06 de agosto de 2020.- Lamentablemente una vez más hubo un derrame de crudo en las costas venezolanas. En esta oportunidad la zona afectada fue la costa del Estado Falcón, área se suma importancia para la conservación de la biodiversidad. Una gran mancha de de petróleo de 4Km aproximadamente afecta las playas de Boca de Atoa y Tucacas. Se extiende desde el Puente Boca Vieja hasta Aragüita en Golfo Triste.
La alarma entre la población y organizaciones ecologistas y ambientalistas se ha hecho snotar en las redes sociales.
Cabe destacar que los derrames de petróleo dejas secuelas y daños colaterales en la flora y la fauna marina.
En las cercanías se encuentra la refinería El Palito, por lo que es una ruta de buques petroleros. Las autoridades costeras no han reportado oficialmente, ningún evento y desde la industria petrolera no se emitió ninguna información hasta el día martes 5 de agosto en el que afirmaba que se estaba realizando la limpieza de la costa falconiana. Cabe destacar que el derrame se comenzó a notar en las playas desde el 1º de agosto.
Aunque el gobierno nacional emitió información a través de los medios públicos sobre la limpieza que estaría haciendo en la costa falconiana, haría falta una profunda y seria investigación para cuantificar magnitudes, el impacto ambiental y deterioro ecológico es irreversible.
Está demostrado que la permanencia en el tiempo de petróleo en las costas y en cuerpos acuáticos, sufre un proceso de degradación progresiva que aumenta su agresiva afectación en los ecosistemas, con un complejo impacto ecológico.
Numerosas denuncias dan cuenta de toda la contaminación y daños ecológicos que acarrea toda la cadena de explotación, tratamiento y distribución de la industria petrolera. A lo que se le suma, a juicio de los denunciantes, la desidia ecológica de la propia PDVSA que da "vía libre" a las transnacionales que operan en el país sin respetar las más mínimas medidas de seguridad y del impacto ambiental.