01/07.- Poco más de mil personas se concentraron hoy en el este de Caracas, algunas con banderas arcoíris o disfraces barrocos, para expresar orgullosamente sus orientaciones sexuales e identidades de género y pedir, algunos con más vehemencia que otros, el respeto a sus derechos como ciudadanos.
Los manifestantes pasaron tres horas bajo una lluvia que no dio tregua y que mojó las pancartas con que reclamaban ser iguales ante la ley, que se legalice el matrimonio igualitario, se permita la adopción a las familias homoparentales y la posibilidad del cambio de identidad para las personas trans.
En ninguno de estos aspectos -algunos de ellos ya legislados en varios países de Latinoamérica- se ha avanzado en Venezuela, que lleva 19 años gobernada por la llamada revolución bolivariana, la misma que ha auspiciado la marcha del Orgullo y que en esta ocasión acuñó el lema "18 años rompiendo el clóset".
Oswaldo García, un hombre de 58 años que usó peluca y ropas para imitar a la cantante cubana Celia Cruz, dijo a Efe que hoy se siente en libertad "gracias a la revolución", a la que dio el crédito por la no discriminación que asegura gozar en Venezuela.
Tras identificarse como "la eterna Celia de las marchas" señaló que antes de los gobiernos chavistas la Policía reprimía a los homosexuales y aunque cree que falta "educar a los muchachos que van naciendo" sobre el respeto a la población Lgbti se muestra optimista al respecto.
Por el contrario, Juan Bolívar, un caraqueño de 22 años, lamentó que todavía existan circunstancias en las que no pueda expresar su orientación sexual debido a la discriminación que asegura vivir a menudo en Venezuela.
Vine a "marchar por mis derechos, por el derecho a casarme, a expresar mi homosexualidad donde yo quiera (...) el derecho a mostrar afecto en la calle sin que nadie te recrimine, hay muchísima discriminación en Venezuela", aseveró.
El joven, que aseguró haber participado en las manifestaciones venezolanas del Orgullo desde 2013, consideró que esta marcha estaba "vacía" en comparación con años anteriores, y cree que se deba al creciente número de venezolanos que han emigrado para buscar mejores oportunidades económicas en otros países.
Un punto de vista similar expresó Pamela Monterrubio, una mujer transgénero que lamentó la ausencia de personas trans en la manifestación, a su modo de ver, también carente de la "multitud" del pasado.
"Nosotras las trans sufrimos muchas humillaciones y mucho bullying (acoso) pues, porque una va vestida de mujer en la calle. No es fácil vestirse de mujer ya que la gente te toma de burla", dijo.
La estilista de 23 años sigue usando en los trámites legales el nombre que le asignaron al nacer y no el que escogió acorde con su identidad de género por la imposibilidad de cambiar estos registros en el país.
Cree que es momento de avanzar en este sentido y que dependerá de la "conciencia" del jefe del Estado, Nicolás Maduro, la posibilidad del cambio de nombre y del goce de todos los derechos para las personas trans.
Monterrubio señaló que algunos miembros de la comunidad Lgbti "no toman en cuenta" la manifestación del Orgullo para hacer sus reclamos y otros han emigrado, un camino que también tomará en los próximos meses pues, consideró, en Venezuela "no valoran mucho el trabajo" fonomímico al que se dedica.
A la par de la fiesta organizada por el oficialismo un grupo de médicos y activistas Lgbti aprovechó la ocasión para denunciar la escasez de medicamentos para el tratamiento del Virus de Inmunodeficiencia Humano (VIH) en el país.
El director de Acción Ciudadana Contra el Sida (Accsi), Alberto Nieves, dijo a periodistas que el 75 % de las personas con VIH en Venezuela son hombres, con una mayor incidencia entre homosexuales y personas trans.
"Estamos muy preocupados, la gran mayoría de las personas trans que son las más afectadas, (...) los hombres gays que tienen el virus, están muriendo por falta de medicación, por falta de antirretrovirales", denunció.