Varios centenares de activistas sindicales de toda Venezuela -puede que más de un millar- han participado durante los últimos tres días, junto a invitados internacionales de varios países, en una reunión histórica. Como decía uno de los asistentes, es imposible asistir a una reunión sindical en ningún país del mundo en la que se cite tantas veces a Marx, Lenin y Trotsky y se respire con tanta claridad la firme convicción de la inmensa mayoría de asitentes de que el objetivo es construir el socialismo y el único camino es que el poder esté en manos de los trabajadores.
La mesa fue abierta poir la coordinadora de la misma, Marcela Máspero, coordinadora de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y a continuación Alexis Hornebo, trabajador elegido para la Junta Directiva de la empresa expropiada recientemente por el gobierno Venepal (hoy Invepal) explicó diferentes detalles de esta histórica lucha y cómo se están organizando los trabajadores en estos momentos. Varios trabajadores de CADAFE, la industria petrolera y las empresas básicas de Guayana intervinieron explicando el proceso de cogestión y particpación de los trabajadores que se está dando en las mismas.
Especialmente significativa fue la intervención de un camarada petrolero de San Tomé quien explicó muy gráficamente como los trabajadores tomaron el control de la industria petrolera durante el paro ptaronal de diciembre de 2002 y enero de 2003 y gestionaron varios centros petroleros a través de asambleas demostrando que la clase obrera sí puede dirigir los centros d etrabajo y la sociedad. Como explicó el camarada , en aquel momento por debilidades organizativas y políticas, por falta de comprensión suficiente de esta idea y de una organización unificada d elos trabajadores en todo el país capaz de llevar esa idea a la práctica, se desaprovechó la oportunidad de mantener el control obrero sobre PDVSA, la empresa clave del país y una de las petroleras más importantes del mundo.
Esto ha permitido que una nueva tecnoburocracia se esté desarrollando y haya arrebatado el poder a los trabajadores. Aunque se aprecia un movimiento entre la vanguardia revolucionaria del movimiento obrero petrolero por sacar conclusiones de esta experiencia y luchar porque los trabajadores vuelvan a retomar el control de la industria. En este sentido el surgimiento de los Comités Guía en su momento (órganos de particpación y discusión de los sectores más a la izquierda de la industria), la conformación de distintas organizaciones políticas de carácter revolucionario de trabajadores petroleros -algunas de ellas presentes en el evento como Conductores del Pueblo Soberano en Maturín o la Opción Clasista de Trabajadores en el Esatdo Anzoátegui, formada por muchos de los sindicalistas del Movimiento Clasista La Jornada y otros sectores que tomaron el control de la refinería de Puerto La Cruz durante el paro golpista- resulta significativa.
Una de las experiencias más destacadas fue la de la cogestión en CADAFE y cómo la movilización de los trabajadores en demanda de que esa cogestión supusiese realmente la particpación genuina d elos trabajadores en la gestión de todos los aspectos de la producción produjo un choque de concepciones con la gerencia dela empresa. Una de las intervenciones más aplaudidas del Encuentro fue la de Joaquín Osorio, dirigente del sindicato eléctrico de CADAFE, quien planteó que los modelos de cogestión que se han ensayado en otros países como España, Alemania, Argentina, etc fueron generalmente intentos de asimilar a los dirigentes obreros al aparato productivo capitalista, integrarlos en el mismo y en última instancia aumentar la explotación de la clase obrera. "Podemos aprender de todos estos modelos pero el que nostros queremos desarrollar es uno completamente nuevo que sirva para construir otro modelo de sociedad, que nostros en CADAFE hemos llamado socialismo bolivariano que transforme las relaciones capitalistas de producción, y dónde los trabajadores seamos los que ejercen el poder".
Esta concepción de la cogestión como mas cercana al control obrero e incluso a la gestión de las empresas estatizadas por parte de los trabajadores fue un hilo conductor en la mayoría de intervenciones y entusiasmó al auditorio. Una de las consignas más coreadas durante toda la reunión era la de "Sin cogestión no hay revolución".
Entre los ponentes nacionales e internacionales que intervinieron destacaron los aportes de Carlos Lanz, teórico de la izquierda bolivariana que se define marxista y actual director de la empresa estatal ALCASA, Víctor Ríos, dirigente de Izquierda Unida (IU) de España y asesor en estos momentos del Presidente Chávez, Michael Lebowitz, Serge Goulart (coordinador de las empresas tomadas en Brasil Cipla e Interfibra) y por supuesto la ponencia del camarada Alan Woods sobre el socialismo del siglo XXI que una vez más despertó el entusiasmo de los trabajadores asistentes.
Carlos Lanz insistió en que la cogestión que se plantea en ALCASA no es la cogestión clásica caracterizada por elegir a los directores laborales sino que debe basrase en asambleas permannetes de trabajadores que constituyan equipos de trabajadores y gerentes que decidan todos los aspectos de la producción (salarios, organización y condiciones de trabajo, licitaciones, etc). También denunció que la lucha es contra las mafias y la oligarquía que siguen controlando la economía en el estado y a nivel nacional , contra el burocratismo y contra las buracias sindicales que siguen oponiéndose al proceso revolucionario.
Alan Woods explicó las condiciones para construir un estado obrero que explicaba Lenin en El Estado y la Revolución: elegibilidad y revocabilidad de todos los funcionarios públicos en todo momento, que estos perciban el mismo salario que un obrero medio cualificado, sustitución del ejército permanente por el pueblo en armas y organizado en milicias obreras y populares y que progresivamente el mayor númerod e tareas burocráticas y administrativas sean realizadas de forma rotatoria por todos los trabajadores.
Estas ideas fueron aplaudidas de modo entusiasta por los asistentes. Alan también insistió en la fuerza de la clase obrera y como a menudo es la falta de conciencia de su propia fuerza lo que impide alos trabajadores tomar el poder. Aquí la responsabilidad de la dirigencia es clave, esta tiene que hacer conscientes a los trabajadores de su fuerza y no frenarlos o explicarles una y otra vez que no sosn suficientemente fuertes. Alan reiteró la idea ya explicada en distintos foros y reuniones de que la revolución no es irreversible todavía, que está áun a la mitad del trabajo y que sólo puede culminar con la estatización de los bancos, los monopolios y los latifundios bajo control obrero y la sustitución del aparato del estado creado por los capitalistas por un estado de los trabajadores basadoe n la elegibilidad y revocabilidad de todos los cargos. Estas ideas fueron acogidas con gran apoyo por parte de los trabajadores y activistas sindicales presentes. Alan explicó que hoy más que ninca la disyuntiva es socialismo o barbarie, o la mas grande d elas victorias para la revolución y su extensión a escla internacional o la peor de las derrotas si esta no llega hasta el final.
Víctor Ríos citó ampliamente en su intervención el decreto de control obrero aprobado por los bolcheviques cuando tomaron el poder y una entrevista a Trotsky realizada por un periodista en 1918 sobre el control obrero. Insistió en la necesidad de una cogestión entendida como particpación de los trabajadores a través de asambleas y répresententes elegibles y revocables en la toma de todas las decisiones. El interés por estas ideas quedí reflejado ,además de en la ovación y felicitaciones a estos dos ponentes, en quye tras estas intervenciones los materiuales sobre Trotsky que teníamos en la mesa de la Corriente Marxista Revolucionaria practicamente se agotaron.
Michael Lebowitz desarrolló la experiencia de la autogestión en Yugoslavia y planteó toda una serie de lecciones que se podían extraer.
Una interevención muy interesante fue la de Serge Goulart así como la de distintos camaradas que explicaron la experiemcia de las empresas tomadas en Argentina o la de la particpación de los trabajadores en Cuba. Goulart explicó la toma por parte de los trabajadores de varias empresas en la ciudad industrial brasileña de Jointville y como esta se enmarcaba en el proceso de radicalización que llevó a Lula al poder. Sin embargo ahora Lula no quiere estatizar estas empresas tal y como piden los trabajadores, pretende que estas se constituyan como cooperativas e incluso ha intentado reprimir a los principales dirigentes de las ocupaciones. Los trabajadores, afiliados al PT y la CUT, están haciendo una campaña de recogida masiva de firmas en la base de ambas organizaciones y de movilizaciones exigiendo la estatización d elas empresas bajo control obrero.
Goulart alertó contra la utilización d elas cooperativas para tercerizar las relaciones laborales, bajar los salarios y emporar las condicones laborales y contra la desaparición de los sindicatos en estas empresas. varios trabajadores venezolanos intervinieron en ese mismo sentido y alertaron a los trabajadores de Invepal contra la decisión de desapárecer el sindicato que se está planteando en esta empresa.
El acto fue cerrado por las intervenciones de cuatro dirigentes obreros venezolanos en representación de varias de las principales corrientes del movimiento sindical bolivariano: Pedro Euce (PCV y CUTV), Ramón Machuca (dirigente del sindicato de SIDOR), Luis Primo (Autonomía Sindical, y también miembro de la Corriente Marxista Revolucionaria) y el citado Joaquín Osorio (CADAFE).
Finalmente, José Angel Rivero explicó la propuesta de Ley para la Cogestión que va a presentar la UNT y cerró la mesa la Ministra de Trabajo, María Cristina Iglesias, quien empezó su intervención haciendo referencia precisamente a la consigna empresa pralizada , empresa ocupada y empresa ocupada empresa estatizada del libro de Serge Goulart sobre las fábricas tomadas en Brasil.
Un fiel reflejo de la sed de ideas y del ambiente del encuentro fue el entusiasmo que mostraban todos los asistentes y el que el materail político marxista que llevábamos los camaradas de la Corriente Marxista Revolucionaria se agostase, obteniendo más de Bs. 800.000 para seguir editando publicaciones. El folleto más vendido fue la Introducción al Socialismo y en general los materiales de Trotsky fueron los más solicitados.