Con el encuentro, Chávez avanza en su proyecto de concretar un eje sudamericano
JORGE ENRIQUE BOTERO CORRESPONSAL
Caracas, 18 de noviembre. En la que muchos consideran una osada decisión que promete agitar las intranquilas aguas de la política latinoamericana, el presidente de Argentina, Néstor Kirchner, permanecerá lunes y martes próximos en Venezuela, en una visita a su colega Hugo Chávez.
Kirchner llegará la noche del domingo a la sureña ciudad de Puerto Ordaz, junto al río Orinoco, en medio de un ambiente cargado de tensión, tras los sucesos diplomáticos de la cuarta Cumbre de las Américas, celebrada hace 15 días en la ciudad argentina de Mar del Plata, donde salieron a flote agudas disputas por el tema del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Según analistas locales, esta visita será observada atentamente por Washington y por toda la comunidad latinoamericana, pues -afirman- podría servir para repotenciar los efectos de lo ocurrido en el balneario argentino. Varios periódicos venezolanos aseguraron en los días previos a la visita que uno de los más atentos al encuentro será el presidente de México, Vicente Fox, quien sostuvo agrios enfrentamientos con Chávez y Kirchner. A partir de estos choques, las relaciones entre México y Venezuela están en su peor nivel histórico, sin embajadores, y con la amenaza de la ruptura total. Entre tanto, las cancillerías de México y Argentina han dado por superados los roces, pero mantienen una actitud de constante vigilancia a la relación bilateral.
Alta temperatura
El escenario para la reunión de Chávez y Kirchner -la hirviente ciudad de Puerto Ordaz- parece haber sido escogido a propósito, dadas las altas temperaturas que han precedido el encuentro.
En efecto, Venezuela lleva 15 días de enorme agitación política tras la participación de Chávez en la Cumbre de las Américas. El presidente y sus más cercanos funcionarios, así como los dirigentes de las fuerzas políticas que lo respaldan, han hecho ondear la bandera del nacionalismo y pronuncian un discurso victorioso, en el que el presidente estadunidense George W. Bush y sus aliados aparecen como los grandes derrotados de la reunión de Mar del Plata. En medio de este clima fue que Chávez calificó a Fox de ''cachorro del imperio'' y en medio también de este coro triunfalista han sido lanzadas decenas de epítetos contra el mandatario estadunidense. En el clímax de esta atmósfera el mandatario aseguró el pasado jueves, en directo para todo el país y en horario estelar, que Estados Unidos ''está gobernado por un asesino, un genocida, un loco''. Mientras tanto, la casi inaudible voz de la oposición llama desde los periódicos a la cordura en el manejo de las relaciones exteriores, al tiempo que advierte sobre los peligros de que el país termine aislado en el escenario internacional.
Pero si en Venezuela la temperatura ha estado caliente, en Argentina no se han vivido propiamente días de calma política. Analistas argentinos vaticinaron que Kirchner se vería obligado a postergar su viaje a Venezuela, evitándose así quedar en el ojo del huracán internacional. Pero se equivocaron, pues ni siquiera el espinoso tema de la exhibición por parte de Chávez de los videos con las intervenciones de los mandatarios en Mar del Plata hizo que Kirchner desistiera de cumplir la cita con su colega venezolano. Medios de prensa y sectores de oposición en Argentina acusan al gobierno de haber suministrado a Chávez los videos y violar una especie de ley no escrita mediante la cual los jefes de Estado se comprometen a guardar discreción sobre las discusiones que mantienen a puerta cerrada. Esta práctica ha sido censurada por varios mandatarios de la región. El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, la criticó: ''todos los presidentes -afirmó- deben ser informados previamente si el debate va a ser privado o si va a ser público''.
Poderosas razones
Oficialmente, el encuentro ha sido presentado como el fruto de arduos trabajos de las dos cancillerías, previos -incluso- a la cuarta Cumbre de las Américas. El canciller venezolano, Alí Rodríguez, aclaró el miércoles que "la reunión estaba prevista desde hace tiempo, mucho antes de la cumbre". La embajadora de Argentina en Venezuela, Nilda Garré, participó en una tumultuosa rueda de prensa en Caracas para precisar que el propósito del encuentro era "la profundización de las relaciones bilaterales, concretar nuevos convenios, evaluar actividades conjuntas para 2006 y repasar los resultados de la Cumbre de las Américas".
Sin embargo, en esta capital se habla de otras "poderosas razones" que estarían detrás del polémico encuentro. En medios diplomáticos se asegura que, en este momento, la alianza con Kirchner es vital para Chávez, pues le permite consolidar su meta de crear un "eje Caracas-Brasilia-Buenos Aires-Montevideo", que el propio jefe del Estado ha proclamado públicamente como su sueño más inmediato. Desde hace un par de semanas, Chávez ha comenzado a referirse a sus colegas de Brasil, Argentina y Uruguay como ''el compañero Lula'', ''el compañero Kirchner'' y el ''compañero Tabaré'', respectivamente. Al presidente argentino le ha reservado, además, los títulos de ''espadachín'' y "mosquetero''. Refiriéndose a su postura radical contra el ALCA en la cumbre de Mar del Plata, lo calificó de D'Artagnan valiente y aguerrido.
Chávez también aspira a jugar un activo papel en el Mercosur, una vez que se oficialice el ingreso de Venezuela a este proceso integracionista, y a poner en marcha el sonado anillo energético del sur, a partir de lo que muchos en este país y en América Latina consideran su principal herramienta diplomática: el petróleo.
Para la oposición venezolana, no obstante, hay más carne en la sopa. Medios escritos aseguraron esta semana que la cercanía de Kirchner con Chávez le permitió a la poderosa familia argentina Rocca, propietaria de Techint, respirar tranquila luego de las amenazas que había hecho el presidente venezolano de restatizar la privatizada y enorme siderúrgica venezolana Sidor, de la cual Techint es accionista mayoritario.
También se asegura que otro gran beneficiario de la amistad Chávez-Kirchner ha sido Enrique Pescarmona, cuya empresa IMPSA logró que Venezuela le compre la instalación de un laboratorio hidráulico para estudio de turbinas en la ciudad de Puerto Ordaz, sede del encuentro binacional de lunes y martes.
Independientemente de la cantidad y la calidad de las motivaciones para la reunión, lo cierto es que las imágenes de los dos presidentes dándole la vuelta al mundo dejarán la sensación de que hoy América Latina cuenta con escenas jamás imaginadas hace un par de años, cuando el unanimismo y el pensamiento uniforme frente al papel de Estados Unidos en la región eran los dueños absolutos de la escena. Lo que falta por ver es si los dos presidentes usarán su reunión en las extensas llanuras venezolanas, repletas de fino ganado cebú, para echar más carne en el asador, o si -por el contrario- deciden bajar la llama de la hoguera encendida en Mar del Plata.