13 de mayo de 2012
El coordinador nacional de la oficialista UNETE lo apuesta: en caso de que el proceso bolivariano sea interrumpido, desaparecerá de nuevo el cálculo retroactivo de las prestaciones.
-La marcha de los trabajadores revolucionarios del 1° de Mayo
pasado asombró por su gigantesca dimensión. Allí se llamó a defender la
nueva Ley Orgánica del Trabajo de los Trabajadores y las Trabajadoras
(LOTT) de “las amenazas de la burguesía”. ¿Qué amenazas son esas?
-El
eje de la marcha era la defensa y el apoyo a la nueva LOTT, y en el
fondo también -y no sería malo recordarlo- manifestar la solidaridad con el
presidente Chávez por su estado de salud. ¿Qué amenazas puede concretar
la burguesía? Ella, que no ha querido reconocer en primera instancia
sus beneficios, puede intentar demandarla ante los tribunales,
planteando su supuesta ilegalidad. Y en el marco de la situación
política, pretenderán sabotearla, desconociéndola en los hechos. En
síntesis, la burguesía puede dar una respuesta legal o conspirativa.
-En
su marcha, los sindicalistas revolucionarios se manifestaron
“orgullosos” de ser llamados “gobierneros”. Realmente ¿eso es para
sentir orgullo?
-No sé a qué sindicalistas te refieres. En
el caso de UNETE, y en especial de nuestra corriente Marea Socialista”,
no nos proclamamos gobierneros. Somos socialistas, clasistas,
revolucionarios y hasta podemos sentirnos orgullosos de que nos llamen
bolivarianos. Lo que no somos es gobierneros. No lo seríamos ni siquiera
en el caso de que estuviésemos en un gobierno conducido por los propios
trabajadores.
-¿Y por qué?
-Porque estar en
el gobierno y ser sindicalista son dos cosas diferentes. Uno puede
apoyar a un gobierno y, como sindicalista, entrar en contradicción con
alguna medida o ley que tomó ese gobierno. Nosotros en Marea Socialista
somos respetuosos de la autonomía sindical.
-El gobierno
ha iniciado una masiva campaña para sostener que la nueva LOTT está
saturada de ventajas para los trabajadores, si se compara con la ley
derogada de 1997. Sin embargo, el dirigente del Frente Autónomo para
la Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato (Fadess), Froilán
Barrios, admite que la nueva Lott mejora los beneficios de quienes
tienen empleo pero reduce las posibilidades de que los desempleados y
los trabajadores informales se incorporen al mercado laboral, porque el
encarecimiento de los costos de nómina sólo traerá como consecuencia que
las empresas estén menos dispuestas a contratar personal. ¿Eso puede
ser una ventaja?
-La nueva ley tiene muchas ventajas, no
todas las que yo quisiera, por cierto. Por eso me extraña que Froilán
tenga esa posición. En eso coincide con otro dirigente de FADES, Orlando
Chirinos, quien dijo que las ventajas que hoy tiene la nueva ley
respecto a los permisos pre y post natal, así como la hora más que se
les concede a las madres en período de lactancia, van a provocar que los
empleadores no contraten más mujeres.
-Pero la opinión
del común de la gente es esa, precisamente: ningún empleador privado
tendrá muchas ganas de emplear a mujeres de ahora en adelante.
-Yo
no sé cúal común de la gente es ese porque la mayoría de los
trabajadores que marcharon el 1° de Mayo opinaban que era muy
beneficioso.
-No hay duda de que los trabajadores apoyan
abrumadoramente esa conquista. Pero lo que afirman Froilán Barrios y
Orlando Chirinos es que a los empleadores no les puede caer muy bien el
hecho de contratar mujeres que, si salen embarazadas mientras están
empleadas, las perderán para sus labores durante casi medio año.
-Ah,
pero es que yo no puedo pensar como un patrón sino como un trabajador y
dirigente sindical clasista. Si fuese por el deseo de los patronos, no
hubiesen querido ni la anterior ni mucho menos esta nueva LOTT. De
hecho, para imponerle una convención colectiva al patrono siempre hay
que dar una pelea. El deber de Barrios y de Chirinos era salir a
defender el derecho de las mujeres trabajadoras al empleo, y no salir a
declarar como patronos.
-Otra supuesta ventaja, “que no
es tal” según los patronos, es la recuperada retroactividad de las
prestaciones sociales. Especialistas arguyen que esta beneficiará a los
trabajadores con más de 12 años en la misma empresa y que el sistema
derogado era mejor para quienes tienen menos tiempo.
-El
beneficio más importante de la nueva Lott, sin duda, es la devolución de
la retroactividad de las prestaciones sociales. Es mentira que esta
perjudique a los trabajadores que tienen menos de 12 años en la empresa.
-Examinemos el problema por partes. ¿Cómo está estructurada hoy la masa laboral en Venezuela?
-En
el país hay 14 millones de personas económicamente activas, o en edad
para serlo. De esos 14 millones, un millón está desempleado. De los 13
millones restantes, 52% (6.760.000 personas) son trabajadores formales,
y el 48% restante (6.240.000 personas) son informales. Aquí la gente
comienza a trabajar joven, pero dura más de 12 años en el empleo. La
realidad es que la retroactividad va a calcularles sus prestaciones
completas a los que tengan más de 12 años, que son la mayoría. Lo que
hay que decir es que las cosas son al revés, que la ley derogada de 1997
les robaba completamente las prestaciones a los trabajadores con más de
12 años de servicio. Antes podías tener 30 años trabajando pero te
pagaban sólo hasta 12 años de prestaciones. Era el propio atraco. Y
antes, para completar el robo, te calculaban las prestaciones con el
salario de cada año y no con el último. Y te habla una víctima: yo
trabajé 27 años en la empresa Mantex-Rhodia y sólo me pagaron
prestaciones por 12 años. Perdí 15. ¿No tengo motivos para celebrar hoy
la recuperación de la retroactividad, aunque haya perdido para siempre
el pago de aquellos 15 años?
-Usted es sindicalista. Pero
son los mismos dirigentes sindicales, como los Matanceros de Sidor, los
que han hecho notar que, bajo ninguna óptica, parece un avance. Han
dicho que la nueva LOT no menciona los plazos para introducir los
proyectos de convención colectiva antes de su vencimiento, lo cual
imposibilita a los sindicatos introducir los pliegos de peticiones en el
plazo de hasta 90 días antes de vencerse la contratación colectiva,
como lo establecía la ley derogada de 1997. Así ¿cómo se obliga al
empleador a sentarse a negociar?
-Ojo: puede ser que haya
omisiones en la nueva ley. Por eso estuvimos siempre solicitando que se
presentara el proyecto de ley para hacerle observaciones.
-¿Nunca Marea Socialista fue llamada a hacer ningún tipo de observación?
-No.
A pesar de esto, hicimos propuestas. La UNETE presentó un proyecto de
ley pero, aun así, se corría el riesgo de que pasasen cosas como las que
advierten los sindicalistas de Sidor. Pero quiero responderles a ellos
que la mayoría de las convenciones colectivas establecen la antelación
con que se pueden presentar los proyectos de convenciones colectivas,
que usualmente es de tres meses antes del vencimiento del contrato.
-Muy
bien, pero si tal plazo no está expresamente mencionado en la nueva
LOTT, será fácil para los patronos salirse del compromiso de discutir el
nuevo proyecto de convención colectiva.
-Pero existe el
concepto de progresividad de los derechos, es decir, que si
anteriormente se pautaba obligatoriamente el inicio de la discusión del
nuevo contrato colectivo tres meses antes de que terminara, no les
pueden quitar ahora ese derecho a los trabajadores.
-Los
sindicatos han aplaudido en su mayoría la nueva LOTT. Pero es un hecho
que la opinión pública percibe que la nueva ley la hizo Chávez, no el
movimiento sindical. ¿Se sienten ustedes como un cero a la izquierda?
-Primero,
es mentira que la nueva LOTT la hizo solito el Presidente. Aun si
hubiese querido hacerla, físicamente no hubiera podido. La nueva ley es
producto de un proceso que viene desde el año 2000, cuando en primera
discusión la Asamblea Nacional aprobó la reforma de la LOTT pero al
final no se dio. En 2003 y 2009 -y puedo decirlo porque fui un testigo
de excepción- hubo una comisión del Ministerio del Trabajo que discutió
propuestas para una nueva ley. Y en 2011 y 2012, dicho por los propios
miembros de la Comisión Presidencial, se recibieron más de 18 mil
propuestas de los trabajadores y hasta de patronos. Está de más decir
que fue el presidente Chávez solo, el que hizo la ley. Él metería la
mano en dos o tres cosas, como la retroactividad de las prestaciones o
la reducción de la jornada laboral. Lo que sí puedo afirmar es que faltó
un debate profundo, democrático, partiendo de tener en la mano un
anteproyecto.
-¿Cree que alguna vez se volverá a la no retroactividad de las prestaciones?
-Si
le imponen una derrota al proceso revolucionario. Si eso ocurriera,
perderemos la retroactividad. Vendría una reforma como la que está
haciendo Mariano Rajoy en España.
A la luz del empleo
Mientras la jornada vespertina de discusión en el Centro Internacional Miranda se caldea, en el penthouse del hotel Anauco Suites en Parque Central, Stalin Pérez Borges debe moverse de sala para continuar con sus reflexiones en voz alta. “Las realidades siempre son más ricas de lo que uno puede decir”, dice, refiriéndose a la orientación ideológica de las leyes del trabajo en distintos países.
“En Estados Unidos y Europa tienen leyes del trabajo a la medida de los patronos. Sin embargo, hoy sus países están conociendo niveles de desempleo nunca vistos. Lo cual prueba que es mentira que una ley que privilegie al capital por encima del trabajo produce automáticamente más empleo. Ese fue el caso de la reforma Caldera-Petkoff del 1997. Con ese discurso la hicieron y miren que Venezuela ha seguido con sus niveles históricos de desempleo, por cierto mucho más altos en el segundo mandato del presidente Caldera que ahora en el gobierno de Hugo Chávez”.