Noviembre 20 de 2016.- Desde el 18 de noviembre, Bolivia y, por extensión toda Latinoamérica, están de enhorabuena. La Asociación Civil de Desarrollo Social y promoción Cultural Libertad (Adesproc) presentó en La Paz el primer Observatorio LGTBI de Bolivia y de toda Latinoamérica para vigilar agresiones y delitos homofóbicos y transfóbicos en el país andino.
Este observatorio será un mecanismo informativo y de denuncia que se encargará de «hacer vigilancia a todos los temas de derechos humanos» de Bolivia, según explicó durante la presentación el director ejecutivo de Adesproc, Alberto Moscoso.
Tan solo en la última década, en este país andino, aseguró Moscoso, «se han cometido más de 75 crímenes de odio y no existe ni una sola sentencia condenatoria que los penalice».
Así de cruda nos presenta Moscoso la realidad con la que el colectivo LGTBI se encuentra en el país andino: la de una absoluta indefensión ante este tipo de crímenes que, socialmente y a nivel cada vez más global, va adquiriendo una fuerte conciencia social. Este portal ha sido financiado por la Unión Europea y la embajada de Suecia.
El observatorio contará con información estadística de estos crímenes, así como de casos de acoso escolar por orientación sexual a estudiantes y otros casos de homolesbotransfobia. También tratará de recoger la normativa legal que está vigente en Bolivia para defender de la comunidad LGTBI para hacer un seguimiento de los procedimientos judiciales abiertos en estos casos.
Este observatorio deja claramente su necesidad al comprobar que, a pesar de que Bolivia cuenta con la quinta constitución del mundo que reconoce los derechos LGTBI —como manifestó en rueda de prensa Tamara Núñez, adjunta al Defensor del Pueblo—, se da la paradoja de los crímenes por razones homofóbicas y que no se haya producido por ello ninguna condena judicial.
No es suficiente tener los derechos de la comunidad «blindados» con múltiples leyes y convenios internacionales para que el colectivo esté protegido realmente, ya que, según manifestó a continuación, «la justicia no está capacitada en mucha normativa, no está sensibilizada y no sabe lo que significa LGTBI».
Una democracia saludable
Tres factores que llevan a ampliar la desigualdad por orientación sexual y la injusticia e indefensión ante los crímenes cometidos contra el colectivo.
Por ello, una de las primeras acciones que quiere concretar el observatorio en su andadura será la de «contribuir a la formación de operadores y operadoras de justicia, en el conocimiento, manejo y aplicación de las normas», como aseveraron desde Adesproc.
Para recalcar la importancia en el acto de este observatorio, a la presentación asistió el embajador de la Unión Europea en Bolivia, León de la Torre, quien instó a seguir en la lucha por la defensa de los derechos humanos y no «darla por sentada», deseando a los organizadores presentes que el observatorio «sea un mecanismo útil y transparente»:
«Una democracia saludable solo lo es si es capaz de escuchar a todos los sectores que la componen».
Así mismo, en el acto Adesproc pidieron la colaboración a los medios de comunicación para que haya una «mayor visibilidad» del colectivo LGTBI.
La asociación en su estudio, y siguiendo con esa petición a los medios de comunicación, recalca que «de 1.400 noticias analizadas en medios bolivianos, solo un 3% hablan de ‘diversidades sexuales’ o ‘identidad de género’.
A pesar de amparar en su carta magna los derechos LGTBI, Bolivia no cuenta con una ley específica contra los crímenes de odio hacia personas LGTBI. En este cambio de sensibilidad social, ya son algunas las organizaciones que esperan que se tipifiquen estos delitos en la próxima reforma del código penal del país.
En esta nueva sensibilización social y política, este año la Asamblea Legislativa aprobó una ley de identidad de género que permite a las personas transexuales y transgénero cambiar su sexo en el documento de identidad.