30 de septiembre de 2010.- La Embajadora de Estados Unidos en Quito se “distingue” por sus numerosos vínculos con la USAID, la cara visible de la inteligencia norteamericana que consagra anualmente decenas de millones de dólares a intentar desestabilizar los gobiernos progresistas de América Latina. En su carrera diplomática tuvo el “privilegio” de conocer la dictadura sangrienta del general golpista guatemalteco Rios Montt y de conspirar como alta funcionaria de la Oficina de Asuntos Cubanos.
Heather Hodges, es una ex embajadora en Moldavia, nación que formaba parte de la ex URSS y donde se dedicó a excitar los diferendos que este país tiene con Rusia por la región de Transnistria.
En Ecuador, se sabe que “Su Excelencia” no se perdió una oportunidad de estimular el trabajo sórdido de su personal de inteligencia y de exacerbar el debate sobre el debate sobre un proyecto de separación de Guayaquil promovido por una cierta derecha.
A través de la USAID, Hodges también garantiza a ONGs manipuladas por elementos de extrema derecha fondos para desarrollar sus operaciones de penetración de la opinión.
Su biografía oficial del Departamento de Estado cuenta que nació en Cleveland, Estado de Ohio, que detiene una licenciatura en español de la Universidad St. Catherine de St. Paul, Minnesota y una licenciatura en filosofía y letras de la Universidad de Nueva York. Vivió varios años en Madrid, en la España franquista de los años 70.
Llegó al Ecuador a principios de agosto de 2008, seleccionada por la Administración de George W. Bush.
Hodges se sumó al “staff” del Departamento de Estado en 1980 y fue asignada a Caracas, Venezuela.
Pasó luego a Guatemala donde pudo apreciar el golpe de estado que llevo al poder al general Rios Montt bajo el cual se aceleró la militarización del país, con la complicidad de EE.UU., y ocurrieron masacres de civiles en lo que fue el período más violento de la historia guatemalteca.
En enero de 1989, pasó a ser cónsul antes de regresar al Departamento de Estado.
Sus convicciones de extrema derecha le permiten acceder en 1991 al puesto de Subdirectora de la Oficina de Asuntos Cubanos, una responsabilidad directamente vinculada a las maquinaciones de la CIA. Se desempeña en esta dependencia de pésima reputación del Departamento cuando acaba de derrumbarse el campo socialista y que se introduce el proyecto de ley Torricelli, que promulgó la extraterritorialidad del bloqueo contra la Isla.
En 1993, Hodges fue asignada a Managua, Nicaragua, como Ministra Consejera de la Misión ante el gobierno de Violeta Chamorro que privatizó la Banca, las Minas, el transporte, la salud, la educación y bajo el cual subieron dramáticamente los índices de narcotráfico, analfabetismo y corrupción.
Hodges fue ministra consejera de la Embajada de los Estados Unidos en Madrid, desde junio de 2000 hasta julio de 2003, bajo el régimen de José María Aznar que la condecoró.