Caracas 06 de mayo de 2005 (Prensa MRE).- La Cancillería de la República
Bolivariana de Venezuela ultima los detalles para formalizar, en las
próximas horas, la solicitud de extradición del terrorista de origen
cubano Luis Posada Carrilles, ante el gobierno de los Estados Unidos.
El Canciller Alí Rodríguez Araque informó que ya las autoridades
venezolanas emitieron la orden internacional de captura del terrorista,
un requisito previo a la oficialización del pedido de extradición.
Dijo el Canciller que la solicitud se concretará a través de la Embajada
de Venezuela en Washington, que la presentará ante el Departamento de
Estado, para que las autoridades de ese país procedan conforme a la
normativa internacional y el Acuerdo de Extradición existente entre
Venezuela y Estados Unidos.
Esperamos la mayor diligencia por parte de las autoridades
norteamericanas, dado que Estados Unidos, como Venezuela, han sido
víctimas de acciones terroristas, siendo uno de los casos más evidente y
comprobado el del terrorista internacional Luis Posada Carriles”, recordó
el Canciller Rodríguez Araque.
A su juicio, la entrega del terrorista a Venezuela “será uno de los
gestos que demostraría la consecuencia del gobierno de Estados Unidos con
el énfasis que vienen colocando en la lucha contra el terrorismo y su
secuelas”.
Luis Posada Carrilles es fugitivo de la justicia venezolana desde agosto
de 1985 cuando se escapó de la Penitenciaría General de San Juan de Los
Morros, donde cumplía condena por los delitos de homicidio calificado y
fabricación de armas de guerra, tras ser hallado culpable por la
voladura de un avión de Cubana de Aviación – en octubre de 1976- que
había despegado de la Isla de Barbados, hecho en el que murieron 73
personas, la mayoría jóvenes deportistas cubanos.
El prófugo ya se había fugado en 1982 del Cuartel San Carlos y
recapturado, junto con otros presos, que habían participado en la acción
terrorista.
En el año 2001 Venezuela solicitó su extradición a Panamá, donde el
terrorista había sido detenido aparentemente por su participación en un
complot para atentar contra la vida del presidente cubano Fidel Castro,
quien participaba en la X Cumbre Iberoamericana. El gobierno de la
presidente Mireya Moscoso, a escasas horas de entregar el poder, no solo
negó la extradición, sino que ordenó la libertad de Posada Carriles.
