25.11.21 - Venezuela no carece de democracia –tal y como sostienen EEUU y sus aliados–, sino más bien tiene en "exceso", según Valentina Škafar, veedora en las 'megaelecciones' que acaban de llevarse a cabo en la nación caribeña. Un proceso que calificó como "legítimo" y "transparente", tachando de "insinuaciones" las denuncias de un supuesto fraude.
En declaraciones a Sputnik, Škafar, integrante de la Comisión Internacional y del Grupo de Trabajo para América Latina y el Caribe del Partido de la Izquierda Europea, calificó como "tremendo" e "increíble" la organización del proceso electoral en Venezuela.
En este contexto, enfatizó que su "sistema de votación es totalmente automatizado" y "no deja lugar a ningún tipo de manipulación", donde se puede seguir el proceso "en tiempo real".
Destacó, además, que los "más de 300 veedores, veedoras y acompañantes" internacionales en los comicios del pasado domingo –invitados, tanto por parte del oficialismo, como también por parte de la oposición– tuvieron libre acceso a todas las infraestructuras electorales, otro de los numerosos datos que "hablan por sí solos" sobre la envidiable apertura exhibida por las autoridades venezolanas.
Asimismo, llamó la atención sobre el hecho de que en 22 años de la Revolución Bolivariana, la nación latinoamericana celebrara ya 29 elecciones, mientras que Eslovenia –país de donde proviene Škafar– sólo tuviera 8 comicios parlamentarios y 6 presidenciales, además de una consulta popular, durante los 30 años de su independencia.
A raíz de ello, señaló que el sistema electoral venezolano "constituye un ejemplo muy bueno y avanzado que podríamos importar al Viejo Continente".
Durante la entrevista, Škafar también manifestó su rechazo a "las sanciones, las medidas unilaterales, y los bloqueos económicos, sin ninguna base en el derecho internacional" que pesan sobre Venezuela, unas políticas que "arrodillarían a cualquier otro país".
Volviendo a las 'megaelecciones', insistió en que el triunfo del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela debe ser reconocido por todos los países ante la ausencia de factores que pongan en duda el proceso electoral.