Caracas, 10 Abr. ABN (Anaís Pérez).- La lucha exasperada de la oposición venezolana por alcanzar el poder, y la fortaleza que demostraron sectores gubernamentales para no abandonar el lugar que el pueblo les signó mediante elecciones populares, marcaron el devenir de una serie de movilizaciones y de calentamiento en el país en los días cercanos al golpe de Estado del 11 de abril de 2002.
Marchas, contramarchas, enfrentamientos, heridos, muertes, violencia, entre otros actos, se produjeron durante la mañana de aquel 11 de abril, que originó el alzamiento del Alto Mando Militar contra el Presidente de la República, Hugo Chávez Frías.
Muchas horas antes de esta sublevación se habían presentado eventos lamentables como el fallecimiento del reportero gráfico Jorge Tortoza, quien murió a manos de francotiradores que se encontraban en las terrazas de algunos edificios del centro de Caracas, y de otros venezolanos que transitaban libremente por las calles.
Allí se evidenció la confabulación de sectores sindicales, empresarios, grupos políticos y hasta la propia Iglesia, para acabar como diese lugar con el mandato del Presidente.
En ese entonces, los miembros de la Policía Metropolitana, Lázaro Forero y Henry Vivas, y el secretario de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía Mayor, Iván Simonovis, dieron cabida a la carta bajo la manga que poseía la oposición, cuando permitieron la llegada de la marcha opositora hasta el Palacio de Miraflores. Ésta no estaba prevista arribar hasta ese lugar por medidas de seguridad presidencial, y generó en las adyacencias de la avenida Urdaneta de Caracas, un total caos y enfrentamiento entre seguidores del Presidente Hugo Chávez Frías y algunos efectivos de la
Policía Metropolitana, y de los municipios Chacao y Baruta.
El malestar de la sociedad, la FAN y las organizaciones civiles se hicieron presentes en la tarde de aquel 11-A en los medios de comunicación social, así como en el lugar de los acontecimientos estaba quedando en evidencia la preparación de un escenario, que terminó en un golpe de Estado y no en vacío de poder como lo dejaron ver algunos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Ese día, estos “seudo-líderes democráticos, ineptos, incapaces y malintencionados” no midieron los riesgos y el peligro que podían causar al pueblo venezolano, siendo el resultado de ello “la muerte de muchos compatriotas”, según lo destacó el viceministro de Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior y Justicia, general de brigada Alcides Rondón Rivero, durante una entrevista ofrecida a la Agencia Bolivariana de Noticias.
Indicó que el 11 de abril de 2002 estaba predestinado para él como el día en que iban a ocurrir una serie de hechos violentos, debido a que en el programa dominical Aló Presidente “se comenzó a recibir información y reacciones de los servicios de inteligencia, sobre algunas reuniones y movilizaciones que efectuarían grupos políticos por los despidos de la nómina mayor de Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
“Después que estuvimos con el Presidente en su programa del domingo, se empezaron a observar los escenarios que estaban surgiendo”, agregó el funcionario, lo que lo llevó a prever un posible hecho extremo como el que sucedió: “El golpe de Estado”.
El viceministro Rondón recordó que en horas de la tarde del 11 de abril partió rumbo a Costa Rica, donde organizaría e instalaría la Cumbre Presidencial en la que estaba prevista la asistencia del mandatario venezolano.
Es decir, ese acontecimiento “me agarró en el aeropuerto de Costa Rica, tratando de regresar a Venezuela”, argumentó el funcionario.
Señaló que el retorno al país se realizó clandestinamente el 12 de abril a medianoche, por el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, lugar por donde entró tanto su persona como el Jefe de Operaciones y el Jefe de Inteligencia de la Casa Militar, “ya que nos estaban esperando para
arrestar, si llegábamos públicamente”, indicó.
Explicó que de allí se dirigieron a cumplir las funciones respectivas que cada uno tenía bajo su responsabilidad, “hasta un poco antes de mediodía, que estuve presente en el Palacio de Miraflores ayudando a levantar las acciones de Gobierno en ese momento”.
El titular de Seguridad Ciudadana se detiene un poco a pensar lo que para él significa el 11-A, calificándolo como “una fecha muy triste”, ya que según su memoria, rememora con mucho dolor, porque en ese momento por culpa de unos “ineptos, incapaces y malintencionados, seudo-líderes
democráticos” murieron muchos compatriotas.
El titular de Seguridad Ciudadana dijo, de forma enfática, que afortunadamente el hecho de devolver al poder al Presidente electo de todos los venezolanos, es una demostración heroica del pueblo, puesto
que “fue el pueblo el que se levantó pacíficamente a defender su Gobierno, a defender su proceso y a obligar a los traidores a que regresaran al Presidente Hugo Chávez a su puesto de honor y al poder”.
Apuntó que ese acontecimiento demostró la “madurez de un pueblo, que no tiene precio, no tiene forma de medirse”.
Lamentablemente “tuvimos que sufrir bajas y hechos de sangre, pero eso ha fortalecido la democracia, y lo puedo decir con orgullo, porque tenemos uno de los pueblos del mundo con mayor capacidad y conocimiento de lo que significa una verdadera democracia y de lo que el ejercicio de los valores democráticos son en realidad.
Al preguntársele sobre el cambio que sufrió el país, el funcionario dijo con mucho orgullo y vehemencia que Venezuela cambió para siempre”.
Antes de despedirse y culminar la entrevista el viceministro de Seguridad Ciudadana, Alcides Rondón, envió un mensaje a todos los venezolanos para que lo sigan como lo es el “continuar avanzando en un proceso democrático que es ejemplo para todo el mundo, por lo que ese concepto viejo, engominado de democracia representativa no debe seguir más”.
Ahora es la democracia participativa real “la que nosotros tenemos en este proceso y que está sirviendo de ejemplo para el mundo”, puntualizó.