1º jul. 2011 - La juventud española cada vez le da más la espalda a la Iglesia católica, según un estudio presentado por el Instituto de la Juventud, el INJUVE. El informe revela que en apenas una década el porcentaje de jóvenes que se consideran católicos practicantes ha pasado de casi el 30% en el año 2002, a poco más del 10% en 2010.
Antón y Verónica Frentescu son una pareja que se declara católica practicante. Se mantuvieron fieles a sus creencias espirituales a pesar de las dificultades que siempre tuvieron en su país natal, Bulgaria, donde la religión mayoritaria es la ortodoxa. Por eso, cuando la pareja emigró a España, le resultó muy fácil transmitir su fe a sus hijos: los llevan a colegios católicos y practican ritos diarios como rezar, bendecir la mesa e ir todos los domingos a misa.
Sin embargo, Antón y Verónica observan cómo ahora sus hijos, en plena adolescencia, empiezan a cuestionar esta educación, y los padres culpan de ello a que la mayoría de sus amigos no son católicos o no son practicantes. “Te preguntan también los hijos: ¿por qué nosotros no hacemos esto? Lo corriente es, por ejemplo, no ir a la misa, no practicar. Que pierdan ese miedo a que algunos consideren que hacen el ridículo. Hay un miedo, que todo el mundo tenemos, a hacer el ridículo, y tal vez cada vez es mayor en las familias cristianas practicantes”, dice Antón.
Y de hecho, según el estudio del INJUVE, un 49% de los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años se declaran indiferentes ante la religión católica, ateos o agnósticos. Mientras que los que se consideran católicos pero ‘no practicantes’ son un 45%.
Desde el INJUVE se recuerda que hace 45 años el 77% de la juventud se confesaba católica practicante y explica el cambio en la salida de la religión del ámbito público.
Gabriel Alconchel, director general del Instituto de la Juventud de España, señala que “la religión está ahora mismo quizás donde siempre debió estar, en el ámbito privado. La religión es importante a la hora de encontrarle un fin último a la vida, un sentido a la vida, pero a lo mejor no es tan importante a la hora de definir cuestiones políticas, cuestiones sobre sexualidad, cuestiones sobre la concepción de la familia… son cosas independientes”.
Desde la asociación Europa Laica también se explica este cambio religioso tan profundo en la sociedad española con el hecho de que hace décadas la religión católica era obligada en España. Desde que se pudo elegir libremente, los jóvenes han optado en su mayoría por declararse laicos, sin que esto suponga un perjuicio en sus valores vitales.
“En España se debe a que la Iglesia católica ha sido impuesta a todos los ciudadanos y ciudadanas desde hace quince siglos, y desde hace poco más de 30 años ya no es obligatorio ser católico. El que un joven sea solidario, el que un joven haga cosas buenas en la vida, que estudie, que trabaje, que se forme, no tiene nada que ver con la espiritualidad ni con la religiosidad. Se da el caso de que cada vez los jóvenes son más solidarios, cada vez estudian y se forman mejor, independientemente de sus creencias y convicciones”, dice Francisco Delgado, presidente de Europa Laica.
Los jóvenes españoles cada vez optan más por el laicismo, como también lo demuestra el hecho de que desde el año 2008 se registran más matrimonios con celebración exclusivamente civil que religiosa.
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