Caracas, 11 de marzo de 2019.- A nuestra redacción llega el comunicado de los compañeros de la LTS publicado en La Izquierda Diario Venezuela. A continuación el mismo
Lo que van dejando casi 72 horas de colapso del sistema eléctrico en todo el país
Ya suman tres días sin que el gobierno logre restablecer de manera estable el servicio eléctrico y el de agua. Hospitales y enfermos afectados. Se profundiza del drama social que vive en el país.
Poco antes de las 5 de la tarde del jueves 07 el país se vio afectado por un drástico "apagón" que aún continúa sin superarse, afectando también la distribución de agua, de gasolina, los servicios de metro, así como el funcionamiento de centros de salud, locales de distribución de víveres, la telefonía celular, los servicios bancarios e incluso parcialmente el tráfico aéreo y las transmisiones de las emisoras de radio. El gobierno prontamente lo atribuyó a acciones de saboteo y "ciberataque". La oposición lo achaca a la falta de mantenimiento y la ineficiencia del gobierno. El "humanitario" gobierno estadounidense aprovechó para regodearse con el drama y lanzar un mensaje golpista. Mientras, lo único seguro hasta ahora son las consecuencias sobre la vida del pueblo.
Ya Guaidó aprovecha la situación para renovar la idea de una "intervención humanitaria" y desliza el argumento de que "la gente" le pide que aplique el artículo 87 de la Constitución que supuestamente le autoriza aprobar la intervención de fuerzas militares extranjeras en el país. Bien que sea un sabotaje como dice el gobierno o por la propia irresponsabilidad del gobierno que desfinanció durante años la infraestructura y el sistema eléctrico, no podemos permitir que el sufrimiento cada vez más terrible del pueblo venezolano sea utilizado para dar paso a una intervención del imperialismo en el país.
Las consecuencias inmediatas
Van a cumplirse ya tres días completos desde el inicio de la situación en la que, salvo pocas horas de servicio eléctrico intermitente en zonas de Caracas o de alguna ciudad del interior, la norma ha sido la ausencia del servicio eléctrico. La distribución de agua sigue sin restablecerse tampoco, lo que ha puesto a la orden del día la búsqueda del agua en casas de familiares, en tomas improvisadas de agua o incluso en botes de aguas blancas en plena calle.
Sin luz, la gran mayoría de los comercios abiertos solo pueden cobrar en efectivo, lo que ha agudizado estos días los problemas con la escasez de efectivo que hace un tiempo ya comienza de nuevo a afectar la economía del día a día. Aun en los momentos en que se ha restablecido la energía eléctrica, los servicios de pagos por puntos de venta o transferencias bancarias funcionan con cierta dificultad.
En la capital del país y sus alrededores, desde el jueves no prestan servicio el Metro de Caracas, los metrocables, el Metro de Los Teques ni el Ferrocarril Caracas-Cúa. El gobierno ha habilitado el servicio de metrobús en algunas de las líneas del Metro de Caracas afectadas. Las bombas de gasolina también interrumpieron el servicio, reactivándolo por algunas horas cuando hay electricidad. Las largas colas para abastecer se han hecho notar.
Este sábado el centro de la ciudad, en la avenida Lecuna a la altura de El Silencio, la Policía de Caracas frustró un intento de saqueo, para terminar siendo la propia policía quien saqueara el local, respondiendo con lacrimógenas y perdigones a quienes desde los edificios les reclamaban. En Caricuao algunos comercios procedieron a regalar algunos de los víveres que comenzaban a dañarse por la falta de refrigeración, grupos de las FAES custodiaban la entrega.
En algún que otro punto de la ciudad hubo pequeños focos de protesta, como en La Candelaria, que fueron rápidamente reprimidos y desactivados por la Policía Nacional Bolivariana (PNB).
El drama de los hospitales y los enfermos crónicos
Las consecuencias más graves para la población están siendo las relacionadas con la salud y la vida. Según denuncias hechas, se cuentan ya por decenas las muertes de pacientes por las fallas en los hospitales. Desde la misma tarde del jueves se reportaban emergencias por la falta de suministro de oxígeno en algunos hospitales, como por ejemplo en El Tocuyo (Lara). Por falta de diálisis se reportaban hasta el sábado 15 personas fallecidas distribuidas entre el estado Zulia, Maturín y el hospital Miguel Pérez Carreño de Caracas. Algunos niños y/o recién nacidos han corrido la misma suerte en el J. M. De los Ríos y el Materno Infantil "Comandante Supremo Hugo Chávez Frías" de El Valle. En este último caso reportan que del jueves para el viernes cuatro enfermeras y dos doctoras pasaron la noche suministrando respiración manual (método de AMBU) a los niños que se encontraban en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), sin embargo, dos niños fallecieron y al ser denunciada la situación por las enfermeras, dos de ellas fueron detenidas.
Personas que reciben tratamientos de quimioterapias, cuyos insumos deben estar refrigerados, han tenido que acudir a pagar (en muchos casos en dólares) a centros de salud privados o a dueños de plantas eléctricas que les permitan mantener esos medicamentos a la temperatura adecuada. En situación similar han estado quienes deben someterse interdiariamente a hemodiálisis. Quien no cuenta con los recursos para hacer estos pagos de emergencia se enfrenta a las consecuencias trágicas del caso.
Algunos reportes cifran la cantidad de fallecidos a nivel nacional por las fallas en los hospitales desde el jueves hasta este domingo, en varios centenares. Sin embargo, son datos aportados a título individual por periodistas en sus redes sociales, por lo cual no hay manera de comprobar por ahora la veracidad de los mismos.
Maduro: es la consecuencia de varios ataques
A poco tiempo de ocurrido el mega apagón el jueves, el gobierno nacional lo atribuyó a acciones de sabotaje, mediante declaraciones de Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación, así como de Diosdado Cabello. Este sábado, en la concentración llamada por el gobierno por el 4to año del infame decreto de Obama en que se definía a Venezuela como "amenaza inusual y extraordinaria" para los Estados Unidos, decreto ratificado por Trump, Maduro insistió en esa explicación. Señaló que hubo cuatro ataques, dos cibernéticos, uno electromagnético y el incendio en una subestación eléctrica.
La narrativa de Maduro señaló que el mismo jueves "Comenzamos las maniobras [de restitución del servicio] y a golpe de las 7:00 de la noche se encaminaba el proceso de la recuperación, cuando de pronto recibimos un ataque cibernético internacional contra el cerebro de la empresa eléctrica", luego el sistema habría sido objeto de nuevos ataques y hasta un incendio provocado en una subestación. Así dijo que el sábado, cuando tenían "recuperado el 70%" del sistema, "hubo otro ataque cibernético". Su relato siguió diciendo: "Descubrimos que estaban realizando ataques de alta generación científica, de alta tecnología, lo que llaman nuestros expertos ataques electromagnéticos para sabotear el proceso de reconexión".
Habló de "infiltrados" dentro de la empresa a quienes prometió encontrar y castigar con todo el peso de la ley, lo que, dijo, le permitiría "limpiar la industria". Prometió que "en las próximas horas" se restablecería el servicio. Señaló a Marco Rubio, a Mike Pompeo y a Juan Guaidó de estar detrás de los ataques. Lanzó la consigna de "amor y resistencia", al tiempo que anunció para el lunes 11 jornadas especiales de distribución de las cajas CLAP y agua mediante camiones cisternas públicos.
Más allá de la muy escasa credibilidad que suscitan las versiones del gobierno nacional sobre estas situaciones, resultó sumamente chocante que, al mismo tiempo que gran parte de la población está padeciendo las múltiples consecuencias de la falla eléctrica, viviendo momentos trágicos por la pérdida de muchas vidas por esta razón, en la concentración presidencial ostentaran pantallas LED gigantes en pleno funcionamiento, y que el propio Maduro disfrutara al ritmo de las congas sonadas desde la tarima. Un momento más en que se muestra la descomposición del régimen gobernante y su menosprecio por las calamidades del pueblo.
El secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, aprovechó la situación para cuestionar al gobierno de Maduro, diciendo que se debió a la ineficiencia del mismo y así como no hay comida, medicina ni electricidad, pronto no habrá Maduro. Juan Guaidó y la oposición de derecha acusaron la falta de mantenimiento y la corrupción por parte del gobierno.
En la situación actual, con una obscena agresión imperialista que persigue abiertamente el derrocamiento de Maduro por la vía de un golpe militar o alguna otra vía de fuerza, incluyendo la asfixia económica y las constantes amenazas de alguna intervención militar, no puede descartarse la opción de que los Estados Unidos estén detrás de algún sabotaje contra el país. No son pocos los casos de saboteos criminales de todo tipo por parte de los Estados Unidos en su larga historia intervencionista, son más bien una normalidad en su prontuario injerencista.
Sin embargo, tampoco puede considerarse poco factible que las causas obedezcan al propio colapso del sistema eléctrico nacional. Más aun cuando es la realidad vivida por todos en el país desde hace tiempo, con un sistema cada vez más deteriorado, con apagones constantes, con ciudades o zonas del país que pasan días o incluso semanas sin electricidad. Es la realidad que ya vive el país hace años. Una realidad señalada además una y otra desde hace mucho por los propios trabajadores del sector eléctrico, algunos de los cuales han pagado incluso con cárcel sus advertencias sobre la grave crisis de la infraestructura del sistema eléctrico.
A todo esto se suman las miles de renuncias de trabajadores cualificados en los últimos años, huyendo de los salarios de hambre y del propio autoritarismo gubernamental que, desde hace varios años llegó a prohibir las asambleas de trabajadores en Corpoelec. Situación que ha debilitado en mucho las capacidades técnicas y operativas de la industria.
El pueblo no puede quedar a expensas de las versiones totalmente interesadas, para sus propios objetivos políticos, del gobierno nacional o de la oposición digitada desde Washington. Por otro lado, no faltan los ideólogos neoliberales que pululan en la derecha, aprovechando la ocasión para insistir en la entrega a empresas privadas del sistema eléctrico, como única "solución". La preservación del carácter público del sistema eléctrico y su pase a manos de los propios trabajadores y técnicos, desplazando a la burocracia "cívico-militar" corrupta y antiobrera que ha llevado a Corpoelec al estado actual, es la única salida verdaderamente progresiva para la catastrófica situación del sistema eléctrico nacional. En ningunas manos mejor que en la de los trabajadores que diariamente hacen andar la industria.