21/09/12.-El ayuntamiento del municipio de Ajarnés, una localidad de 100 mil habitantes al norte de Atenas, cerró hoy sus puertas ante la imposibilidad prestar servicios públicos por hallarse en bancarrota, explicaron sus responsables en un comunicado. La decisión se adoptó en la noche de ayer, tras un consejo municipal extraordinario, y estuvo motivada ante la falta de liquidez para pagar los salarios de los trabajadores y los gastos corrientes.
Según la comunicación oficial “la municipalidad permanecerá cerrada por tiempo indefinido hasta que se resuelva el problema económico”, y precisó que los únicos servicios que se seguirán prestando serán los de seguridad y los de limpieza en escuelas y jardines de infancia.
De acuerdo con la decisión del consejo municipal ningún trabajador será despedido o transferido, aunque el documento recoge la posibilidad de que responsables del ayuntamiento pasen a otros organismos.
El alcalde de la localidad, Sotiris Duros, se reunirá hoy con miembros de la dirección del Ministerio del Interior para tratar de resolver a corto plazo el grave problema por el que atraviesa la institución local y que nunca antes se había dado en Grecia.
Entre otras propuestas el mandatario pedirá una reducción de intereses de préstamos recibidos, el incremento de la financiación estatal habida cuenta del alza poblacional ocurrida desde la confección del último censo y un adelanto de estos fondos con el fin de alcanzar una solución inmediata.
Mientras tanto unas 350 personas, entre trabajadores y vecinos, se concentraban en horas de la mañana en la plaza del Ayuntamiento frente al edificio clausurado. La pasada semana la Unión Central de Municipios advirtió que más de 100 entidades locales se encontraban a punto de suspender pagos después de haber empezado el mes de septiembre sin fondos para hacer frente a sus gastos.
Esta insólita situación viene a corroborar las palabras de la diputada Rena Duru, de la Coalición de Izquierda Radical (Syriza), quien en una entrevista concedida a la prensa advirtió que “el pueblo griego se enfrenta a una catástrofe humanitaria sin precedentes”.
La parlamentaria explicó que las “devastadoras” políticas de ajuste neoliberal exigidas por los prestamistas internacionales están provocando el colapso del sistema de salud, del educativo y la administración pública, mientras se reducen salarios y pensiones y el desempleo continúa en aumento.