El acercamiento de los últimos días de Ecuador a Venezuela en lo económico ha suscitado aplausos y también recelos en este país, donde algunos temen que el viraje hacia Caracas pueda dificultar las relaciones con Estados Unidos.
Una misión de la empresa estatal de petróleo, Petroecuador, se reunirá desde mañana con directivos de Petróleos de Venezuela (PDVSA), para analizar la conveniencia de negociar la compra directa de gas licuado de petróleo.
En la actualidad, Ecuador compra gas a Venezuela mediante la empresa Trafigura, que factura el producto, el almacenamiento y el transporte.
Una fuente de Petroecuador indicó hoy a EFE que en Caracas se analizará si es más conveniente comprar directamente a Venezuela, en caso de que resulten más favorables los costes de transporte y almacenamiento que se deben acordar con otras empresas.
En Venezuela también se estudiará la posibilidad de que Ecuador refine su petróleo en ese país, al igual que la conveniencia de recibir asistencia para los grandes proyectos petroleros con el fin de incrementar la producción petrolera ecuatoriana.
El ministro ecuatoriano de Energía, Iván Rodríguez, prevé viajar la próxima semana a Venezuela para estudiar la eventual cooperación.
Los vínculos con Venezuela llegarían también al ámbito financiero si se concreta la venta de bonos que Quito propone a Caracas.
Más conservador que en días anteriores, el ministro de Economía, Rafael Correa, ha reducido sus expectativas de venta de bonos a Venezuela de "algo menos" de 500 millones de dólares a "por lo menos" 200 millones de dólares.
"La negociaciones son muy duras, estamos hablando de negocios, no de política", dijo Correa, que ha sido un duro crítico en cuanto a las relaciones con organizaciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los recelos que han despertado el viraje hacia Venezuela ha llevado al ministro a recordar públicamente la ausencia de críticas a otras negociaciones de Ecuador con organismos multilaterales y a recordar que el principal comprador del petróleo venezolano es EE UU.
La insistencia de Correa de que el asunto no es ideológico, sino comercial, no ha conseguido aplacar las sombras que algunos analistas avistan en las relaciones con Estados Unidos.
Un abogado experto en asunto de petróleo consultado por EFE aseguró hoy que, aunque económicamente Ecuador busque en su acercamiento con Venezuela mayores beneficios para el Estado, esto puede crear suspicacias en Washington.
"Obviamente el presidente Hugo Chávez está asumiendo un liderazgo y no creo que eso sea visto con muy buenos ojos por EE UU", dijo el experto, mientras que para el analista político Luis Eladio Proaño es "lógico" que Venezuela quiera buscar "el mayor número de aliados que pueda en el enfrentamiento constante que tiene con EE UU".
No obstante, considera que este acercamiento no afectará a Ecuador en sus relaciones con EE UU, que es su mayor socio comercial.
En opinión de Proaño, el extremo al que se podría llegar es que Ecuador no tenga "las ventajas de ser amigo de EE UU", posiblemente en asuntos comerciales.
Blasco Peñaherrera Padilla, ex vicepresidente de Ecuador, aseguró hoy a EFE que "el acercamiento con Venezuela como con todos los países de América es positivo".
No obstante, advirtió de que si dicho acercamiento incluye la posibilidad "de una intervención política de algún gobierno extranjero en los asuntos internos de Ecuador, es muy negativo y peligroso".
La cooperación venezolana también podría materializarse en lo social, con asistencia médica a sectores de escasos recursos en Ecuador, lo que para el canciller ecuatoriano, Antonio Parra Gil, no debe extrañar, pues también EE UU envía a Ecuador misiones médicas de atención gratuita.
Esos acercamientos no significan para Parra Gil que Ecuador se sitúe en ejes ideológicos, porque su país tiene una "política soberana e independiente".
"Tenemos magníficas relaciones con Venezuela, Brasil y Estados Unidos, (...) no somos parte de ningún eje, ni del bien ni del mal", dijo recientemente Parra Gil, quien este mes se reunió con Chávez en Carácas, al igual que el ministro de Economía, Rafael Correa.