16 de mayo de 2011.-Vamos a reflexionar sobre la transformación universitaria, antes de señalar algunas propuestas significativas para el proyecto de Ley de Educación Universitaria, eso podríamos dejarlo al final, pero quisiera partir de unos supuestos, de una tesis donde se inscribe la propuesta (de LEU). También quisiera trabajar el contexto de la transformación, porque todos sabemos que las transformaciones no se dan en un vacío histórico y social.
La primera tesis que sostengo es la de Paulo Freire y es que la educación es una práctica social y que ésta como práctica política es un campo de lucha, de conflicto social, donde se desarrollan los antagonismos sociales.
La segunda tesis que mantengo es que hablar de la educación y de los sistemas educativos, de las políticas educativas, nos conduce a la discusión del modelo social, a la discusión que tiene que ver con cuál es el modelo social que estamos trabajando; nos conduce a discutir y a relacionar con otras dimensiones sociales. Hablar de educación significa hablar de economía, del Estado, de la estructura jurídico política, del ser humano y fundamentalmente cuál es el tipo de educación que necesitamos es nuestras universidades para darle respuesta a los grandes problemas que encontramos: el origen y la causa de la estructura de formación capitalista, la manera como está estructurada la economía mundial, las relaciones e interacciones entre los Estados, las relaciones entre el hombre y la naturaleza.
La manera como están estructuradas las relaciones entre grupos y clases sociales crean una serie de problemas que tiene que ver, no sólo con la vida o solamente con lo biológico, sino con un problema fundamentalmente socio-antropológico.
Entonces, la pregunta frente a esos problemas es ¿Qué hacer? ¿Qué debe hacer el Subsistema de Educación Universitaria?, en sentido general ¿Qué debe hacer la educación?
Estamos frente a problemas reales y concretos que tienen que ver con la reproducción de la especie, de la vida en el planeta. Esto es fundamental porque nos lleva a reflexionar sobre qué papel juega la educación en la solución de estos problemas. Reflexionar sobre los modos de transformar la educación pública, estos espacios nos ayudan, contribuyen a pensarla, a criticarla para hacerlo fundamentalmente una práctica emancipadora en el marco del Proyecto Nacional Simón Bolívar y de nuestra Constitución, y fundamentalmente, en el marco de la doctrina de nuestros principios del Socialismo.
Estamos en un proceso de refundación de la educación pública, en el marco de transformaciones sociales y políticas, de orientación socialista. La pregunta que nos tenemos que hacer es ¿son viables estos cambios profundos en los gobiernos, en los Estados latinoamericanos? Los límites de las nuevas políticas educativas podrían provenir de esa derecha desalojada del poder político que ensaya y despliega en todos los campos de la vida social y, por lo tanto, en la esfera de la educación pública, es decir, que frente a nuestra propuesta, que no es teórica, sabemos muy bien que existen movimientos, en el sentido de moverse, de transformarse, de tomar posición frente a la propuesta que viene haciendo el Gobierno Revolucionario en relación con el cambio y a la vocación de nuestra educación universitaria.
Sabemos que ningún proyecto político podría ir más allá de las palabras si no se hace de la educación uno de los instrumentos fundamentales para el cambio, como muy bien nos lo expresa (István) Mészáros. Es muy importante desde el punto de vista global que en todo cambio social, el papel de la formación de sus ciudadanos, de sus estudiantes, debe tener como meta la formación de profesionales que nos lleven a resolver los problemas que sintéticamente hemos señalado.
Nuestro proyecto es de cambio, que se construye en contradicción con otro proyecto de organización social y otra manera de concebir la educación. Estamos haciendo referencia al proyecto neoliberal, al subsistema educativo que tiene sus universidades no solo en el ámbito de lo público sino también en el privado. Sabemos muy bien que este proyecto tiene que ver con la reproducción de la sociedad capitalista, es decir, la formación en el campo de las ideas y del pensamiento para reproducir la manera, la forma como está organizada la producción. Se necesitan profesionales no solamente para que se dé la reproducción ampliada del capital como forma de organización societal amplia, sino para la reproducción en el campo de las ideas.
Esto (último) lo señalo porque si hablamos de transformación universitaria, tenemos que tener claro qué queremos transformar y lo que queremos transformar lo tenemos que caracterizar. Sabemos que a partir de los años 80 con todo el auge neoliberal y, en ese principio y ese supuesto, hemos señalado que la educación no solamente podemos entenderla dentro del contexto natural y social, en esa relación interacción que existe entre pensamiento, mundo de las ideas y universidad, al existir el auge neoliberal, al pasar el neoliberalismo de su forma de organización societal tecniciana entra a construir las relaciones sociales entre países en el ámbito económico. Hay todo un movimiento de cambio y transformación en nuestras universidades.
Todos sabemos que son defensores de las universidades como bienes privados, hay una redefinición del significado, del objetivo y las prácticas y las universidades y un modelo que se comienza a formar en el ámbito de la educación a finales de 1800 y los primeros 30 o 40 años de 1900, hay una redefinición del significado de esa manera como se entendía la universidad. En este modelo, los mercados influyen en las universidades y modelan la educación en los términos de lo que se enseña, es decir, modelan los planes de estudio, lo que se investiga, influye en la agenda investigativa, en el tipo de conocimiento y la manera como se produce ese conocimiento.
La educación sufre en esta época, partiendo de los años 80 hacia delante, una transformación y es por eso que viene de un proceso de privatización y las universidades y la educación se convierten en un gran negocio no solamente en Venezuela, sino en otros países del mundo y América Latina. Es la fundamentación de las universidades como bien público, ¿Qué es lo que se materializa? ¿Cuál es la teoría que está detrás? Fundamentalmente, la teoría del capital humano, del desarrollo de los recursos humanos.
Frente a estas concepciones que sustentan la práctica de una educación empobrecedora, la pregunta es ¿Cómo contrarrestar esta formación que todavía tiene vigencia dentro de nuestras universidades, fundamentalmente en las públicas (oficiales)? ¿Cómo reemplazar los conceptos inadecuados que nos permitan la solución de los problemas actuales de la sociedad venezolana? Un ejemplo, hagan un estudio comparativo de lo que era la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela antes de los años 85 y 86, es decir, se cambia una escuela de economía política por una escuela neoliberal que trabaja fundamentalmente monetarista y que desarrolla el campo de la microeconomía, derrotando al pensamiento crítico en el ámbito de la economía y ya no se estudia, por ejemplo, cómo se construyen las relaciones sociales en la producción de la vida, en la distribución y comercialización de los bienes.
Ya no se ve la sociedad capitalista como el gran mercado, sino cómo repotenciar el gran mercado para que los procesos de acumulación de capital se siga centrando en los países del norte y en transnacionales, multinacionales y en grupos privilegiados. Ese ejemplo lo podemos llevar también a la Escuela de Estudios Políticos; cómo el pensamiento crítico viene derrotado en la Escuela de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela, y hablo de esta universidad porque es la que más conozco. Ustedes tienen prácticas en otras universidades y pueden seguir estos cambios, transformaciones, desde el primer modelo universitario a este segundo.
En la Escuela de Estudios Políticos, por ejemplo, ya no se estudia a (Carlos) Marx y si se estudia es para decir que nació en Tréveris (Alemania) y se casó con una baronesa, para poder justificar que se ve a Marx. Y esto no es solamente en el campo de las facultades o escuela, en el campo de las humanidades, sino también en el campo de las ciencias duras y físicas. Hagan un análisis de los planes de estudio de la Facultad de Farmacia de la UCV. Con esta afirmación que hago podemos ver que se puede demostrar fácticamente, empírica.
Frente a esto ¿Qué hacer? estamos hablando de transformación y ¿Por qué tenemos que transformarla? Tenemos que hacerlo porque hay que entender algo muy importante que arropa el ámbito educativo; hay que entender que la dirección hegemónica de una sociedad se concreta cuando se da la reproducción simbólica de esa sociedad, es decir, se ejerce a través de dispositivos morales e intelectuales que se concretizan y materializan en toda una serie de instrumentos. En las normas jurídicas agarra el aparato jurídico, no solamente construye sino impone normas que guían y orientan cómo se deben construir las relaciones y las interacciones sociales en los diferentes ámbitos societales.
En lo que nos respecta en el ámbito de las instituciones educativas, en el ámbito de esos instrumentos, de esas instituciones societales que producen y divulgan el conocimiento, tenemos que ver qué papel fundamental juegan en Venezuela en un proceso de transformación, de cambio y de revolución. Las universidades rápidamente construyen las representaciones valorativas del mundo y juegan un papel fundamental. También lo juegan en el control de la enseñanza, la reproducción y la transmisión de todo el control del campo simbólico.
Recordemos que nuestras universidades son lugares de legitimación del saber, pero también son transmisoras de relaciones de poder, obstruyen las relaciones de poder de nuestras universidades, pertenecen al dominio epistemológico de la organización del saber. La transformación de nuestras universidades es una transformación total y global, pero dentro de la transformación global no nos podemos quedar en la transformación administrativa, gerencial, de proyectos bien concretos como el ingreso de los estudiantes, la relación alumno - profesor, del problema presupuestario, estos son los elementos, como los diferentes proyectos, muy importantes. Los que estoy señalando en este momento tienen que ser arropados bajo una fundamentación epistemológica completamente diferente a las fundamentaciones epistemológica donde están montadas nuestras universidades y donde está montado nuestro subsistema de educación universitaria. Si nos vamos a las raíces, si no cortamos desde las raíces todas las cosas que hacemos nos las traga el sistema y las transforma y reproduce a su favor y son horas de trabajo, de reflexión, de lucha para que el sistema no siga reproduciendo lo que queremos cambiar.
Entonces, la propuesta y la reflexión que podemos traer, y me parece que es fundamental, es que debemos dar un puesto de privilegio en las próximas reuniones al debate sobre cuál es la transformación, cuáles son las propuestas en el ámbito epistemológico, en las bases, en la fundamentación donde se tiene que construir todo el sistema educativo. Esto que estamos señalando no lo hacemos en abstracto, ni en el aire, en Venezuela todos sabemos que existe un conflicto en torno a la hegemonía que significa la efectiva capacidad de dirección de nuestra sociedad.
¿Qué es lo que se disputa en Venezuela? ¿Qué es lo que estamos disputando actualmente en el campo de la educación universitaria? Lo que se disputa es la direccionalidad, cuáles deben ser las guías legítimas que nos permitan orientar y transformar esas estructuras que pertenecen al modo de producción capitalista, neoliberal, en la reproducción golpeada y fundamentalmente en la formación de los trabajadores y de los profesionales que son la intermediación entre el hombre y la naturaleza para satisfacer las necesidades.
Esas relaciones que construyen nuestro aparato productivo, lo que produce son los grandes males que estamos afrontando, como son los problemas de la desigualdad y de la exclusión social que podemos medir empíricamente en Venezuela.
El proceso revolucionario ha mostrado las grandes desigualdades que existen en nuestro país, pero los cambios y las transformaciones no se pueden quedar solamente como lo queremos mostrar en un ámbito cuantitativo. Que cuando el Comandante Chávez llega en el año 98 a la Presidencia de la República existían 497 mil bachilleres excluidos del subsistema de educación universitaria. La pregunta que tenemos después de 12 años de Revolución no está referida solamente a la exclusión, sino cómo enseñar, qué enseñar, cuáles son los instrumentos tipo conceptuales, cuáles son las categorías que tiene que construir ese mundo simbólico completamente diferente a la construcción del mundo simbólico del capital.
No es un asunto exclusivamente científico, sino que también es político y es filosófico, y como tal la discusión la tenemos también que llevar en estos términos como la estamos llevando, tiene que ver con la construcción de una determinada realidad social, recordemos que las universidades producen no solamente profesionales, sino ideas, conceptos, representaciones, instrumentos teórico conceptuales, técnicas y todos estos elementos actúan en función de una visión del mundo, por eso es que la educación y las transformaciones universitarias tienen que estar al interior de la visión del mundo y, en este caso, la visión del mundo de la solidaridad, la no explotación, la no exclusión y de la participación, la no destrucción de la naturaleza; esa es la visión nuestra que enfrenta a la del mundo capitalista, a su manera de concebir las universidades y a su influencia dentro de nuestras universidades públicas, es decir, las estructuras de conocimiento no las podemos desligar de las relaciones de poder.
El conflicto que existe en Venezuela es por la hegemonía cultural y está presente no solamente en todas las estructuras de nuestra sociedad, fundamentalmente está presente en la cartografía de los epistemes y es por eso que si logramos diseñar, diferenciar la cartografía de los epistemes, podemos ver cuáles son los epistemes y luchas, las metodología y luchas, las formas de representación y de reconstrucción de la realidad. No es lo mismo una metodología dentro del modelo hipotético deductivo, una metodología fatalista, una metodología empirista que forma a nuestros estudiantes dentro de una lógica lineal, formal y fraccionada que una epistemología que enseñe y nos permita ver los procesos de transformaciones, de cambios, en el campo no de la lógica formal, sino de la lógica dialéctica, una metodología que nos permita ver las contradicciones de manera diferente a un intelectual, profesor o artesano en la producción de conocimiento. Cómo podemos producir conocimiento colectivamente, a través de los análisis de coyuntura que nos permite conceptualizar y ver el desarrollo de cada una de las disciplinas, de las carreras, de las escuelas y de las universidades.
Existe conflicto por la hegemonía cultural, están presentes en todas las dimensiones sociales y, por ende, en la dimensión del mundo universitario y esto entre dos grandes visiones del mundo, independientemente de los matices que puedan existir en cada una de ellas.
En Venezuela hay profundas tensiones con respecto a la función social que debe desempeñar la educación universitaria. Al interior de ella se reproducen las tensiones generales, se producen todos los debates y podemos clasificarlos si analíticamente descomponemos el mundo universitario en todas las dimensiones que lo forman.
Frente a este conflicto que señalamos en el campo universitario, por ejemplo, en el Proyecto Nacional Simón Bolívar y el proyecto Neoliberal se hizo una serie de propuestas bastantes generales en el proyecto de Ley de Educación Universitaria (LEU). Entre esas propuestas fundamentales están que los Programas Nacionales de Formación tienen que verse y analizarse dentro del Proyecto Nacional Simón Bolívar, es decir, estos son los programas que necesita el país o son otros los programas, y, si son estos, tenemos que ver si hay que redimensionarlos.
Una nueva estructura universitaria que estará en los núcleos de formación, en los centros, que sería una especie de centros de estudio, que en ellos los profesores de los diferentes programas de formación podrían participar. Ejemplo: el Programa Nacional de Formación de Energía y Petróleo, tiene un Centro de Formación de Energía y Petróleo, pero no solamente van a estar los profesores de los centro de formación de este programa, sino que estarían en el de Medicina, Estudios Jurídicos y esto permitía analizar el problema de la energía desde diferentes dimensiones y con una concepción ontológica completamente diferente. No es lo mismo un centro de estudio de energía y petróleo formado solo por ingenieros en petróleo a un centro de estudio que esté formado por ingenieros, físicos, biólogos, abogados, sociólogos; esto tiene una concepción epistemológica completamente diferente a la práctica.
La visión de totalidad como concepto epistemológico fundamental que no produce cumplimiento ni ocultamiento de la realidad, pero ya en la práctica estos centros de estudio tienen sus áreas académicas y sus líneas de investigación. Está en primer momento el Proyecto Nacional Simón Bolívar, que cada centro de estudio reflexione sobre si son las áreas temáticas, las líneas de investigación, pero también en estas áreas temáticas y líneas de investigación en nuestra nueva estructura que no es por práctica y por departamento sino con una estructura de formación y una de investigación, está presente la comunidad, la comunidad en qué sentido, de que los problemas fundamentales que se vayan a investigar los conoce la comunidad.
La investigación cambia, aquí no trabajamos con modelo hipotético deductivo versión verificacionista, sino que se trabaja con la comunidad. El proyecto de investigación pertenece a profesores, investigadores, estudiantes y comunidad. Este tipo de proyectos no solamente presenta un saber insurgente en cada una de las dimensiones societales, insurgente en el área de la economía, de la salud, del derecho; un saber insurgente para cambiar y resolver los problemas. Y este saber insurgente de unos proyectos con una comunidad organizada, profesores, estudiantes, comunidad en un territorio determinado. Hemos hecho una propuesta de territorialización de las comunidades y ésta sigue en nuestras universidades porque es para resolver problemas concretos del territorio.
Se organiza y esa organización permite la planificación y ésta, una acción revolucionaria para resolver problemas de la laguna de Tacarigua, del Lago del Zulia, pero resolver ese problema no se puede hacer solamente desde el Estado, sino que tiene que ser con la participación de la comunidad.
Este modelo comunidad - universidad permite algo muy importante que es la concientización, que es la organización del Poder Popular, porque los cambios y las transformaciones se tienen que dar con conocimiento y participación del Poder Popular, es decir, con la construcción de la subjetividad revolucionaria. Sin subjetividad revolucionaria no hay revolución en ninguno de los ámbitos societales y eso significa ver cómo sería la transformación de nuestra sociedad en la articulación y en la adecuación al proceso revolucionario, porque una revolución no la pueden hacer unos intelectuales orgánicos, no la puede hacer solamente un gobierno, la tiene que hacer el pueblo participando consciente de los problemas, no solamente generales y universales del país, sino los empíricos y fácticos, donde la comunidad vive y que tiene que resolver, y las universidades tienen que participar en la solución de esos problemas, en el acto del proceso cognitivo, del diagnóstico, de la producción de tecnología. Esto significa solución de problemas y construcción de sociedad socialista en conflicto con la reproducción de la sociedad capitalista.-