17 de marzo de 2011.-En el siglo XVIII, cuando nació Simón Bolívar, Venezuela que era una colonia, estaba inserta en la economía mundial como un país exportador de materias primas hacia el mercado capitalista mundial. Estamos en el siglo XXI y han pasado la Independencia, la República, una serie de revoluciones nacionalistas y Venezuela sigue siendo un país exportador de materias primas para el sistema capitalista mundial, lo que pudiera indicar que el conocimiento, la tecnología, la ciencia y la cultura que se produce en las universidades, por lo menos aparentemente, no contribuyen en nada para que el país avance en términos históricos o contribuyen muy poco.
No significa que el país no haya cambiado, pues ha cambiado bastante, sobre todo el aspecto de las desvinculaciones de los poderes mundiales en la última década, pero realmente tenemos un capitalismo anglosajón desde hace unos 250 años dominando al mundo y donde los mismos vínculos de la dependencia, como dirían los autores de los años 60, se han mantenido décadas tras décadas, siglos tras siglos, gobiernos tras gobiernos y desde esa perspectiva de saber cuáles son los pasos históricos que necesita dar Venezuela para alcanzar el pleno crecimiento económico y la plena satisfacción de las necesidades de su población, que es el objetivo de cualquier sistema de gobierno en el mundo y más aún de un gobierno socialista, revolucionario y popular, es imprescindible que las universidades se coloquen a la altura de esos cambios y hasta el presente considerábamos que no ocurre así.
Hay una serie de nudos problemáticos en las universidades, en tal punto de la exclusión. Hay que decir por cierto que la democracia puntofijista, entre los años 58 y 80, multiplicó por 30 los estudiantes universitarios en el país, en cambio la Revolución Bolivariano la ha multiplicado por 4, si acaso por 5 si se llegó a 3 millones…la cifra que conozco era de 2 millones 400 mil, o sea, que la masificación, los problemas de la educación que se pueden cuestionar ahorita, también se cuestionaron en su momento, en los años 60 y 70, a toda esa explosión masificada en Venezuela, con los adecos y copeyanos, por lo que no estamos abordando un terreno desconocido. Repito, la democracia puntofijista multiplicó en relación con lo que había en la época de Pérez Jiménez por 30 y no por 4, es decir, el problema de la masificación no es nuevo en Venezuela.
La Revolución Bolivariana lo que hizo fue saldar una circunstancia que se había represado en los 20 años inmediatos anteriores, que son los años 80 y 90, y que se había presentado en el conocido debate de si deben existir mecanismos especiales de ingreso, pruebas o seleccionadores como las que hay aparentemente en algunas universidades autónomas, como hay también venta de cupos.
Se dice que en LUZ, en la Facultad de Medicina, los cupos para estudiar esta carrera se venden incluso por varios millones. Tenemos un país con graves problemas para el ejercicio de la justicia y ese es uno de los escenarios donde la justicia no actúa, pero evidentemente existe una política de inclusión y es un debate que se ha dado suficientemente, igual que el de la falta de democracia interna, no solo por aquello de que los obreros y empleados no son considerados parte de la comunidad universitaria sino por el excesivo control de atribuciones del Consejo Universitario. Puedo mencionar un caso de La Universidad del Zulia: Los Consejos Universitarios eligen a las comisiones electorales. En general, los Consejos Universitarios eligen sobre todo en las universidades; se pagan y se dan el vuelto.
Las autoridades rectorales actuales electas asumieron en septiembre-octubre de 2008, y en diciembre del mismo año la Comisión Electoral impugnó el proceso electoral de elección de autoridades, lo anuló y convocó a realizar un nuevo proceso porque estaba viciado. Al día siguiente, el Consejo Universitario se reunió, nombró una Comisión Electoral que se reunió inmediatamente, revocó la decisión del día anterior y le dio continuidad a la actual gestión rectoral; eso es algo que ha ocurrido tres veces en la última década. Si la Comisión Electoral decide algo contra la mayoría del Consejo Universitario, éste la destituye y nombra a otra en cuestión de horas…las sanciones, apelaciones, todo va para el Consejo Universitario.
Realmente, el democratizar la universidad pasa por democratizar el Consejo Universitario; distribuir ese poder en 5 o 6 instancias distintas y la Comisión Electoral, entre otras cosas, tiene que ser autónoma, independiente, ser electa aparte del Consejo Universitario, que no tenga nada que ver con éste ni con los rectores y eso lo tiene que hacer una Ley.
El problema de la estructura interna de las universidades es que están concebidas como feudos. Las facultades, las escuelas, los departamentos, los institutos de investigación y las cátedras son unos feudos donde no entra nadie y el que entra es el que quiero que entre exclusivamente, el que seguirá las investigaciones que sigo, el que repetirá lo que he repetido durante 30 años, etc.
Tenemos repetición de instancias universitarias, pues hay un Departamento de Matemáticas en la Facultad de Ciencias, otro en Economía, otro en Humanidades y otro en Ingeniería, por qué no existe un solo Departamento de Matemáticas para toda la universidad, para poner un caso. Existen facultades que tienen funciones similares, materias similares; por ejemplo en LUZ hay tres Facultades de Ciencias Económicas y Sociales; de Ciencias Jurídicas y Políticas, y la de Humanidades y Educación, por qué esas facultades no son una sola Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, por ejemplo. Igual ocurre con la Facultad de Agronomía y la de Veterinaria, por qué no hay una sola Facultad o instancia de Ciencias del agro; o las de Odontología y Medicina que serían una Facultad de la Salud.
La estructura universitaria actual está realmente fosilizada y se presta para que existan mandarines y señores feudales que tienen agarrado una especie de poder colegio electoral con el cual sobreviven y que tiene que ser transformado necesariamente por ley, como está contemplado en la ley actual de 1970, pues aparece cómo se organizan las universidades, las facultades, cómo se eligen las autoridades, los requisitos para ser rector, por lo que no tiene nada extraño que una nueva ley determine lo mismo, simplemente, no se está generando nada nuevo.
En la cuestión del control hacia los docentes, creo que hay algo importante también que no existe: un profesor ingresa a la Universidad y no hay manera de saber qué es lo que está haciendo como docente en las aulas de clase. Y uno conoce por vía de los estudiantes que hay profesores que repiten conocimientos que se crearon hace 30 años y no hay manera de abordarlos. Hay profesores que por alguna razón deciden no ser investigadores, a pesar de que la ley actual concibe la docencia y la investigación como función esencial del proceso por lo menos del profesor de dedicación exclusiva y a tiempo completo.
Una buena cantidad de profesores simplemente lo que hacen es cobrar como profesor de dedicación exclusiva y a tiempo completo, pero trabajan como profesores por horas y simplemente dan clases. Y no digamos de los proyectos de extensión, que son optativos, por lo que el que quiera hacer o no extensión que lo haga, sino pasa unos 20 o 30 años sin hacer extensión, sin hacer investigación y no pasa nada.
Somos partidarios de que debe haber un mecanismo modificado, tanto de ingreso como de evaluación y permanencia de los profesores, que no sea punitivo pero que permita darle seriedad al acto docente, que hasta ahora reconozco y me colocaría dentro de ese grupo, que existen profesores muy brillantes y responsables que trabajan hasta los sábados y domingos, pero también hay un montón de gente que echan el carro amparados en que realmente no existe ningún control. Queda a voluntad de los profesores ser o no responsables.
Por ejemplo, en una universidad en España, los concursos y los jurados son nacionales. Acá se podría hacer así y no es que se va a montar el concurso para el departamento tal y tres profesores del departamento son el jurado y ellos ya tienen al primo, sobrino o amigo que le va a llenar las aspiraciones de ellos…sino que un jurado más o menos imparcial que permita que ingresen los más capaces de las universidades, pero además una evaluación….por cierto, esos concursos de oposición, soy partidario de que se valore más una prueba escrita y una oral a que se valoren las credenciales, porque en esta cultura credencialista existen personas que tienen una carretilla de diplomas.
En LUZ se aparecen con una de esas carretillas, con esas cajas de plástico llena de credenciales porque se han dedicado toda la vida a eso. Hemos estado viviendo en una cultura mundial credencialista y donde, repito, esas credenciales no necesariamente demuestran que esa persona sea capaz para lo que va a concursar o aspirar. Más fácil es darle a esos docentes una prueba escrita y que luego nos dé unas clases sobre estos temas. Una prueba escrita y otra oral son mejores que una tonelada de credenciales. Cuando hablo de concursos, no estoy diciendo que sigan como está actualmente valorándose las credenciales. Lo demás que se hiciese un trabajo de ascenso pero que al mismo tiempo fuese de permanencia, en el cual cada 5 años los profesores estén obligados a presentar, ante un jurado, su rendimiento en docencia, en investigación y en extensión, con sus resultados, su tipo de clases, sus estrategias, textos escritos, guías de laboratorio, libros de textos como algo obligatorio para quienes son profesores de dedicación exclusiva y a tiempo completo.
Ese último punto es importante, un docente pasa 20 o 30 años en una universidad y nunca ha realizado un libro de textos de una de las materias que dio o hacerle un aporte significativo; eso debe ser obligatorio cada 5 años, porque entre otras cosas la universidad es para crear conocimientos, no solo para repetirlo, porque lo más importante es la creación no la repetición.
Así existen una serie de problemas que no me da tiempo profundizarlos… la rendición de cuenta del presupuesto. La Universidad del Zulia tiene más presupuesto, en términos brutos, que las Gobernaciones de Mérida y Barinas juntas al año. Reconozco que hay un problema de las universidades, porque una buena parte del presupuesto se destina a pagarle a personas que no están en la universidad, como son los jubilados.
Las Universidades autónomas tienen sobretodo alrededor de 50 por ciento o más de su nómina de personal jubilado que no tienen que ver con lo que es la universidad como tal y eso infla considerablemente los presupuestos. De todas maneras, hay que reconocer que en términos reales el presupuesto de las universidades autónomas es importante y cuando el Estado venezolano, a través del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, también exige rendición de cuentas, está en todo su derecho.
La autonomía ha servido para constituir una especie de élites de dirigentes. Hablo también por LUZ que es la mejor que conozco, donde calculo existen 5 mil profesores de los que 200 actúan más como políticos que como profesores. Los últimos rectores, vicerrectores, decanos, no son precisamente los profesionales más brillantes de la Universidad sino que son individuos que han ocupado cargos en la caja de ahorro, en el instituto de previsión o fueron decanos, o presidente de la Asociación de profesores, nunca jamás han desarrollado un proyecto de investigación, ni publicado un libro de su área de conocimiento, pero, sin embargo, son los rectores, vicerrectores, decanos. No son los más brillantes, pero son los más oscuros y mediocres los que terminan dirigiendo la universidad y no son ni uno ni dos sino como unos 200 por cada universidad autónoma y que se rotan… en 20 o 30 años que tienen en la universidad, tú le revisas sus currícula y han pasado por 6 u 8 cargos distintos.
Y existen además en LUZ unas mafias criminales muy poderosas y armadas hasta los dientes, que incluso han asesinado al presidente de la Federación de Centros Universitarios (FCU), a quien le dieron 20 tiros y no pasó nada (…) y aparte de él han asesinado a otros estudiantes e incluso en la Facultad de Humanidades asesinaron a uno. Esas mafias controlan la universidad, así como parte de la ejecución presupuestaria de las universidades, toleradas por la misma burocracia universitaria con las cuales hacen pactos. Son grupos que actúan como grupos estudiantiles que tienen un nombre, que tienen cargos en la Federación de Centros Universitarios, que dirigen Centros de Estudiantes en las facultades, pero que son al mismo tiempo mafias criminales.
Bueno, habría que abordar ese problema de la inclusión, el de la democratización, el de crear una estructura sencilla y flexible para las universidades. Un régimen de los concursos, ascenso y permanencia docente, el control presupuestario, el de las líneas de investigación que creo totalmente legítimo y la reforma curricular, que se ajuste al Plan Nacional de Desarrollo que tenga definido el Estado venezolano, que es el Plan Simón Bolívar.
El problema de la territorialización, porque cada universidad, por ejemplo en el propio estado Zulia hay tantas universidades LUZ, UNESUR, UNERMB, así como las universidades privadas, institutos universitarios y no hay ningún ente que los coordine, por lo que cada cual hace lo que le parezca conveniente en el territorio que actúan y todas actúan en el mismo territorio y no hay ningún tipo de plan común de educación universitaria para todas estas universidades.
El problema de la calidad de la educación, que también es importante, el tratar de regular a los docentes tiene que ver un poco con eso, porque la masificación es necesaria pero a la vez tiene que ir unida a una preocupación por la calidad, la cual tiene que ver incluso hasta con los sueldos de los docentes, hay que darle estabilidad a los docentes de la Misión Sucre, pero al mismo tiempo exigir calidad en la docencia, investigación, la ascensión y al alumnado. No es un problema de repartir títulos a diestra y siniestra, sino es un problema de crear profesionales capaces de transformar a la nación, y ahí el problema fundamental de la calidad universitaria es muy importante.-