El Gobierno guyanés ha abierto la veda a la explotación de recursos en el territorio del Esequibo, o lo que es igual: Guyana incumple su pacto con Venezuela y permite que empresas extranjeras exploten ilegalmente los recursos de un territorio que no le pertenece. La disputa entre Venezuela y Guyana por esta región viene de lejos, pero ¿a quién le conviene avivar la tensión en este asunto y quién se beneficia realmente de todo esto?.
La confrontación entre los Gobiernos de Venezuela y de Guyana por el Esequibo es un tema bastante conocido, que ha estado recientemente en el foco de atención, ya que está siendo alimentada por los intereses de multinacionales extranjeras que buscan sacar ventaja de las riquezas de la región.
Sin embargo, lo que no se conoce tanto son las opiniones de personas directamente afectadas por esta disputa. Jessica Sosa, corresponsal de RT en Venezuela, a quien las autoridades guyanesas le denegaron el ingreso al Esequibo, se dio a la tarea de descubrir qué piensan los residentes de la zona fronteriza sobre el conflicto y cómo ha afectado a sus vidas.
A lo largo de toda la zona fronteriza, viven en armonía centenares de esequibanos y guyaneses en territorio venezolano. Para muchos habitantes de esta región, está claro que el conflicto del Esequibo toca muchos intereses políticos y económicos. Sin embargo, los residentes solo albergan un deseo: continuar viviendo en paz.
Graciela Rodríguez, capitana indígena de la comunidad de San Martín de Turumbán, ubicada en el estado venezolano de Bolívar, asegura que el Esequibo les pertenece a todos los indígenas. "Es nuestro hogar y no queremos perderlo", insiste.
Posiciones claras más allá del miedo
Sin embargo, los constantes rumores y amenazas sobre el riesgo de guerra, de invasiones y de expropiaciones de sus tierras y riquezas, han sembrado el miedo en la comunidad, donde los residentes temen por su futuro.
Más allá del miedo, los habitantes mantienen posiciones claras: la explotación de recursos en el territorio del Esequibo por parte de trasnacionales, con aprobación del Gobierno guyanés, es un abuso y una falta del respeto al acuerdo. "Es una provocación de las trasnacionales, manipulando a ciertos políticos de Guyana", afirma Eddy Pérez, habitante de San Martín de Turumbán.
Shivana, una de los tantos esequibanos naturalizados en Venezuela, quienes en su mayoría llegaron al país bolivariano en busca de mejores oportunidades, califica la situación en el Esequibo de "muy triste", ya que —asegura— Venezuela siempre "ha abierto sus brazos a los guyaneses".
De igual modo, a los residentes les preocupa la posibilidad de que no existan medidas para preservar el equilibrio de los ecosistemas en la zona y se preguntan para quién son los beneficios de esa explotación y qué le ofrece al país.
Medidas concretas del Gobierno venezolano
Para garantizar la seguridad de los residentes, el Gobierno venezolano, que está "convencido" de que debe proteger al Esequibo, ha instalado 25 áreas de desarrollo integral en puntos estratégicos de la región, que, además, cumplen la función de generar acciones de progreso social en las comunidades de la zona, con la construcción de centros educativos y de salud.
Asimismo, se ha erigido un faro estratégico de unos 35 metros de altura, de cara al Esequibo, iluminando el mar que aún no está delimitado y que Guyana ha permitido que sea explotado por las trasnacionales, las cuales se han valido durante años de instrumentos jurídicos que la nación venezolana no suscribe para hacerse con el petróleo de la región.