Tel Aviv, enero 12 - El presidente del régimen israelí, Shimon Peres, ha admitido este viernes, por primera vez, la participación del régimen de Tel Aviv en la muerte del expresidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yaser Arafat.
El mandatario del régimen de Israel ha afirmado además que no se debería haber eliminado a Arafat, pues con él se podían intercambiar opiniones.
A juicio de Peres, la muerte de Arafat ha generado una situación más difícil y compleja.
El líder palestino, Yaser Arafat, falleció el 11 de noviembre de 2004 en Francia, tras varias semanas de tratamiento médico.
Entonces, las autoridades francesas se negaron a revelar la causa exacta de la muerte del líder de la ANP, amparándose en las leyes de privacidad. No obstante, existían noticias de que el servicio de Inteligencia del régimen de Israel, el Mosad, lo había envenenado con talio, un elemento radioactivo.
A finales de noviembre, un grupo de expertos franceses y suizos exhumaron el cadáver de Yaser Arafat en Ramalá, Cisjordania, para aclarar las causas de su muerte y confirmar si se había producida por envenenamiento.
Los resultados revelaron la implicación de las autoridades del régimen israelí en el asesinato del líder palestino, dado que la causa de su muerte fue el envenenamiento; y además, existen documentos que demuestran que el exprimer ministro del régimen israelí, Ariel Sharon, había ordenado el asesinato de Arafat durante una conversación con su exministro de defensa, Shaul Mofaz.