El Centro de minerales y materiales de estudio geológico de Dinamarca y Groenlandia asegura que su superficie terrestre tiene más de 2 millones de km2, de los cuales la zona libre de hielo con sus exuberantes paisajes árticos montañosos, lo convierte en “complejos terrenos geológicos, que representan casi 4.500 millones de años de historia geológica”.
Las potencias ponen sus ojos en esta región autónoma pero que es gobernada por Dinamarca. Un lugar propicio para encontrar y explotar una amplia gama de recursos minerales, incluidos algunos de los minerales críticos y potencialmente críticos. Y ante los anuncios de Trump se aviva el movimiento independentista de los groenlandeses.
Tanto en Europa como en Norteamérica surgen preguntas de lo que podría suceder: ¿Qué impulsa este movimiento? ¿Cómo responde Groenlandia como territorio autónomo que depende de Dinamarca? ¿Existe la posibilidad de convertirse en un nuevo territorio estadounidense? ¿Qué hay en la gélida isla que llama también atención de Rusia y China?
Para aclarar estas dudas RED+ Noticias entrevistó a Ramón Larramendi, considerado como uno de los exploradores e investigadores más importantes de nuestro tiempo de la región en Groenlandia, y Carlos Salas Lind, profesor de política y economía en la Escuela de Negocios de Copenhague, Dinamarca.
