WASHINGTON (AFP) - Estados Unidos recriminó públicamente este jueves al gobierno argentino por haber permitido dos semanas atrás un acto en Buenos Aires contra el presidente George W. Bush, con la participación del mandatario venezolano, Hugo Chávez, al que volvió a calificar de "fuerza negativa".
"Lamento que esa protesta se haya realizado (en Buenos Aires) el mismo día que nuestro presidente estaba en Montevideo", criticó el número tres del Departamento de Estado, Nicholas Burns, al romper por primera vez el silencio tras el acto contra el presidente Bush celebrado el pasado viernes.
En una conferencia organizada por el Consejo de las Américas, el diplomático norteamericano se dirigió directamente al embajador argentino, Octavio Bordón, sentado en primera fila, para reprocharle públicamente la actitud de su gobierno, en un gesto inusual en el ambiente diplomático.
"Lamento decir esto, señor embajador, pero éste es el sentimiento (de nuestro gobierno)", le espetó Burns, mirándolo a los ojos desde el podio, en contraste con el silencio que mantuvo el gobierno estadounidense durante toda la gira de Bush por Latinoamérica sobre el acto de Buenos Aires y la "antigira" de Chávez.
El embajador argentino intervino en el debate momentos después para aclarar que su gobierno no tenía nada que ver con la organización del acto multitudinario en momentos en que Bush se encontraba reunido, al otro lado del Río de la Plata, con el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez.
En declaraciones posteriores a la prensa, el embajador negó que Burns hiciera algún reproche a su gobierno. "No la tomo (como una recriminación) porque no lo dijo y en segundo lugar porque no hubiera correspondido. El gobierno argentino no participa de actos partidarios que comprometan a terceros países", subrayó.
El número tres del Departamento de Estado norteamericano reiteró, sin embargo, la posición de su gobierno en posteriores declaraciones a la prensa y hasta se permitió ser todavía más claro que durante su conferencia, al señalar directamente al gobierno del presidente Néstor Kirchner, pese a las aclaraciones de Bordón.
"Nadie va a poner en tela de juicio la libertad de expresión", reconoció. "Pero ese día, ese mismo día en que el Presidente (Bush) estaba en Montevideo... Uno tiene que decidir, tiene que elegir y a nosotros no nos parece que fuera la decisión correcta", insistió.
"Por supuesto, el gobierno argentino tiene el derecho de decidir si quiere hacer esto y nadie lo cuestiona, pero esperamos tener una relación más coherente y amistosa con Argentina y para lograrlo se necesitan dos países", subrayó.
Después del acto anti-Bush de Buenos Aires, en el que no participó, Kirchner criticó hace una semana al gobierno estadounidense al defender su relación con Chávez, que "fue solidario" y "vino cuando Argentina lo necesitaba y ayudó desde Venezuela", en contraste con Bush que no viajó a Buenos Aires en su reciente gira por Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México.
Burns, que sí estuvo en Buenos Aires a principios de febrero, también rompió la reciente costumbre de los miembros del gobierno estadounidense de no citar públicamente a Chávez con nombre y apellido, para contrastar su programa con la "agenda positiva" de Estados Unidos en la región.
El presidente venezolano "es una fuerza negativa en el continente, desde nuestro punto de vista, y ha adoptado políticas que fracasaron en el pasado", afirmó el diplomático, en un llamado implícito a Kirchner a acercarse a Washington.