La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) convocó a las diócesis a intensificar el debate sobre el "rediseño de nuestro sistema económico", pues éste "somete a las mayorías a condiciones de empobrecimiento, marginación y exclusión", y exhortó a promover "reformas en las instituciones del Estado para rescatar la orientación social que deben tener".
El actual "modelo económico -sostiene- ha fracasado". Ante esa evidencia, invita a crear "modelos efectivos y justos", en los que el Estado sea llamado a "repensar su rol, de cara al binomio sociedad-mercado" para contribuir al desarrollo nacional.
"Urge del Estado -insiste- un nuevo papel, solidario y subsidiario en la promoción de la actividad económica, abriéndose a la participación de organizaciones no sólo empresariales, sino sociales, sindicales y profesionales, como vía para reducir la desigualdad, crear empleos, mejorar los ingresos y generar las condiciones para situarse ante la economía globalizada privilegiando el interés nacional."
Opción por los pobres
En el denominado Directorio para la pastoral social en México -libro de 144 páginas elaborado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social para distribuirse en todas las diócesis como agenda de trabajo de la Iglesia católica- se exhorta a volver a "la opción preferencial por los pobres" y a promover la reflexión sobre lo público, lo privado y la multiplicidad de organizaciones civiles para construir un nuevo tejido institucional y social, basado en "cooperación, corresponsabilidad, libertad, igualdad y justicia".
En el documento, aprobado en el Consejo Permanente por mandato de la asamblea de la CEM, se asegura que hay diversas tareas "pendientes" en la agenda nacional, y admite el "desencanto en la población" por la "tardanza" de los cambios que se esperaban con el gobierno de Fox.
Entre las tareas que no se han concretado dentro de la agenda nacional y la reforma del Estado, considera que está la actualización de la Carta Magna para dar mayor reconocimiento a los derechos y cultura indígenas, pues persiste la "tensión entre dos mundos distantes y contrastantes" a más de una década del levantamiento armado zapatista.
En cuanto al campo mexicano, señala que hacen falta políticas públicas que aseguren la producción suficiente para satisfacer las necesidades de la población, de manera que se fortalezcan las relaciones del mercado interno y se logre la soberanía alimentaria. De lo contrario, advierte, "no podemos esperar otra cosa que mayor pobreza, destrucción de la cultura rural, migración y, lo que es peor, una espiral de violencia y muerte incompatibles con el plan de Dios, que desea una vida justa y digna para sus hijos e hijas".
En torno a la situación laboral, añade que también experimenta grandes males, pues hoy el trabajo sólo se concibe desde la "lógica del mercado", en tanto que la pérdida de 70 por ciento del poder adquisitivo del salario ha hecho más crítica la situación de los trabajadores.
Además, censura las pugnas internas de los partidos y su "descrédito" generalizado por la prevalencia de los "intereses de grupo" sobre los de los electores. De ahí que la sociedad opte por el abstencionismo en los procesos electorales, situación con la cual "la gobernabilidad se ve amenazada por la polarización política".
Mediante este texto, la CEM plantea que la "pérdida de capacidad negociadora" de los gobiernos desde los 80 se debe a que han seguido fielmente los dictados del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, organismos que han "impuesto" políticas de ajuste estructural que, entre otros efectos, han provocado la caída del crecimiento, una significativa pérdida del poder adquisitivo, incremento de la pobreza y una mayor concentración de la riqueza.
La inserción de México en el proceso globalizador, en particular con Norteamérica, sostiene, ha significado "exclusión y muerte" para una gran mayoría.
En contraparte, cuestiona el "empobrecimiento" en la relación de México con
"los países hermanos del centro y sur del continente y el Caribe", aspecto que "sigue siendo una tarea pendiente para el gobierno mexicano.
"Como sociedad tenemos la necesidad de construir una propuesta concreta, racional y éticamente justificada, que haga frente a los dictados de las grandes empresas trasnacionales y cuestione las políticas que los organismos financieros internacionales han establecido para los países en desarrollo."
Es necesario "intensificar el debate sobre el rediseño del sistema económico, pues un sistema que somete a las mayorías a condiciones de empobrecimiento, marginación y exclusión ha perdido por sí mismo su razón de ser. Ante el fracaso del modelo económico, reiteramos el llamado a crea