Horas de tensión vivieron ayer los caraqueños cuando desde muy temprano grupos afectos al oficialismo se apostaron en la avenida Urdaneta frente al Palacio de Miraflores, exigiendo ver al Presidente Hugo Chávez, luego de que fuertes rumores sobre la integridad física del Jefe del Estado, recorrieran la ciudad capital.
El paso vehicular por la avenida Urdaneta fue restringido desde la esquina de Carmelitas hasta la esquina de Bolero por efectivos de la Policía Municipal de Caracas, para evitar un caos mayor, pese a que desde tempranas horas de la mañana el ministro de Comunicación e Información, Andrés Izarra, declaraba que el Jefe de Estado se encontraba cumpliendo sus obligaciones presidenciales.
Tesis
Rumores que iban desde el secuestro del Primer Mandatario Nacional hasta un enfrentamiento a tiros que terminó con tres escoltas presidenciales muertos y el propio Jefe del Estado herido, cruzaron la ciudad de este a oeste.
Los más descabellados daban cuenta de que Chávez Frías había sido trasladado hacia La Habana, Cuba, para recibir atención médica de urgencia, a raíz de un supuesto balazo propinado por un teniente declarado en rebeldía.
Todas esas “bolas” que se echaron a rodar, llevaron a los seguidores del Presidente a querer saber sobre su integridad.
Posteriormente, el domingo la incertidumbre se incrementó cuando no se transmitió el acostumbrado programa “¡Aló Presidente!”. El ministro Izarra declaró a Venezolana de Televisión que el Presidente de la República cedía el espacio para cumplir con un campeonato internacional de voleibol en el cual se medirían Venezuela y Brasil.
A medida que transcurría el día, decenas de afectos a Chávez fueron llegando a la sede del Poder Ejecutivo. Militares adscritos a la Casa Militar salían a ratos del Palacio de Miraflores y vociferaban a través de megáfonos que todo estaba normal y que el Presidente se encontraba en buen estado, conminándolos a retirarse a sus casas.
A las 5:45 pm el país volvió a la calma: el Jefe del Estado bastante sonriente y recomendando a alguien “ponerse las pilas”, poco después comenzó a ofrecer detalles del Consejo de Ministros en el cual estaba, trabajando.
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