80 mil visitantes llegaron a Venezuela a participar del Foro Social Mundial
Buhoneros no pelaron el evento ideológico.
Su grito de guerra es ¡Compra-triota!
GABRIELA ROJAS
29/01/06 Caracas. Un llamativo desfile de gente con banderas y consignas en cualquier idioma imaginable fue llenando calles y avenidas de Caracas. El bullicio de su presencia hizo que muchos de los caraqueños se enteraran de que nuevamente eran anfitriones de casi 80 mil asistentes que tomaron aire y tierra desde cualquier lugar del mundo para asistir al VI Foro Social Mundial, que se mudó de Brasil y por primera vez aterrizó en tierras venezolanas, con el visto bueno de algunos y el disgusto de otros.
La llegada de los asistentes al Foro hizo que la vida caraqueña se alterara mucho más de lo cotidiano. Los huéspedes inquietos vinieron ansiosos por conocer, “teníamos muchas ganas de venir a este país, saber cómo viven, cómo es esta ciudad”, apunta Ellis Mendes, en el español trajinado que aprendió en su Brasil natal. Sus compañeros de viaje, quince en total, sonríen asintiendo una frase que no comprenden del todo.
Los visitantes cruzan las calles, se asoman y preguntan, están en todos lados. Pasean en Metro, toman taxis o simplemente caminan a cualquier hora por la ciudad, dándose un lujo que no tienen los caraqueños desde hace tiempo. Andan como caracoles, con su casa a cuestas y de vez en cuando se detienen en una esquina a descansar recostados sobre sus bolsos de viaje, sin siquiera voltearse a mirar al transeúnte local que frunce el ceño cuando los ve pasar sin camisa en plena calle.
Para muchos, el viaje fue largo e incómodo.
Tanto para los que llegaron por tierra desde sus países de origen como para los que encontraron de bienvenida el colapso del Viaducto I en la autopista Caracas- La Guaira y de sus vías “alternas”. Pero nada los detiene, apenas comienza la visita.
En sus carpas. Quizá la experiencia de llegada sirvió de entrenamiento para la convivencia que los espera en los campamentos.
En total son tres, el Parque Vinicio Adames en la bajada de Tazón, antes del peaje hacia Maracay; Parque del Este y Parque Los Caobos, que se convirtió en el más cotizado por su cercanía con los eventos y facilidad de movilización para los campistas.
Rápidamente se conformaron las miniciudades con sus carpas de todo tipo. Grandes como de circo, medianas como para estar acompañado y pequeñitas para los que prefieren respirar su propio aire. La consigna principal es compartir, esa es la única ley de los campistas.
Los huéspedes del Parque Los Caobos se consideran afortunados con su Mercal dentro del mismo campamento y todo tipo de atenciones de bomberos, policías y autoridades.
Salen muy temprano de expedición por la ciudad y regresan de madrugada a disfrutar de la acampada en la naturaleza.
No tienen miedo, pocos saben qué clase de turismo de aventura significa dormir a la intemperie en pleno centro de Caracas. Para ellos, tampoco es tanto porque cuentan con más de 100 efectivos policiales especialmente dispuestos para atenderlos.
Pero los campistas de los otros dos centros no están tan conformes. En el Parque Vinicio Adames, las quejas se repiten por la dependencia de la comida que ofrecen las cooperativas a precios ni tan solidarios:
8 mil bolívares por un desayuno sencillo de sandwiches y de 12 a 15 mil por un almuerzo poco resuelto. Y para ellos, lo peor es el transporte, “tenemos autobuses hasta las 10 de la noche y después no hay forma de llegar hasta Caracas o regresar hasta aquí”, asegura Emilio Romili, visitante argentino que repite como turista en nuestro país después de haber venido en agosto para el Festival Mundial de la Juventud.
Pero la mayoría encontraron sus medios para resolver el traslado hasta el centro de la ciudad, que se convirtió rápidamente en el punto de encuentro para la reunión que desemboca en fiesta.
Algunos optan por el Metro, otros piden cola o simplemente esperan el amanecer en los locales que van conociendo por las noches. Caterina Pernía es colombiana y dice que la experiencia del Foro anterior en Brasil, le dio algunos trucos para resolver los problemas: “cuando uno viene a estos encuentros tiene que saber que no va a tener comodidad. Yo me hago amiga de todo el mundo rápidamente, no nada más de gente de acá sino de los extranjeros porque cualquiera te puede salvar una dormida o una comida”.
LOS MÁS VENDIDOS
“Compra-triota” es el grito de venta de los buhoneros que está de moda.
El “Chavecito” :
muñeco con la figura del presidente Chávez, que viene con dos modelos de ropa y cuando se toca un botón repite un discurso con la voz del Jefe de Estado.
Relojes de pulsera Tienen diferentes fondos con el rostro del presidente venezolano.
Boinas rojas para tener el “look” del Presidente Chávez
Videos remasterizados con los discursos del Che Guevara en los años 50.
Los tri-pack de discos compactos de cantantes de protesta: Alí Primera, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés son los favoritos.
Afiches y fotografías de los mandatarios Fidel Castro, Evo Morales y Hugo Chávez Frías.
Gorras, pines y pulseras con las banderas de Cuba, Brasil, Bolivia y Venezuela.
Libros piratas con las teorías comunistas de Marx, Lenin y Trotsky.
Los “alquila-telefónos” tienen las llamadas internacionales entre 1000 y 1500 Bs el minuto.
El olor de la fiesta. En las noches, los campamentos se mudan a las calles. Para la rumba, el idioma no es problema porque el olfato y la observación es más efectivo para comunicarse. Cuando el ambiente se calienta, la música sube el volúmen y supera las palabras. “Huele a fiesta” dice Miguel Cárdenas, uno de los venezolanos que disfruta a plenitud su calidad de anfitrión. La gente va llenando locales, tascas y cualquier “taguara” que consigue por el camino.
Pero el privilegiado es el Café Rajatabla como experto en atención a clientela internacional.
Un set de salsa para darle el sello local, seguido de samba con reaggaeton, algo de reaggae y mucho de “alternativo”, todo con el punto final de los tambores como muestra típica de la globalización. Claro, siempre con la infaltable compañera:
la cerveza que une a los países más que cualquier gobierno o ideología.
Poco a poco la intensidad sube. Ingleses con argentinos, bolivianos con peruanos, estadounidenses con venezolanos.
Todos bajo el sopor del humo de los cigarrillos -de todo tipo- que impregnan el aire y se confunden con el sudor.
Luego, el abrazo fraterno de los pueblos que se sella entre tragos de cualquier bebida espirituosa que haga subir los afectos y elimine las fronteras. “Vamos a la carpa” comentan entre sí, con algún trastabilleo en el camino pero directo al campamento.
Allí, la madrugada se hace más larga. La oscuridad disimula los cuerpos que buscan por instinto el lugar donde terminará la farra, sólo por el momento. La situación es propicia para que las ideologías empiecen a enfrentarse, lo que une la música que lo separen los ideales.
La lucha de dos mundos. La consigna que identifica al VI Foro Social Mundial reza la posibilidad de vivir en un mundo mejor.
Así se presentan miles de propuestas para enfrentar los problemas que aquejan a la humanidad.
Cada organización con sus proclamas en alto discuten temas tan diversos que van desde la explotación campesina, la violencia contra la mujer, los movimientos indígenistas, la discriminación por orientación sexual, hasta el grito unánime: NO A LA GUERRA.
Un paseo por los espacios del Teatro Teresa Carreño puede mostrar el tapiz de ideologías que abundan en este encuentro. Pero la mayoría se resume en la lucha de los dos grandes antagonistas de moda: capitalismo versus socialismo. La competencia utiliza formas originales de hacerse sentir. Como el caso de la propuesta presentada por un hombre anónimo, que decidió caminar sin camisa por las calles de Caracas y edificios gubernamentales para protestar “por la imposición que hace la sociedad de usar prendas de ropa como única forma de convertirte en ciudadano”.
Por otro lado, puede encontrarse a un señor que lleva un cartelón en la cabeza que dice “No a la represión en los psiquiátricos”, cuyo argumento es que ni las cárceles, ni los manicomios son maneras adecuadas de castigar ni mucho menos mejorar la vida de los individuos, según dice un papel que explica su propuesta.
Ni tan bueno. Mientras, muchos caraqueños sufrieron las consecuencias de transitar por estos días en la ciudad y sumultiplicado caos. Murmuran con disgusto su inconformidad con respecto al Foro como lo expresa Ricardo Bahamonde: “esta gente viene a hablar de socialismo y lo primero que hacen es malgastarse el dinero de los venezolanos porque todo este bochinche lo pagamos nosotros con los impuestos”.
Opiniones similares se repiten en el sitio por internet que los mismos organizadores dispusieron para el evento. Frases más fuertes como: “váyanse a sus países, vagos” o “gastando plata en circos cuando ni siquiera han arreglado el viaducto” dejan ver que no todos los venezolanos están de acuerdo con su rol de anfitriones.
Aún así, los defensores del modelo socialista buscan sus maneras de tomar la delantera en la pelea contra el capitalismo pero los ideales no parecen ser suficiente para ganar la batalla. En los mismos pasillos donde reposan carteles como “el consumismo te hace esclavo” están los buhoneros vendiendo cualquier tipo de souvenir que suene a socialista.
Franelas y gorras con el rostro del presidente Hugo Chávez y de Ernesto “Ché” Guevara, discos compactos con recopilaciones de cantantes de protesta, videos con discursos del Ché y fotos de líderes mundiales, al mejor estilo de “super estrellas”.
El capitalismo se anota un punto con el inagotable sentido de la oportunidad de los vendedores informales que más allá del Foro encuentran un espacio jugoso con mucha mercancía y nuevos compradores.
Así lo dice José Luis Quintero como vendedor, “lo mejor no es que vengan sino que pagan en dólares”.
¿QUÉ DICE EL FORO SOCIAL MUNDIAL?
“Si los curas se embarazaran, el Vaticano regalaría los anticonceptivos” Movimiento por la legalización del aborto.
“Tu boca es fundamental contra los fundamentalismos” Organización religiosa Alfa y Omega.
“Que regresen nuestros hijos. No más guerra” Organización Mujeres dicen NO a la Guerra”.
“Las rejas no son solución para la vida; queremos otra salida” Movimiento brasileño en contra de manicomios y prisiones .