La iniciativa de la activista japonesa Yumi Ishikawa de promover el hastag #Ku Too a través de su cuenta de Instagram para protestar por el uso obligatorio de zapatos de tacón alto en el ámbito laboral japonés, ha tenido una gran repercusión internacional, pero no es un caso aislado. #KuToo es un juego de palabras que combina la palabra japonesa para zapatos, kutsu, con la que designa al dolor, kutsuu, y quiere poner de relieve el castigo físico que supone para millones de mujeres niponas la obligación de usar tacón alto en las empresas, en las que los trabajadores pueden llegar a pasar hasta 16 horas diarias.
La protesta, que de momento no ha encontrado una buena recepción en el gobierno, con polémicas declaraciones del ministro de Trabajo que ha dicho que la medida es "necesaria y razonable", refleja un problema enquistado en casi todas las economías y ámbitos laborales del mundo. Por citar solo unos ejemplos, Norwegian Airways recibió las quejas de sus azafatas por exigir un parte médico que justificara el no uso de tacón.
Basta de tacones altos en el trabajo. Un grupo de mujeres japonesas ha pedido al Gobierno que termine con el requisito de llevarlos en la oficina algo que, según las activistas, sigue siendo obligatorio en muchas empresas japonesas.
La actriz y escritora independiente Yumi Ishikawa ha iniciado la campaña con el hashtag #KuToo, un juego de palabras que rápidamente se ha viralizado porque combina la palabra japonesa para zapatos, kutsu, con la que designa al dolor, kutsuu.
"Hoy hemos presentado una solicitud para que se prohíba, por considerar discriminación y acoso sexual que los empleadores obliguen a las mujeres a usar tacones", ha declarado Ishikawa a los periodistas tras una reunión con el Ministerio de Trabajo.
La actriz ha contado que una de las personas con las que ha hablado en el Ministerio "era mujer y simpatizaba con nuestra petición". "Nos dijo que era la primera vez que una solicitud de este tipo llegaba al Ministerio; es el primer paso", ha señalado la activista.
Para varios expertos, el caso subraya la profundamente arraigada misoginia de Japón. El diputado Kanji Kato, miembro del partido en el Gobierno, aseguró en 2018 que las mujeres debían tener varios hijos y que las que preferían permanecer solteras terminarían convirtiéndose en una carga para el Estado.
A principios de 2019, Ishikawa se quejó en Twitter por el requisito de llevar tacones altos para las empleadas de hotel. Inició la campaña cuando ese tuit se hizo viral y como parte del movimiento mundial contra el acoso #MeToo. "Cuando me di cuenta de que había tanta gente con el mismo problema, decidí lanzar la campaña", ha reconocido.
Para las activistas, los zapatos de tacón son el equivalente moderno de los pies vendados. También ha habido peticiones para relajar otros códigos de vestimenta en el lugar de trabajo, como el ubicuo traje de negocios para hombres.
En el Reino Unido, más de 150.000 personas firmaron una petición similar contra la exigencia laboral de tacones altos en solidaridad con Nicola Thorp. En mayo de 2016, Thorp acudió a su primer día de trabajo como recepcionista temporal para la empresa de auditoría PwC negándose a usar tacones de entre 5 y 10 centímetros. Le espetaron que se fuera a casa.
Con el caso Nicola Thorp se creó una comisión de diputados para investigar los códigos de vestimenta en el lugar de trabajo. Descubrieron otras ocupaciones que también exigían a las mujeres el uso de tacones, incluso trabajos que requerían caminar largas distancias o subir escaleras llevando equipaje pesado, alimentos y bebidas. A pesar de todo, el gobierno británico se negó a cambiar su legislación, alegando que la Ley de Igualdad de 2010 ya preveía un sistema de compensación.
En 2015, el director del Festival de Cine de Cannes pidió perdón por negar el acceso a la alfombra roja a las mujeres que no llevaran tacones altos. Cannes mantuvo su código de vestimenta a pesar de la protesta de la actriz Julia Roberts, que un año después acudió descalza.
En 2017, la provincia canadiense de British Columbia prohibió que las empresas obligasen a sus empleadas a llevar tacones altos, una práctica que se consideró peligrosa y discriminatoria.
A principios de este año, Norwegian Air ha sido blanco de todas las críticas al exigir una prescripción médica a las mujeres de la tripulación de cabina que desearan usar zapatos planos. La portavoz femenina del Partido Socialista de Izquierda de Noruega, Ingrid Hodnebo, acusó a la aerolínea de estar atrapada en el universo "Mad Men de los años 50 y 60".
También el festival de Cannes en 2015 vivió la protesta de la actriz Julia Roberts, que se presentó descalza para denunciar el hecho de que a las mujeres se las obliga a posar para la gala en la alfombra roja con tacones. Otro caso es el de la recepcionista inglesa Nicola Thorp, que fue despedida de su puesto en PwC por negarse a llevar tacones. Afortunadamente, en algunos países este tema encuentra la sensibilidad de las autoridades: en 2017, la provincia de la Columbia Británica, en el oeste de Canadá, promulgó una ley que prohíbe a las empresas incluir en su código de vestimenta el tacón alto, al considerarlo una exigencia discriminatoria.
Una fuente de lesiones en espalda y piernas
Estas protestas están totalmente justificadas si se atiende al amplio rango de lesiones traumáticas y trastornos anatómicos que puede implicar el uso de esta prenda de calzado y que pueden volverse crónicas si no se restringe.
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"El primero de los problemas es postural", explica el traumatólogo Carlos Sabaté "ya los tacones empujan el cuerpo hacia adelante, forzando así una desviación en las vértebras lumbares al mantener tanto la cadera fuera de la alineación de la columna".
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"Además, pueden generar un aumento del desgaste articular tanto en la rodilla como en los tobillos, ya que cuanto más alto es el tacón, más presión genera en estas articulaciones", añade el doctor, que explica que este calzado incide particularmente en la cara interior de la rodilla, provocando osteoartritis de rodilla, la variedad más frecuente entre las mujeres. Un estudio de 2010sugiere que el uso habitual de tacón alto aumenta un 26% el riesgo de padecer esta dolencia.
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El doctor también destaca que la incidencia de lesiones por esguince de ligamentos o torcedura de tobillo durante el uso del tacón "es mucho más alta que cuando se usa zapato plano" y apostilla que "varias lesiones en un mismo tobillo pueden dar lugar a elongaciones que debiliten el ligamento y por tanto hagan las torceduras más recurrentes, en un círculo vicioso".
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A nivel de pantorrilla, el facultativo destaca que el uso de tacón puede dar lugar a una hipertrofia de los gemelos: "crecen demasiado, se abultan y se acortan descompensando otros músculos y creando propensión a las contracturas".
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También comenta que el tendón de Aquiles tiende a acortarse con el uso del tacón, con lo que al quitarnos el zapato y coger el pie la postura normal, estirada, la tensión sobre el tendón acortado creará un dolor que puede convertirse en crónico.
Los pies tampoco se libran
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La presión del calzado de tacón alto también se deja notar en la parte delantera del pie, pudiendo ser con el tiempo ser fuente de importantes dolores crónicos: "el crecimiento óseo en la articulación basal del dedo gordo es uno de ellos, y tiene el problema de que obliga al dedo a ir contra los otros, causando dolores".
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Adicionalmente el tacón puede provocar inflamaciones en los tejidos y articulaciones del antepié, lo que se conoce como "metatarsalgia"
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Otro trastorno anatómico son los juanetes, que son durezas en los laterales interdigitales provocadas por la muerte de las células por compresión, que se llenan entonces de secreciones de queratina, la misma sustancia que conforma las uñas o el pelo, como respuesta de resistencia a la presión. Estas durezas también provocan fuertes dolores cuando el zapato de tacón comprime el dedo.
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Finalmente cabe añadir la deformación anatómica conocida como "dedo de martillo": "con el uso en compresión, los dedos segundo, tercero y cuarto del pie están replegados y sus músculos extensores terminan por atrofiarse, por lo que incluso en reposo y con calzado normal, siguen retraídos", explica el doctor Sabaté.
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El traumatólogo añade para terminar el "síndorme o neuroma de Mortón", que es una compresión del nervio que pasa entre los dedos tercero y cuarto al usar calzado demasiado estrecho, causando un dolor agudo, "como si nos quemaran la base del pie con un mechero".
En Venezuela ni siquiera se discute esta práctica que somete a las mujeres al uso del tacón y grandes plataformas, desde oficinas, animadoras de televisión, instituciones del estado, embajadas que exigen dentro del código de vestimenta el uso de tacones, lo que causa la deformidades en los piés y problemas en la columna y rodillas, sería muy importante para las mujeres venezolanas adoptar esta campaña como propia y así combatir el patriarcado que rige en el país.