Caracas, 7 de octubre de 2012.- Desde anoche los antipatria vienen tratando de revolver el caldo. Primero fue un cacerolazo de las capas más acomodadas de la población, ansiosas por tener un gobierno made in USA.
En el urbanismo de Misión Vivienda, Juan Vives Suriá, al lado de Juan Pablo II, habitantes de clase media que recibieron viviendas del gobierno para reemplazar las que adquirieron en el sector privado y que se dañaron con derrumbes en Terrazas de La Vega, poco agradecidos a su buena suerte, intentaron sonar las cacerolas en la noche del sábado, pero la respuesta fue impresionante, gente misma de Terrazas de La Vega y todas las torres del Complejo comenzaron a poner música, sacaron banderas y se armó una gran fiesta lo que hizo acallar a estos saboteadores. La respuesta del pueblo defensor de la revolución bolivariana superó al ruido de los provocadores con la algarabía popular.
En la Av. Teherán de Montalbán fueron detectadas decenas de cauchos en los costados de la vía, cosa "curiosa", pero la inteligencia social llegó a tiempo y los desechó. Los ojos del pueblo escudriñan y se mantienen alertas.
Muy tempranito, sectores de San Agustín, tuvieron un apagón.
La avalancha popular en los centros de votación asegurará que los saboteadores se abstengan de atrevimientos mayores. Como el 13 de abril... Como el cuatro de octubre... Como hoy, 7 de octubre, con un pueblo madrugador y entusiasta, asegurando su destino y apagando las "candelitas" de los nostálgicos del control burgués.
¡Mosca pueblo! ¡A votar, a votar, a votar! ¡A votar bien! Y ya saben: si vienen como aquel día, salimos una vez más a defender lo nuestro.