Desde horas muy tempranas de la mañana de este domingo 6 de agosto, se produjo un intento de asalto de un grupo militar o un intento de levantamiento dentro de las instalaciones del Fuerte Paramacay, en Naguanagua, estado Carabobo.
El Ministro Defensa y el dirigente del PSUV, Diosdado Cabello, les han calificado como grupo "paramilitar" y "terrorista" compuesto por supuestos mercenarios contratados y vinculados con un oficial que protagónizó un intento de sublevación anterior.
Al menos siete personas fueron detenidas, según fuentes del gobierno, que afirmaron que la situación había sido "controlada". Por otra parte, reportes de prensa hablan de dos muertos y de aproximadamente una decena de heridos.
Los militares alzados que ingresaron al fuerte publicaron un video en el que se declaran en rebeldía frente gobierno del presidente Nicolás Maduro. El gobierno denunció sustracción de armas por parte de los ejecutores del asalto.
La situación se acompañó de la salida de manifestantes opositores a la calle en el sector de Redoma de Guaparo, cercano a la zona donde se encuentra la base militar que fue objetivo de la acción golpista. De acuerdo con las imágenes transmitidas por las redes y por algunos medios, civiles próximos al área salieron a apoyar la asonada y retomar las protestas en contra del gobierno.
Un volante repartido presuntamente por los alzados con el título de "Operación David", señala como objetivo militar a quienes colaboren o no se opongan a la "tiranía", en una especie de "decreto de guerra a muerte".
Efectivos militares de orden interno lanzaron lacrimógenas para dispersar a estas personas y a quienes se aglomeraban en los alrededores de las instalaciones militares.
Si bien hubo, inicialmente, informaciones de intentonas fallidas en otros centros castrenses de algunos estados del centro del país, la operación militar no progresó más allá de la acción ejecutada contra la brigada blindada de Valencia. Sin embargo, a partir de ese momento, se desencadenaron nuevas protestas callejeras de opositores al gobierno cuyos participantes dicen no obedecer a convocatorias de los dirigentes de la MUD y algunos se identifican con el sector radical conocido como "Resistencia", que afirman querer "salir de este gobierno ya". Estas protestas, aunque dispersas y aparentemente débiles, se han extendido a espacios del este de Caracas habitualmente utilizados para las protestas opositoras, como las inmediaciones de la Plaza Altamira, la autopista Prados del Este y distribuidor Santa Fé, donde se protagonizan enfrentamientos con la policía y la GNB.
Estos acontecimientos ocurren al segundo día de la instalación de la Constituyente convocada por el Presidente Nicolás Maduro, y que inmediatamente comenzó a adoptar medidas, como la remoción de la Fiscal General de la República Luísa Ortega Díaz. La instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, en cuya elección no participó la oposición de derecha y tampoco fue respaldada por sectores del chavismo que discrepan con el gobierno, se ofreció al país como única garantía de la paz, la cual, luego de unos pocos días de tensa calma no parece haber llegado para los venezolanos, y que amenaza continuar precipitándonos en escenarios de agudización del conflicto político venezolano.