08 de abril de 2013.- La crisis económica ha provocado una concentración bancaria sin precedentes en Grecia, cuyo sector financiero ha quedado en manos de cuatro bancos, a través de fusiones, absorciones y adquisiciones impulsadas por el Gobierno y bendecida por las instituciones europeas. Sin embargo, y a raíz de la crisis de Chipre, la troika parece haber empezado a temer el peligro que entrañan estas superentidades (edificadas sobre pies de barro debido a la quita de deuda del pasado año, la huida de depósitos y la exposición a créditos morosos) ya que, en caso de experimentar problemas, pueden arrastrar por delante a todo el sistema financiero.
De ahí que, en una reunión que culminó la pasada noche, se anunciase que quedaban en suspenso la fusión de las dos mayores entidades financieras del país, National Bank of Greece (NBG) y Eurobank, cuya unión hubiese resultado en un banco con unos activos (178.000 millones de euros) similares al PIB griego (previsto en 183.000 millones de euros para 2013).
El segundo rescate firmado por Grecia y la troika incluye un amplio plan de reestructuración bancaria que contempla la liquidación de varias entidades para reducir su número (22 bancos y 16 cajas de ahorros cooperativas). Además, debido a las pérdidas experimentadas por la quita de deuda griega y por la crisis, los bancos deben ser recapitalizados para lo que se reservaron 50.000 de los 130.000 millones de euros del rescate, que se unen a los 28.000 millones otorgados en 2008 por el Gobierno griego para garantizar su liquidez. De estos 50.000 ya se entregaron 18.000 el pasado año y el resto serán inyectados este mes a cambio de nuevas acciones o bonos contingentes convertibles (CoCos) que recibirá el Fondo de Estabilidad Financiera del Estado Heleno (HFSF). "La recapitalización de los cuatro bancos sistémicos (NBG, AlphaBank, Eurobank y Piraeus) progresa con normalidad y será completada antes de finales de abril", anunció el Banco de Grecia.
Según el plan, los bancos están obligados a llevar a cabo una ampliación de capital para tratar de captar al menos un 10% de accionistas privados, en cuyo caso el HFSF pondría el 90% restante de las necesidades de capital y sus acciones tendrían un derecho de voto restringido. De no llegarse al 10 %, el HFSF asumiría el control efectivo de las entidades nacionalizadas con el compromiso de vender sus acciones en un plazo de cinco años.
En una carta enviada al Banco de Grecia, las direcciones de NBG y Eurobank han reconocido que no serán capaces de alcanzar ese 10%, por lo que el HFSF asumirá su control, deteniendo el avanzado proceso de fusión y recapitalizando ambas entidades por separado. "Esto significa que la decisión final sobre su fusión será tomada por el HFSF. Las acciones emprendidas hasta ahora serán suspendidas", explicó el ministro de Finanzas, Yannis Sturnaras. La troika teme que un banco tan grande como el que resultaría de la fusión sea más difícil de vender en ese plazo de cinco años que si se hace por separado.
Analistas como Dimitris Kontogiannis, del diario Kathimerini, creen que la troika ha detenido la fusión porque así los bancos extranjeros podrán comprar a un precio más bajo los activos de NBG y Eurobank. Sin embargo, hasta ahora los bancos europeos han estado deshaciendo sus posiciones en Grecia, como demuestra la venta de Emporiki, perteneciente al francés Crédit Agricole, a AlphaBank; o la venta de la subsidiaria helena del también francés Société Générale (Geniki) a Piraeus Bank.
Piraeus además ha adquirido 15 entidades en los últimos meses, entre ellas la subsidiaria griega del Millennium Bank portugués, la parte sana del banco semipúblico griego ATEbank y las operaciones en Grecia de los tres principales bancos chipriotas (Bank of Cyprus, Laiki Bank, y Helénico). De este modo, en sólo un año habrá doblado su volumen en activos hasta los 95.000 millones de euros y se convertirá en la segunda mayor entidad del país adelantando a Eurobank. Quedan pendientes además la liquidación de Hellenic Postbank, una entidad pública que ha sido dividida en banco bueno y malo y cuya parte sana se prevé que asuma Eurobank; y del banco privado Proton, cuya reestructuración debería completarse en mayo.
Todas estas absorciones han sido realizadas mediante inyecciones de dinero público a los cuatro grandes bancos, ya que tienen la puerta de los mercados cerradas. Aún así, la situación de los bancos griegos dista de ser óptima ya que han perdido cerca de un tercio de sus depósitos desde 2009 y la ratio de los créditos morosos se halla en torno al 20%. Según los sindicatos, este proceso de reestructuración provocará la pérdida de 25.000 puestos de trabajo en un sector que en 2009 tenía 67.000 empleados. Con todo, el banco central ha asegurado que la estabilidad del sistema bancario y los depósitos "están completamente garantizados".