Lunes, 03 de noviembre de 2014.- Esta preocupación por la "banalización" de la televisora TVES es compartida no solo por las organizaciones feministas expresadas en el presente comunicado, también lo es por parte considerable del colectivo nacional que apreciaría un mejor uso de este "medio de difusión" en cuanto a programación y producción, y cuya señal tecnológica y comparativamente hablando es de nítido alcance nacional gracias a su privilegiada incorporación al Sistema Satelital Simón Bolívar.
Tal vez no se le pueden pedir peras al olmo y menos al horno, pero si merecemos nutrirnos de una mas sustanciosa interlocución ciudadana a través de un medio como este , inclusive en beneficio de la actual dirección de la televisora y de los entes relacionados y corresponsables del gobierno nacional , que deberían ver en estas consideraciones no un reclamo sobre estilos si no una invitación a reflexionar constructiva , progresista y revolucionariamente. Es cuestión de conciencia , humildad , amplitud y apertura .
COMUNICADO : El Rating o La Revolución
A los y las responsables institucionales de la revolución en medios de comunicación y canales de televisión: Ministra del Poder Popular para las Comunicaciones Jacqueline Farías, Vice ministro del PP para la Comunicación e Información Rolando Corao, Vice ministro de TV Javier Mendoza, Comisión Nacional de telecomunicaciones William Castillo, presidente de TVES Winston Vallenilla.
Las organizaciones e individualidades feministas que se articulan políticamente en la Red de Colectivos La Araña Feminista, unidas a otras organizaciones de los Movimientos Sociales vemos con preocupación el giro ideológico que ha tomado TVES en lo que va de año y nos hacemos eco de los comentarios de la ciudadana y el ciudadano común que recibimos y que nos instan a que alcemos nuestras voces ante el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información, CONATEL y Presidencia de la Televisora Social TVES, acerca de los recientes cambios en su programación, así como a la subvaloración de sus directivos a la crítica revolucionaria. ¿Cuál es el argumento?
Nosotras y nosotros quienes atesoramos este espacio radioeléctrico recuperado por la revolución y que accionamos desde el análisis crítico visualizamos TVES Sonríe contigo durante una semana.
Encontramos que un 16 % de la programación de lunes a viernes es para Tves en la mañana, producto “de entretenimiento con información de interés y consejos para la vida cotidiana” como se define desde TVES, pero que suma todos los estereotipos ofertados en medios privados indiferentes a la transformación social y cultural de la nación. Tves en la mañana es un ejemplo de la televisión ideada para naturalizar prejuicios, y reproducir bases ideológicas que mantienen vivos dentro de la Revolución el colonialismo, el consumismo, el racismo, el patriarcado, y demás expresiones imperialistas, claramente expresadas en contenidos directos e indirectos, en los chistes, en el uso sexista del cuerpo de las mujeres, entre otros.
Encontramos que un 22.2 % de la programación corresponde a telenovelas: Porque el amor manda e India una historia de amor. Productos que lejos de innovar, reproducen esquemas del amor romántico que reduce los proyectos de vida de las mujeres a “atrapar un hombre” , a los celos, la traición y el engaño. Banalizando por completo la oportunidad del género novela y su gancho en la audiencia para introducir otros valores y contenidos, tanto desde una perspectiva de género, como otros temas de interés público nacional (embarazo adolescente, violencias, machismo, entre otros), así como, de construcción de un modo de vida socialista, desde los aspectos más cotidianos de la convivencia humana.
A este bloque se suma la producción Disney Violetta. Esta serie, capítulo tras capítulo rinde tributo a la rivalidad, la falsa competencia, la banalidad, el consumismo, la consolidación de estereotipos hegemónicos negativos sobre las chicas y los chicos; símbolos todos capitalistas por excelencia. Dedicamos especialmente esta líneas a esta novela Disney porque está dirigida a jóvenes, momento de la vida donde se consolidan valores y la forma en la que se organizará la vida, el mundo. También subrayamos la ausencia de propuesta nacional o independiente.
Otro 22 % corresponde a programación infantil restringida a la transmisión de dibujos animados.
Continúa un 22% de programación todo público en horario estelar para El encantador de perros, producción de National Geographic, conducida por Cesar Millán quien ofrece consejos sobre mascotas caninas. Este bloque alterna durante la semana, en segmentos de media hora, programas de salud, automovilismo, cultura y turismo.
Por último, un 18 % se dedica a retransmitir la programación antes señalada.
El Rating y la Revolución
Definir a TVES como un canal de entretenimiento no lo exime del análisis crítico. Está comprobado que los espacios de distracción y ocio influyen en la educación, la difusión de valores y de ideologías. Más ha logrado el imperio colonizando mentes a través de Disney, y otras tácticas de guerra de 4ta generación, que con cualquier otra campaña de propaganda directa.
Al respecto, el canal de forma extra oficial alega haber subido la audiencia. El Vicepresidente de TVES Roberto Messuti en el programa Entre Todos de Venezolana de Televisión el día 2 de octubre indicó que “luego de la nueva gestión que emprendió mi amigo Winston Vallenilla hemos hecho posible que TVES sea siete veces más vista(...)”. Pero una propuesta revolucionaria no basta sólo “que se vea" ni la cantidad, supone el reto de crear nuevos conceptos y espacios para entretener con calidad y contenidos a ciudadanas y ciudadanos.
El “rating” no justifica el anuncio de “En mi casa mando yo” o cualquier reedición de la “Guerra de los sexos”. Espacios como éstos afianzan la idea de un mundo dicotómico en competencia y un eterno conflicto de poder entre femenino y masculino, dentro y fuera del hogar, distinto y contrario a promover la corresponsabilidad y el apoyo mutuo como elemento central de transformación de estos vínculos entre los sexos. Además, establece contundentemente que un género “debe encargarse” del otro.
Tampoco justifica la inversión en un concurso de belleza como el anunciado en las redes sociales por TVES “Señorita Venezuela”. Todos los concursos de belleza son espacios de cosificación de las mujeres donde se imponen patrones de belleza y se convierten en mercancía los cuerpos, ¿por qué reproducir esta práctica perversa en un canal del Estado?, sobre todo en nuestro país donde estos cánones de belleza impuestos y mercantilizados han costado la vida de tantas venezolanas y venezolanos y debería ser una prioridad de la televisión pública venezolana erradicar de sus pantallas estos modelos hegemónicos de belleza insanos.
No aceptamos un “eso es lo que quiere la gente”, escondido en el hemos aumentado el rating, este “argumento” mantiene a flote cadenas de televisión sexistas y racistas en todo el mundo, cuya premisa es negociar con nuestras mentes. No lo aceptamos en la televisión pública venezolana. No lo aceptamos en la televisión de la Revolución.
Con pesar y llamando a la reflexión, vemos la transformación de una Televisora Social en una plataforma de valores capitalistas e imperialistas, que difieren de nuestra revolución al imponernos patrones que buscamos deslastrar a diario en otros espacios de formación política y cultural.
La Revolución es un cambio fundamental de las estructuras sociales y culturales.
La Revolución es la erradicación de un sistema, en nuestro caso nos hemos propuesto: la destrucción del capitalismo imperialista y patriarcal y su sustitución por el socialismo bolivariano y feminista.
Para eso necesitamos revisarnos y ser constantes en la siembra de nuevos valores de convivencia, de la patria matria, del buen vivir feminista y libre de violencia mediática y simbólica contra las mujeres.
Para hacer la Revolución debemos inventar no copiar esquemas, ni recetas, tal como nos lo aconseja desde la historia el maestro Simón Rodríguez y tanto nos lo recordó nuestro comandante eterno Hugo Chávez.
La Revolución es ser radical no es el Rating.