11 de Septiembre.- El Papa Francisco ya tiene su propio automóvil y tiene planes de manejarlo él mismo.
El portavoz del Vaticano, el reverendo Ciro Benedettini, dijo que Francisco aceptó el Renault 4, modelo 1984, blanco, sincrónico, donado por un sacerdote del norte de Italia, que lo utilizó para visitar a los feligreses pobres. El carro tiene 186.000 millas, pero tiene un nuevo motor. Benedettini dijo a la AP este miércoles que "El Papa tiene la intención de manejarlo".
El donante, de 79 años de edad Rev. Renzo Zocca, dijo al semanario católico Famiglia Cristiana, que Francisco y él, hicieron un corto recorrido en el carro por el Vaticano el sábado y que Francisco le dijo que sabía manejarlo.
"El personal de seguridad estaba muy preocupado porque entendieron que de ahora en adelante el papa iba a andar por el Vaticano en mi carro", dijo Zocca.
Zocca llegó al Vaticano, como estaba previsto, con su viejo carro en un camión de remolque y un autobús con un centenar de peregrinos de la parroquia de Santa Lucia di Pescantina de Verona, en el norte de Italia a donar su muy querido carro al pontífice. Era en la tarde poco antes de la vigilia de oración por la paz, programada en la Plaza de San Pedro, a la que asistieron mas de 100.000 personas.
El sacerdote le había escrito al Papa a principios de este verano, diciéndole que quería reunirse con él para hablarle de la obra que había hecho en los barrios peligrosos de clase trabajadora de Verona durante los últimos 25 años y que quería darle al Papa su viejo carro que lo había llevado a visitar a los pobres y a los necesitados.
En respuesta, el sacerdote recibió una llamada del Papa en su teléfono celular a principios de agosto y estuvieron una media hora hablando de la obra del sacerdote. Zocca dijo que el Papa inicialmente había dudado de aceptar el regalo, diciéndole que sería mejor que se lo diera a los pobres, pero el insistió que su muy querido carro ya le había dado mucho a los pobres a través de los años y que quería que lo tuviera el papa como un "testimonio" de la obra que había hecho en él.
Una vez que Francisco se aseguró de que el sacerdote tenía otro carro, se preparó para el traspaso del carro.
Zocca trajo el carro a la puerta de la residencia del Papa y cuando le dijo que la mitad de la gente que había venido con él estaba en la puerta del Vaticano por seguridad, el Papa le dijo "vamos para allá". El Papa se sentó en la puerta del acompañante y el mecánico que
había revisado el carro iba atrás.
"¡No puedo decirte lo emocionados que estaban mis feligreses cuando vieron llegar el Renault y al papa salir de él!", Dijo Zocca a la revista.
Después de que saludó y agradeció a todos, el sacerdote le entregó al Papa las llaves del carro.
"Escríbeme de nuevo", le dijo el Papa alegremente mientras saltaba al volante del Renault.
