Una vez más, la derecha fascista y las oligarquías venezolanas, puntas de lanza del imperialismo norteamericano, arremeten violentamente contra la democracia y la paz.
A través de actos violentos que causaron la muerte de tres personas, entre ellas Juan Motoya, líder comunitario del barrio 23 de Enero de Caracas, y varias decenas de heridos, intentan, como en abril de 2002, provocar reacciones en sectores populares revolucionarios que lleven a una guerra civil y a un consecuente golpe de estado.
Estas acciones suceden a raíz de las que se están perpretando cotidianamente, como el sabotaje a las infraestructuras, el desabastecimiento de bienes de primera necesidad, el desvío de divisas, etc. Acciones estas que siguen un plan anteriormente ejecutado, no solo en Venezuela, sino también en otros países que se han enfrentado a los intereses de las oligarquías nacionales de los Estados Unidos de América, escialmente en Bolivia y Ecuador.
Acompañadas de la habitual manipulación mediática venezolana e internacional, intentan crear una matriz de opinión a favor de los golpes de estado y eventuales intervenciones externas directas.
La Cooperativa Mó de Vida, de Portugal, manifiesta su total repudio hacia la forma como, una vez más, se viene tratando este tema en algunos medios de comunicación portugueses, ocultando hechos importantes con el objetivo de inducir a una opinión que interesa a estos medios que, al fin y al cabo, están comprometidos con las mismas fuerzas que intentan desestabilizar el proceso venezolano.
Manifestamos desde Portugal nuestra solidaridad total para con las vícitmas que nada hicieron para que esto pasara, con los movimientos sociales venezolanos y con el pueblo que lucha por defender las conquistas alcanzadas en este proceso.
Por otro lado, pedimos a las instituciones de justicia venezolanas que desplieguen todos los esfuerzos para que tales crímenes no queden impunes. No más tolerancia a la violencia ni al fascismo.
Citando al comandante Hugo Chávez: “Esta es una revolución pacífica, pero no desarmada”. ¡Que así sea!
Almada, 14 de febrero de 2014.