia Poleo, el abogado cubano Salvador
Romaní, y del general golpista Eugenio Áñez. El general Jaime Escalante
también estuvo investigad por presuntamente haber participado en el
homicidio.
Encabezaba esta lista de sospechosos el policía asesino Henry López
Sisco, un ex comisario torturador de la “DISIP” con el terrorista de
origen cubano Luis Posada Carriles- Ambos participaron en numerosos
hechos represivos contra la izquierda venezolana en los años 70.
Durante el Golpe de Estado de Abril 2002, Henry López Sisco encabezó el
asalto a la Embajada de la República de Cuba, junto al Alcalde del
municipio Baruta, Henrique Capriles Radonski, Salvador Romaní Jr. y
Roberto Alonso. Todos han conspirado de una manera u otra en el caso.
Terroristas cubanos que radicaron durante décadas en Venezuela están
activos en esta telaraña conspirativa, entre ellos Nelly Rojas, que
actúa de secretaria de Posada Carriles, su marido Pedro Morales y
Francisco Pimentel que fue cómplice de varias acciones terroristas de
esta red.
Mezerhane, el financista estafador, accionista de Globovision, que
aparece entre los principales sospechosos del asesinato del fiscal, se
encuentra ahora en Miami por ser el principal responsable de la quiebra
del Banco Federal venezolano. Desapareció de Caracas robándose 7
millones de dólares.
Otro socio de Posada Carriles, el general retirado Ernesto González
González, se encuentra en Miami, donde se estableció con la evidente
protección de organismos de inteligencia estounidenses. Ahí conspira con
otros golpistas refugiados en el edén del terror, entre los cuales
ex-dirigentes del partido Copei y del Partido Acción Democrática (AD).
El 12 de abril del 2002, Gonzalez pue quién secuestró al presidente
legítimo de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, huyó
luego del país para consagrarse a la organización de acciones
contrarrevolucionarias.
En la lista de sospechosos que buscaron en Miami un santuario, está
también otro ex “DISIP”, Joaquín Chaffardet, que, como López Sisco fue
formado por los servicios de inteligencia de Estados Unidos en la famosa
Escuela de las Américas (SOA).
El arresto de Alejandro Peña Esclusa, el "líder" fascista, con 900
gramos de C-4 y detonadores, y la detención en Caracas del salvadoreño
Francisco Chávez Abarca, un especialista de este explosivo formado por
Posada, han aumentado las sospechas en torno a una red terrorista
radicada en Miami.
El automóvil del fiscal Anderson fue destruido por una bomba compuesta
de explosivos C-4 y de un potente imán, un tipo de artefacto usado en
numerosas oportunidades por terroristas cubanoamericanos