04/06.- Entrevista a Rubén Dri, teólogo, filósofo e integrante durante la década del setenta del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Indica que la oposición de la Iglesia Católica se basa en "un principio que parece que está por la vida y de hecho está por la muerte".
En el marco de una entrevista a partir de su nuevo libro "Las dos Iglesias: la profética y la sacerdotal" (que publicaremos en breve) dialogamos con Rubén Dri de un tema de agenda que genera discrepancias dentro de la fe católica en nuestro país: el aborto.
APU: ¿Cuál es su opinión respecto al aborto, que genera contradicciones dentro de lo que usted llama "dos Iglesias"?
Rubén Dri: Sí, absolutamente. Creo que la legalización del aborto es una exigencia en este momento. Te puedo hablar de la necesidad absoluta de poder proteger sobre todo a los sectores populares, que no tienen manera de hacerlo. Y que quedan embarazadas por violaciones, por el patriarcalismo, por el machismo. No tienen ninguna posibilidad de criar en forma humana, en el sentido de las realizaciones humanas, a los hijos que nazcan. Y la única manera de poder abortar es hacerlo en forma clandestina, con lo cual generalmente muere la madre y el futuro hijo. Por lo cual ahí hay un problema social profundo que es al mismo tiempo un problema ético, teológico también, porque ahí está comprometido qué tipo de Dios estamos pensando.
APU: ¿Cuál cree debe ser el rol del Estado en este tema?
RD: Creo que el Estado tiene absolutamente la obligación de crear un ámbito en que estos sectores encuentren la posibilidad de resolver sus problemas de la mejor manera posible. Y que por lo tanto puedan llegar al aborto si es esa la solución que ven, creo que esto es absolutamente necesario.
APU: ¿Y cómo analiza la reacción de la Iglesia al respecto?
RD: Bueno, la Iglesia incluso con Francisco condena directamente al aborto como un asesinato. Pero esto es un tipo de dogmatismo que está absolutamente por fuera de la realidad. Donde dicen "mira que bien, ellos son intransigentes, están por la vida". Sí, están por la vida y se mueren millones precisamente por ese principio. Es un principio que parece que está por la vida y de hecho está por la muerte. Lo que tenemos que tratar de hacer es que haya las menos muertes posibles. Para eso la legalización del aborto no es el único remedio, claro, primero está todo el problema económico, que tengan los medios y la educación necesaria. Por ejemplo la educación sexual, cosas que en general la Iglesia está en contra y los limita completamente, y con eso multiplica las muertes. Logra todo lo contrario de lo que dice defender.