Quito, septiembre 30-  Parecía que hablaba un shamán. La sabiduría ancestral de los pueblos habló con la voz del presidente ecuatoriano: Prefiero morir a perder la vida.

Allí, cercado por la policía  y la policía cercada por el pueblo, el presidente Rafael Correa, luego de cinco horas y media sin tener comunicación con el mundo manifestó vía telefónica que sigue gobernando a Ecuador desde donde está.

El primer mandatario ecuatoriano ratificó que se había reunido con tres altos funcionarios policiales ecuatorianos quienes le manifestaron, primero sorpresa y luego disculpas, excusándose en el hecho de no saber realmente el alcance de la medida tomada por el gobierno ecuatoriano en el sentido de trasladar a los sueldos lo que antes era un bono.

"Ellos se mostraron sorprendidos, y eso ratifica la intencional desinformación de que fueron objeto ellos y todo el cuerpo policial".

Minutos antes se reportaba por lo menos un fallecido en los enfrentamientos entre policias y pueblo ante los intentos de éste de ir al rescate de su presidente.

Casi en paralelo diversos funcionarios policiales y militares en Guayaquil reportaron a través de enlaces televisivos de TeleSur el retorno paulatino a la normalidad en la segunda ciudad de Ecuador.

Ante la pregunta mundial de por qué las Fuerzas Armadas Ecuatorianas no habina actuado para contener a la agresiva y represora policia quiteña, el presidente Correa develó que no se había actuado porque solo se esperaba una orden de él, lo que confirmó su mandato desde el Hospital Metropolitano de  la capital ecuatoriana.

El estado de excepción fue ratificado por un lapso de 5 días y se espera que el presidente pueda abandonar el hospital y retornar a Carondelet, sede del gobierno, para tomar las decisiones que tenga que tomar. "Con ellos sublevados no habrá ningún diálogo. No se puede permitir que masacren a un pueblo e irrespeten la dignidad presidencial como lo hicieron, y encima pongan condiciones", dijo el presidente Correa.

Mientras tanto, y entrevistado por TeleSur el académico mexicano Carlos Fazio fue contundente en sus apreciaciones: "No se puede descartar que la CIA esté detrás de ésto. Ya lo intentaron en Bolivia, ya lo hicieron en Honduras". También lo habían ensayado en Venezuela. "Es curioso" dijo Fazio."Pasa en países que ensayan su propios modelos políticos y económicos de desarrollo...".

En Buenos Aires, y en medio de gran expectativa son esperados los presidentes que conforman UNASUR. Se espera que su respuesta ante lo vivido hoy en Ecuador sea mas contundente y precisa que la tibia declaración de la OEA. Y aunque Néstor Kirchner no quiso adelantar nada, se sabe que la propuesta de Evo Morales de ir todos a Ecuador cuanto antes, está tomando cuerpo.

En las frontertas ecuatorianas los presidentes Alán García y Juan Manuel Santos, de Perú y Colombia respectivamente ya habían tomado la decisión de cerrarlas en, como dijo Santos, una clara respuesta política de apoyo irrestricto a Rafael Correa. Santos fue más allá: "Es un intento de golpe de estado y Colombia no reconoce a otro presidente en Ecuador que no sea Rafael Correa".

Por su parte el presidente Chávez habló de la dentellada de siempre de las bestias, refiriéndose al imperio Norteamericano y manifestó confianza en las Fuerzas Armadas de Ecuador como garantes del retorno del presidente Correa a Carondelet.

Y como colofón, Pablo Guerrero, abogado de quien fuera presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, rompió los cristales de la fachada de la televisión pública ecuatoriana junto a personas de las cuales ninguna era policía...

Mas acá de esa frontera, en Caracas, la población se volcaba espontáneamente a las calles dirigiendo sus pasos hacia la sede de la embajada ecuatoriana en la capital venezolana. Miles fueron a mostrar su solidaridad y su disposición.

Como dijo el presidente Chávez: En Quito reposa el corazón del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre. Y eso no es poca cosa...