13/11/11.-El nuevo primer ministro griego, Lucas Papandemus, quien apenas ha tenido tiempo para organizar su despacho, ya siente sobre sí las enormes presiones para acatar el programa de rescate decidido en la cumbre de la Eurozona del 27 de octubre pasado
Francia y Alemania recordaron a la República Helénica la urgencia de aplicar mayores ajustes económicos, mientras un grupo de inspectores de la Unión Europea se apresta a viajar esta semana a Atenas para verificar su implementación.
El nuevo primer ministro griego, Lucas Papandemus, quien apenas ha tenido tiempo para organizar su despacho, ya siente sobre sí las enormes presiones para acatar el programa de rescate decidido en la cumbre de la Eurozona del 27 de octubre pasado.
Este fin de semana, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, y la canciller alemana, Ángela Merkel, insistieron en que no hay tiempo que perder, si el país heleno desea recibir el paquete de ocho mil millones de euros indispensables para terminar el año.
Ambos le exigieron a Papandemus la puesta en práctica completa e integral de todos los compromisos asumidos por su predecesor, Giorgios Papandreu, antes de que la crisis le hiciera abandonar el cargo.
Esta semana un grupo de inspectores del Banco Central Europeo, acompañados por expertos del Fondo Monetario Internacional, revisarán las cuentas griegas y de su dictamen depende la liberación de los fondos.
Para las flamantes autoridades, sin embargo, el panorama es muy complejo, pues las previsiones de 2012 apuntan a una caída del dos por ciento del Producto Interno Bruto y un alza del desempleo hasta el 18 por ciento.
Los sindicatos y las organizaciones populares se oponen, además, a la aplicación de nuevos impuestos que encarezcan el costo de la vida de los sectores populares, así como a un plan para despedir a 30 mil empleados públicos el año próximo.
Se espera que las tradicionales manifestaciones del 17 de noviembre venidero se conviertan en una masiva muestra de rechazo a las presiones europeas y las nuevas medidas de ajuste.