4 de julio de 2011.-Durante cinco décadas, periodistas literarios, psicólogos y
biógrafos han tratado de aclarar por qué Ernest Hemingway se quitó la
vida, disparándose en su casa en Idaho mientras su espora Mary dormía.
Algunos
culparon a la creciente depresión en la comprensión de que los mejores
días de su carrera como escritor habían llegado a su fin. Otros dijeron
que sufría de un desorden de personalidad.
Ahora, sin embargo, el amigo y colaborador de Hemingway en los
últimos 13 años de su vida ha sugerido otro factor que contribuye,
anteriormente desestimado como un delirio paranoico del premio Nobel
de Literatura. Es que Hemingway estaba en conocimiento de su larga
vigilancia por el director del FBI, Edgar Hoover, quien sospechaba de
sus vínculos con Cuba, y que esto pudo haber ayudado a empujarlo hasta
el borde.
Escribiendo en el New York Times en el 50 aniversario
de la muerte de Hemingway, A.E. Hotchner, autor de Papa Hemingway y
Hemingway y Su Mundo, dijo que él creía que la vigilancia del
FBI “sustancialmente contribuyó a su angustia y su suicidio”, añadiendo
que él “lamentablemente juzgó mal” el temor de su amigo por la
organización.
La reevaluación es significativa ya que fue
precisamente por Papa Hemingway que el temor del escritor de ser espiado
y seguido por el FBI surgió por primera vez.
El cambio tardío de Hotchner arroja una nueva luz en los últimos
meses de la vida de Hemingway y de otros dos incidentes en particular.
En
noviembre de 1.960, escribe Hotchner, visitó a Hemingway y a Mary en
Ketchum, Idaho, para la cacería anual de faisanes. Hemingway se portaba
de una manera rara, recuerda Hotchner.
No sería la única vez
durante su visita que Hemingway se quejaría acerca de estar bajo
vigilancia del FBI. En el último día de la visita de Hotchner, en una
cena con el escritor y su esposa, Hemingway señaló a dos hombres en el
bar quienes él identificó como “agentes del FBI”.
Con los dos incidentes inmediatamente antes de la
hospitalización de Hemingway en la clínica Mayo en Minnesota, donde
recibió terapia de electrochoque, y varios intentos fallidos de suicidio
luego de ser dado de alta, la mayoría descartaron las denuncias de
Hemingway sobre el FBI en buena parte ilusorias.
En la década de los 80, sin embargo, el expediente de Hemingway
del FBI fue publicado luego de una petición de la ley de Libertad de
información hecha por Jeffrey Myers, un académico en
ese entonces de la Universidad de Colorado. El expediente demostró un
profundo interés en Hemingway, incluyendo sus intentos durante
la guerra para establecer una red de espionaje contra el fascismo
llamado Crook Factory, y el interés persistió hasta que él ingresó a la
Clínica Mayo en 1.960.
Efectivamente, en enero de 1.961, el
agente especial con la tarea de seguirlo diligentemente informó a Hoover
que Hemingway “estaba física y mentalmente enfermo”.
Ese expediente, de
más de 120 páginas y de las cuales 15 páginas están tachadas por
razones de seguridad nacional, también demuestran cuan cerca era el
interés de Hoover y su organización en Hemingway. Se está
reconsiderando las revelaciones contenidas en este expediente que llevó a
Hotchner expresar su pesar de que él no tomó más en serio las quejas de
Hemingway, o consideró el potencial impacto que tal vigilancia pudo
haber tenido sobre un hombre que entraba en un período de enfermedad
mental.