Debate en el CIM

(VIDEO) Nicmer Evans: "La discusión ideológica como base en el proceso revolucionario"

(Foto de Archivo)

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Voy a tratar en estos veinte minutos de abordar tres dimensiones del tema que nos convoca hoy:
Una primera es que trataré de hacer una breve caracterización de la situación, para después hablar del Estado venezolano en revolución, y después hablar de propuestas, que creo que el centro fundamental de atención de la convocatoria de la actividad de hoy, gira además, en torno precisamente a esa crítica leal y a esa propuesta comprometida, y en ese sentido creo que la crítica puede estar basada precisamente en la posibilidad de un diagnóstico y, una caracterización de la realidad política de nuestro país y sin duda alguna, que irnos de aquí solamente con la crítica no tendría ningún sentido, así como Víctor (Álvarez) hace una propuesta puntual, qué bueno que cada uno de nosotros tiene precisamente esa intención de hacer una serie de propuestas que permitan, ser además viables y, puedan desarrollarse en función de la profundización del proceso revolucionario y de la construcción de un socialismo concreto, de un socialismo asiduo.

En este sentido creo que la caracterización de lo que en estos momentos podría describir la realidad venezolana, gira en torno como a tres elementos: uno que es la madurez del proceso revolucionario, otro que es la revolución como un objetivo militar nacional e internacional y un tercer punto que es de una oposición y su falsa unidad.

En este sentido en el primer punto de la caracterización, quisiera hablar un poco del nivel de madurez del proceso revolucionario y las complejidades en relación precisamente a este aspecto. El proceso revolucionario en la actualidad, o mejor dicho al principio, fue caracterizado como por dos especies de tendencias sobre las cuales se movía la construcción del proceso revolucionario, hay algunos comunicadores sociales que lo denominaban la confrontación entre los militares y los civiles, por supuesto teniendo un Presidente de la República y líder del proceso revolucionario que viene de la fuerza armada, pero que además venía hacia un proceso paulatino de integración de la vida civil, que ya además tiene integrado muchísimos años, creo que casi lo mismo o un poco más de lo que tuvo como vida militar desde el punto de vista de la acción política, sin embargo esta caracterización se mantuvo hasta hace unos años, y en estos días discutiendo con algunas personas, llegamos a la conclusión que ya esa diferenciación entre lo militar y lo civil va diluyéndose en el proceso revolucionario, y creo que hay la posibilidad de una nueva caracterización de la realidad del proceso político venezolano, que gira en torno hacia dos tendencias un poco más claras en donde puedan haber civiles y militares de manera absolutamente indiferentes, que es el asunto de una visión reformista o una visión realmente socialista o transformadora.

Creo que sí que si nos enfocamos un poco hacia este sentido tampoco buscamos una diferenciación radical, ni tampoco dar una nueva herramienta para decir: bueno tú eres reformista o yo soy revolucionario de verdad, no, es que más o menos es la caracterización de lo que está sucediendo en estos momentos en relación al seno del proceso revolucionario, va girando en torno a ello, y lo podemos ver no solamente en la base del partido, en las corrientes que empiezan a ganar un espacio importante en relación con las tendencias, y aquí hago una diferenciación puntual: cuando hablo de corrientes hablo de tendencias de pensamientos, o mejor dicho, de orientaciones de pensamientos y elementos ideológicos que se superponen a la diferenciación: entre yo estoy con fulano o estoy con perencejo; mientras que las tendencias son aquellas que giran en torno a personalismos políticos dentro del mismo seno del proceso revolucionario, con liderazgos además, que son absolutamente lógicos e incluso son necesarios en cualquier proceso político y aún mas, en estos momentos, en donde estamos hablando de de la profunda reflexión que hizo el Presidente ayer de hiper liderazgos y de la necesidad, precisamente, de generar una comisión de delegación y de mayor socialización de los procesos decisionales en ese sentido.

Creo que uno de los elementos importantes en ese sentido es la madurez en relación a esa superación militar – civil y más bien una profunda integración de valores ideológicos, que empiecen entonces a develar posturas y empiecen a generar debates dentro del proceso revolucionario, a pesar de que quizás no sean tan públicos, sin embargo uno lleva adviento a los espacios de encuentros del Partido, de encuentros del poder popular, la necesidad de generar profundas diferenciaciones o claridad en relación a ideas sobre lo cual va desarrollándose este proceso revolucionario. Aquellos que simplemente piensan que el Estado debe ser modificado o que puede tener soluciones viables dentro de sus propias estructuras y, aquellos que dicen que es necesario la profunda transformación del Estado para realmente adaptarlo a unas condiciones revolucionarias y a un proyecto que gira en torno hacia al Socialismo.

Quizás allí adelantamos un aspecto importante en este sentido en relación con el análisis de la comisión del Estado venezolano, que es el hecho de que tenemos un Estado cuarto republicano con unas políticas públicas y un liderazgo revolucionario, esa tensión cada día se marca más dentro del proceso revolucionario y se hace irresoluble, porque definitivamente empiezan las profundas contradicciones entre estructuras que no estaban creadas para la participación ni para el poder popular ni para la democracia protagónica y una base, un poder popular y un liderazgo conducido por el Presidente Chávez, que tiene una claridad absoluta de hacia dónde va la concepción de un Estado comunal en ese sentido.

Y otro elemento, que creo que abrimos una nueva etapa en relación a esa caracterización de la realidad política venezolana desde el punto de vista de lo político, es el hecho de iniciar un proceso de superación del yo hacia al nosotros. Creo que las palabras ayer del Presidente cuando estuvo con Juan Carlos Monedero, vía telefónica, en relación al análisis de la humildad de entender el problema del híper liderazgo como un elemento que es necesario reflexionar, creo que sin duda alguna anticipa el hecho de comprender que muchas veces ese yo necesario para definir claramente quién tiene el liderazgo del proceso revolucionario, debe entrar ya a una etapa en donde ya nadie duda que el líder es el Presidente Hugo Chávez Frías, pero que también necesita de una colectivización del proceso, no solamente de conducción, sino además también de la posibilidad de acción política y de la necesidad realmente de generar vías mucho mas expeditas, para que el poder popular y el poder comunal tengan muchas expresiones dentro de estos procesos decisionales.

Sin duda alguna que estos elementos entre muchas otras cosas podrían caracterizar el hecho de que la situación política venezolana en estos momentos, se pasea especialmente dentro del proceso revolucionario en una etapa de develación, de sinceración de cosas que hace unos meses comentarlos era casi una cosa sacrílega y, hace dos años mucho más, cuando se comentó en este espacio aquí mismo en el CIM y fue causa de señalamiento e incluso de discusión y de sanción parcial de algunos liderazgos de tendencias dentro Partido Socialista Unido de Venezuela, y creo que eso debe afirmarse de manera puntual, quisieron hacer fiesta de un esfuerzo crítico y afortunadamente dos años después, creo que se ve reivindicado ese esfuerzo y se ve reivindicado también la necesidad de la profundización de la tres erres, y la necesidad de la crítica, como elemento fundamental de cualquier proceso político que se digne a caracterizar como socialista.

Eso a lo interno, va acompañado por supuesto de una oposición que se alimenta fundamentalmente de los errores del proceso revolucionario pero no de sus aciertos, o sea una oposición que no tiene capacidad de acertar, que no tiene capacidad de proponer, sino que es vampiresca en el sentido de que se alimenta de la sangre del proceso revolucionario cuando comete errores, porque todo proceso es perfectible, ninguno es perfecto y en ese sentido nosotros cometemos errores, quizás la madurez del proceso revolucionario está en poderlas detectar a tiempo y poder generar las correcciones necesarias sobre esos errores, una oposición basada en una falsa unidad, pero además una oposición que establece como objetivo fundamental el de la disolución de la relación Chávez – pueblo, ese el objetivo fundamental y más trascendente de la oposición; no solamente ese, el Presidente Chávez en el desplazamiento electoral, sino la ruptura de la profunda relación y arraigo que existe en la empatía, entre la comunicación y la capacidad de expresión de interpretación del Presidente Chávez, del sentimiento y de la demanda del pueblo venezolano, allí es, en donde el objetivo está fundamentado, en la interrelación de esos dos elementos y en la constante ruptura de esos elementos, creo que igual Miguel Ángel (Peréz P.) va a tocar el aspecto comunicacional, así que no lo abordaré yo, pero sin duda alguna una de las herramientas fundamentales de la ruptura de la relación Chávez – Pueblo está siendo direccionada a través del recurso comunicacional como elemento permanente de medida de esa relación.

Por otra parte la oposición pasa por una caracterización, en donde nosotros hemos cometido un terrible error que es la de caracterizarla como un sector político ausente, que tiene una ausencia de proyecto, o más bien una realidad concreta que es que la oposición tiene un proyecto, pero un proyecto que ha vencido. Sin embargo ellos pretenden extender la fecha de expiración de ese proyecto, pretenden prolongarlo, pero ellos tienen un proyecto. La oposición tiene el proyecto del puntofijismo, tiene el proyecto de la democracia representativa, tiene el proyecto del capitalismo, de la profundización del rentismo petrolero, del alimento de las oligarquías venezolanas y del desplazamiento del pueblo dentro de los procesos de toma de decisiones.

Sin duda alguna entonces que allí hay un elemento importante que tomar en cuenta a la hora de hacer el análisis de la caracterización de un sector, que en estos momentos está pretendiendo capitalizar algún nivel de descontento, producto de ese desamor que algún sector del proceso revolucionario ha empezado a proferir como consecuencia del desgaste, además en el tiempo, y de algunos elementos que vamos analizar un poco más adelante.

Ahora, la oposición tiene una imposibilidad concreta, que es la de no poder canalizar el descontento, sin embargo, porque no hay ninguna propuesta que amalgame, que sustente la posibilidad de captar ese espacio que se ha perdido en porcentaje de votos, incluso a nivel de lo que es la lectura electoral, pero que no ha sido, que no ha podido ser canalizada a través de la oposición, o sea hay un espacio en donde hay un sector de la población descontenta que podría estar dispuesta a ser re-enamorada y re-conquistada, con eso vamos cerrar con esa idea.

Y un tercer elemento es que el hecho de que la revolución como es un objetivo militar nacional e internacional, no podemos dejar de lado el hecho de comprender que la condición petrolera, energética, geoestratégica y geopolítica de Venezuela, será siempre un elemento provocativo para sectores nacionales e internacionales, en función de la necesidad del control de los recursos que existen en nuestro territorio, para poder satisfacer la demanda del imperio estadounidense. En ese sentido, vemos entonces como empieza a direccionarse una política mucho mas desparpajada, mucho más transparente entre comillas del imperio. Ahora en el gobierno de Obama podemos afirmar que hemos tenido la primera sanción concreta y real, que es la sanción a Pdvsa, que va direccionada fundamentalmente a advertir que el proceso revolucionario está transgrediendo los intereses fundamentales del gobierno de los Estados Unidos, pero también está el cimiento constante de la siembra del mote de narco Estado hacia Venezuela y por otra parte la acusación permanente a Venezuela del apoyo al terrorismo, cosa que ha afectado incluso la posibilidad de las relaciones y de la red de apoyo de las estructuras de organización social internacional con casos emblemáticos, en donde el Gobierno venezolano ha accionado quizás en ese sentido, bajo parámetros de decisiones y políticas de Estado, pero que sin embargo han logrado mellar sectores importantes dentro del proceso revolucionario, comprometido y aguerrido tanto nacional como internacionalmente, como son los casos de Pérez Becerra y de Julián Conrado; elementos que han permeado y que han conflictuado algunos sectores del proceso revolucionario y quizás algunos términos e incluso hasta inadecuados, pero que también se puede hacer la lectura del trato inadecuado que se le ha hecho en relación a estos casos por parte de la política comunicacional de nuestro proceso revolucionario, pero además también, de la conducción del dialogo necesario con sectores absolutamente aliados y que son estratégicos para la alianza del desarrollo del proceso revolucionario tanto en Venezuela como en el continente, como en las relaciones internacionales en general.

Paso entonces rápidamente a un segundo punto para ir a las propuestas.

Esto por supuesto está acompañado de un Estado venezolano en revolución que, como lo comentaba anteriormente, tiene una estructura cuarto republicana con políticas públicas revolucionarias, cosa que genera una profunda tensión en la realidad de un dinosaurio que trata de moverse al ritmo de la demanda del poder popular y el poder popular avasallando y descollando, pero además también generando una serie de expectativas que no son satisfechas por las estructuras del Estado y generando entonces una tensión en la frustración, este elemento que sin duda alguna va mellando también la posibilidad de las expectativas del poder popular y el poder comunal, en relación a lo que el Estado podría ofrecer como solución.

Esto sin duda alguna está acompañado de un inmenso burocratismo rentista, que entra en conflicto con la necesidad o la posibilidad de un socialismo eficaz y eficiente en la gestión pública y, además atado fundamentalmente al hecho de un elemento que no hemos podido superar y que es una deuda del proceso revolucionario, en el Gobierno de trece años, que es la arraigada corrupción que no se ha superado dentro de nuestras estructuras de Estado e incluso dentro del espectro político del proceso revolucionario. En este sentido, voy a enumerar alguna serie de propuestas, qué lamentable que siempre tengamos el proceso invertido y le dedicamos más tiempo a la crítica que a la propuesta, pero yo creo que sin duda alguna, un diagnóstico relativamente adecuado podrá hacer más fluida la posibilidad de comprender cuáles son las propuestas y ojalá en otro espacio podamos hablar de la operacionalización, que es lo fundamental porque es muy fácil criticar y generar una propuesta, pero después quién las ejecuta, cómo se ejecuta, por supuesto hay dificultades técnicas para la instrumentalización pero podríamos hablar de varias de ellas.
Las voy a mencionar:

La necesaria discusión ideológica como base de la relación política en el proceso revolucionario, la supremacía de la difusión ideológica sobre la discusión de los intereses de las tendencias dentro del proceso revolucionario. Es uno de los elementos importantes que debe ser activado además a través de los distintos organismos políticos, comunales y sociales del proceso revolucionario.
Un partido proactivo, crítico y propositivo. Que no sea solamente un partido que ejecuta instrucciones del Presidente de la República Hugo Chávez Frías.

Una formación de cuadros políticos, administrativos y comunales, desde el proceso revolucionario en direccionamiento y los elementos basados en esas discusiones ideológicas, que deben estar orientadas hacia la profundización del socialismo.

Una colectivización de los procesos decisionales. Que además que tienen como nicho fundamental el Polo Patriótico o debería tenerlo, por lo que sabemos del Polo Patriótico en estos momentos es que solamente es un nombre, todavía no es un espacio de participación real, hay buenas intenciones, pero las buenas intenciones no preñan, no empreñan como dice nuestro pueblo.

Un plan para la transformación del Estado. Ha habido tímidos esfuerzos en ese sentido, tratar de formar a nuestros cuadros tecno-políticos, que en algún u otro espacio, que después es frustrada por el cambio de algún ministro o del algún director.

La posibilidad de hacer un plan de re-dimensionamiento del Estado. En relación a la función pública, en relación a la necesidad de concebir a servidores públicos y una organización real que responda al poder popular es algo que es una deuda, y seguimos manteniendo entonces una estructura anquilosada, burocrática, burocratizada, burocratizante además, que incluso busca burocratizar al poder popular que es lo más grave.

Un comisariato político. Este término suena horrible pero a mí me encanta lo debo confesar, un comisariato político a la eficiencia y a la eficacia revolucionaria, un partido que en lugar de estar fiscalizando y estar pendiente del último chisme de la oposición, también se dedique a la gestión pública y a hacer comisariato, vigilancia política a aquellos miembros del proceso revolucionario que tienen jefatura administrativa, para que efectivamente cumplan su función, por supuesto eso pasa por todo un proceso de formación de quiénes van a ejercer esa función dentro del partido también.
Sanciones ejemplarizantes del proceso político por parte del Partido, por parte del Polo. No hablemos de la impunidad, no hablemos del proceso de injusticia que muchas veces se empodera del Poder Judicial, hablemos de la justicia del proceso revolucionario, que pueda estar encarnada en partido político, que pueda estar encarnada en el Polo, que pueda estar encarnada en la dirigencia comunal y en el poder popular. Tres R desde el Polo Patriótico que ya lo comenté.

La necesidad de la desburocratización del poder popular. Hay una tendencia terrible a la burocratización del poder popular en estos momentos, cosa que perjudica realmente el desarrollo de un Estado comunal que es el proyecto final más allá de un capitalismo de Estado, que muchas veces es un elemento desvirtuado de la concepción de lo que podría ser el socialismo bolivariano en la actualidad.
Y por ultimo en relación a esta propuesta, un fomento de las luchas de las organizaciones sociales. No podemos criminalizar la lucha popular, debemos estimular la lucha popular que es un compromiso fundamental de un proceso revolucionario. Con esto termino entonces, definitivamente sin pretender agregarle más erres a estas retahílas de erres que ya son como nueve, es mera casualidad que sean tres más, pero también vamos agregar otra, que es la necesidad de re-enamorar, la necesidad de re-conquistar, la necesidad de re-ordenar y la necesidad de transformar.-





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