06/12.- Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, la razón de Mortalidad Materna mundial se ha reducido en alrededor del 44% entre 1990 y 2015. Según las cifras del Ministerio del Poder Popular para la Salud, en ese mismo período en Venezuela, la tasa de mortalidad materna aumentó 52,61%. Si se saca la misma cuenta, pero con datos del año 2016, esta tasa aumentó en 90,52%.
De acuerdo con el Informe Sala Situacional para la Erradicación de la Mortalidad Materna (2017) la mortalidad materna en Venezuela no solo no ha descendido la última década sino que además muestra un dramático incremento, especialmente los últimos 4 años agudizado por la crisis económica que sin lugar a dudas impacta el sistema de salud público que es donde atiende la mayoría de las mujeres sus embarazos. A pesar de toda la retórica del gobierno chavista sobre la mejora sostenida en indicadores relacionados a la salud en comparación con la cuarta, en este ámbito particular tal y como muestra el gráfico que sigue, durante la IV república la Tasa de Mortalidad Materna se mantuvo estancada durante 20 años aproximadamente, siendo que si bien es cierto que no fue erradicada se mantuvo en niveles mínimos, tal como se puede apreciar en la serie, desde mediados del siglo pasado había mostrado de hecho un descenso significativo.
Mortalidad Materna 1948-2003
Gráfico 1: Fuente: Dirección de Atención a la Madre, Niño, Niña y Adolescentes del MPPPS.
Siguiendo los datos presentados por el informe anteriormente citado, hasta el año 2013, la razón de Mortalidad Materna (RMM) se mantenía más o menos estable, para ese año el indicador estaba en 68,66. Es decir, por cada 100.000 nacidos vivos, ocurrían 68,66 defunciones maternas. En los tres años siguientes esta cifra no ha parado de subir. Para julio de 2106, la RMM se ubicaba en 112,29. Aumentó 63,5% en apenas 36 meses. La más baja es la correspondiente a 1998, el indicador tuvo varios picos siempre altos y se mantuvo alrededor del 60%.
Gráfico N°2. Razón de Mortalidad Materna 1990-2016. Fuente: Ministerio del Poder Popular para la Salud
Estas cifras se explican solo en razón de una absoluta negligencia del Estado venezolano para enfrentar esta situación, en principio por sacrificar las necesidades más sentidas del pueblo venezolano en materia de salud y alimentación en aras del pago de la deuda externa por un lado y por otro, al no reconocer las consecuencias que en términos humanitarios esta decisión ha traído consigo. Así, el sistema de salud realmente existente en la Venezuela de hoy, a duras penas se limita a atender según su precaria oferta y no en razón de la demanda real de servicios de salud dignos, dotados con personal e insumos adecuados.
El mapa que presentamos a continuación, muestra la concentración de la mortalidad materna en todo el territorio nacional, como se puede apreciar es alta en prácticamente todos los estados. Llegados a este punto era de esperar que el gobierno nacional decretara la emergencia sanitaria en esta materia, y sin embargo no es esto lo que ha ocurrido. Para empezar, no ha habido por parte de las autoridades en materia sanitaria un reconocimiento oficial del problema. En julio de este año, el propio presidente de la república anunció la implementación de un Plan Nacional para el Parto Humanizado
El Plan Nacional de Parto Humanizado fue activado el 11 de julio pasado y contempla entre sus objetivos: “ (…) atender en su primera fase a 900 mujeres[2] en proceso de gestación, combinar todos los avances de la ciencia y conocimientos ancestrales para atender a las féminas que estén en estado de gestación (…) Un total de 10 mil promotoras comunitarias se prevé formar a través del Plan Nacional de Parto Humanizado, con el propósito de orientar a las 500.000 gestantes que se registran anualmente en el país.)
De acuerdo con el Informe Mujeres al Límite (2017) , elaborado por una coalición de organizaciones que defienden los derechos de las mujeres: “(…) El texto formal del Plan no ha sido publicado, de manera que se desconocen sus objetivos y su vinculación con un marco general de políticas públicas y asuntos relacionados con su financiamiento e implementación. Según se ha podido conocer a través de los medios de comunicación, se trata de un plan encaminado a reducir la violencia obstétrica de la que son objeto las mujeres al momento del parto, promoviendo un abordaje integral y humanizado del proceso de alumbramiento. Ello sería alcanzado a través del acompañamiento de las embarazadas por parte de promotoras comunitarias entrenadas para tal fin. No obstante, el Plan no aborda aspectos relacionados con el estado de la infraestructura pública de salud cuyas condiciones mínimas no están garantizadas”
Es decir que, para el gobierno nacional, el problema de la mortalidad materna pasa por “humanizar el parto”, a través de garantizar el acompañamiento de promotoras comunitarias que asistan a las mujeres en sus lugares de residencia y no por garantizar condiciones materiales mínimas para que estas puedan desarrollar sus embarazos sin mayores contratiempos, las más fundamentales: acceso a una alimentación balanceada y a los suplementos alimenticios recomendados durante el embarazo, acceso a controles regulares, exámenes, medicamentos e insumos durante todo el embarazo. Pero no. A pesar de sus propios datos oficiales, el gobierno no reconoce que el problema de la mortalidad de las mujeres está directamente asociado a la severa crisis económica que no les permite alimentarse bien por un lado, mucho menos garantizar los controles regulares que un embarazo amerita. Si relacionamos los testimonios de las mujeres y sus tremendas dificultades para garantizar el mínimo vital en materia de alimentación, con las posibilidades de una mujer embarazada se hace evidente la correlación que existe entre la crisis y la mortalidad materna.
Durante septiembre y octubre, se hicieron virales unas fotografías de mujeres en los estados Lara y Bolívar estados, pariendo en el piso y/o en salas de emergencia habilitadas para tal fin. La respuesta del gobierno fue el amedrentamiento en ambos casos del personal de salud que circuló las fotografías como forma de denuncia frente a tan lamentable situación.[3]
Mientras tanto las mujeres embarazadas que están obligadas a atender sus partos en el sistema de salud pública (es decir, la mayoría) vive con terror y angustia todo ese proceso, además de las expectativas por sus hijos, porque saben que sus propias vidas están en riesgo real e inminente de morir por razones que ellas no tienen como combatir, pero que al llegar a muchos centros de salud para ser atendidas, la política es no recibirlas sino bajo la coacción explícita de hacerles saber que el centro de salud no tiene las condiciones, o los insumos o el personal, o faltan todas las anteriores al mismo tiempo, y que si insisten en ser atendidas deben “asumir las consecuencias”. Así lo refleja el siguiente testimonio:
"Asume las consecuencias" Sigue campante la violencia obstétrica en nuestras maternidades, expresión de la combinación de modelo de atención patriarcal y el modo de gestión que no garantizan el derecho a la salud. Ayer la Joven Adrixy Núñez, CI V-23630599, con EMBARAZO GEMELAR BICORIAL BIAMNIOTICO de 37 SEM en TRABAJO DE PARTO con 9 cm de dilatación, llegó a la Maternidad Concepción Palacios desde la 7 am, no la ingresaron hasta que firmó "consentimiento informado" "que la pacientecte está enterada de la situación de la MCP y que ingresa bajo su responsabilidad!" Parió el primero a las 10:00 am 2600gr y el segundo a las 10:20 am 2200gr... Ingresó casi en expulsivo pero igual la hicieron firmar, como si ella tuviera otra elección! Es una nota escrita a mano por la adjunta de la Admisión donde afirma que está en conocimiento de todas las fallas y carencias de la institución y asume las consecuencias. ¿Cómo puede sentirse una mujer cuando le dicen que no le pueden garantizar la atención y que las consecuencias son culpa de ella? (Dra. Nancy Bello, Médico Psiquiatra del Hospital Clínico Universitario/ Miembro del Colectivo MUDERES)
Esto es solo una muestra descarnada de lo que ocurre en la principal maternidad del país, bien podemos hacernos una idea de lo que ocurre en el interior en donde como bien mencionamos anteriormente las mujeres se ven obligadas a parir a sus bebes en condiciones completamente riesgosas. Esto no es normal y contraviene todos los derechos garantizados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela además de los compromisos adquiridos a nivel internacional para erradicar este flagelo que acaba con la vida de las mujeres, siendo esto último lo realmente importante.
Este tipo de prácticas es completamente funcional para encubrir la responsabilidad que el Estado (se sobreentiende el gobierno) tiene en esta situación, promoviendo por acción u omisión un modo de gestión de la salud en medio de la crisis en el que ni la institución que define los principios rectores en materia de salud, ni sus directivos asumen ninguna tipo de responsabilidad
Así mismo, se encubre que los servicios de consulta para embarazos de alto riesgo están prácticamente parados, que no se prestan servicios diferenciados para la atención de población adolescente o para las mujeres indígenas y los graves problemas de insalubridad y contaminación en los principales hospitales del país.
Las muertes de mujeres ocurridas antes, durante y después del parto por razones asociadas a el mismo no son normales y su crecimiento sostenido nos obliga a interpelar al Estado, señalar y denunciar sus responsabilidades que no pueden ser asumidas por nadie más(fundamentalmente en lo referido a infraestructura, personal capacitado e insumos) y exigir garantías para que el ejercicio de la maternidad no tenga que ser vivido como una condición de alto riesgo de muerte, porque de hecho en buena parte del mundo hace poco más de medio siglo esto dejó de ser así.
Por otra parte es necesario también exigir y buscar justicia para todas aquellas mujeres y sus familias que los últimos años han muerto por culpa de la indiferencia del Estado. Documentar todos los casos que sean posibles y esperar que las sobrevivientes y la sociedad venezolana en su conjunto se sumen a la indignación y a la exigencia de justicia y reparación para todas estas mujeres, por todas las mujeres.
[1] Se considera mortalidad materna la muerte de la mujer a causa de su embarazo o dentro de los 42 días siguientes a la terminación del mismo independientemente de la duración y el sitio del embarazo, debido a cualquier causa relacionada con o agravada por el embarazo mismo o su atención, pero no por causas accidentales o incidentales (Consejo de Derechos Humanos, 2010)
[2] Según la Organización Mundial de la Salud se calcula que en Venezuela hay aproximadamente 600 Mil embarazos anuales, de los cuales 120 Mil corresponden a niñas y jóvenes. Esto nos indica que el 20% de los embarazos en nuestro país se han calificado como embarazo temprano.
[3] http://elestimulo.com/blog/gobierno-admite-veracidad-de-foto-viral-sobre-sala-de-parto-improvisada-en-lara/
Fuentes:
-Boletín Epidemiológico 2016
-Informe Mujeres al Límite. El peso de la emergencia humanitaria: Vulneración de Derechos Humanos de las Mujeres en Venezuela
-Propuesta de Sala Situacional para la Erradicación de la Mortalidad Materna (Muderes-Movimiento de Mujeres Ana Soto-La Araña Feminista.
-https://www.aporrea.org/actualidad/n315412.html
-http://vtv.gob.ve/plan-nacional-de-parto-humanizado-preve-formar-a-10-000-promotoras-comunitarias/